Colocando la postura: Los pies en Chi Kung

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5,2 minutos de lecturaActualizado: 23/09/2024Publicado: 17/10/2018Categorías: Estilo de VidaEtiquetas: , ,

La manera en que colocamos nuestro cuerpo en el espacio, nuestra postura, es fundamental para establecer una relación saludable con el mundo«.

Vivir es relacionarnos, comunicarnos, expresarnos y actuar en el mundo, para ello utilizamos nuestro cuerpo una y otra vez. Al igual que cualquier mecanismo, las piezas que lo componen, con el tiempo se desgastan. Si lo hacen de forma desequilibrada, se generan problemas de salud, articulaciones, huesos, músculos, tendones y nervios que se verán afectados.

Caminar, sentarnos, permanecer de pie o sostener un objeto, son actividades cotidianas que requieren nuestra atención al realizarlas. El hecho de repetir un gesto o una acción con frecuencia hace que termine volviéndose mecánico e inconsciente, pero tengamos en cuenta que cada uno de nuestros gestos requiere de la intervención de muchas partes de nuestro cuerpo: terminaciones nerviosas que informan al cerebro sobre lo que debe hacer para mantener el equilibrio, músculos que se tensan, articulaciones que se mueven, sentidos que se ponen alerta y una innumerable danza de estímulos-respuestas que facilitan una acción eficaz.

El Chi Kung o Qi Gong, es una práctica milenaria, desarrollada por la antigua cultura China, que contempla al ser humano en su totalidad, como ente cósmico, social y energético, y todo ello debe llevarlo a cabo de una manera saludable, es decir obteniendo un beneficio para su salud de aquello que hace. Si no es así, es que algo estamos haciendo equivocado.

  • El ser humano es un ente cósmico que se relaciona con el cielo y con la tierra, un ser espiritual que habita en un cuerpo físico y que realiza funciones físicas. Esto nos pone en relación con un eje vertical, los pies en la tierra y la cabeza en el cielo. Este eje que define nuestra verticalidad (caminamos de pie), también define nuestra esencia, como hijos del cielo y de la tierra y será fundamental en nuestra postura.
  • Vivimos en contacto con los demás seres y con la naturaleza que nos rodea, esto implica una interacción con el mundo, y llevar a cabo gestos, movimientos y utilizar nuestro cuerpo en el espacio, lo que supone la existencia de un eje horizontal. Este eje es el que define nuestras acciones con el mundo en un plano de igualdad con todo lo demás. Pasa por la séptima vértebra cervical y está en relación con nuestro corazón con el don de la palabra, con lo que hacemos a través de los brazos y las manos. Señala la calidad de nuestras relaciones con los otros.
  • Del cielo y de la tierra recibimos las energías primarias de formación, energías que transformamos en salud y fuerza vital y que empleamos para vivir.

El Chi Kung, como disciplina que estudia al ser humano, su salud, su vitalidad y las relaciones que establece con el mundo que le rodea mediante el movimiento, ha desarrollado una conciencia muy refinada sobre cómo colocar nuestra postura. Empezaremos hoy por los pies.

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LOS PIES:

Nuestros pies suponen nuestra conexión con la tierra, y la manera en que nos instalamos sobre nuestros pies condiciona la forma en que se colocará el resto de la estructura del cuerpo. Si fuéramos un árbol, serían nuestras raíces y cuanto más profundas son las raíces, mejor se sostiene.

LA ESTRUCTURA DEL PIE:

El pie tiene una estructura muy compleja, con 26 huesos, 31 articulaciones, y 20 músculos propios del pie, más numerosos ligamentos, por lo que encontramos muchas piezas dentro de un espacio muy reducido.

SUS FUNCIONES:

Esencialmente el pie tiene la función de proporcionarnos apoyo, y darnos impulso y estabilidad, para ello estructuralmente está formado por una bóveda con tres arcos: un arco interno que va desde el talón a la cabeza del 1º metatarsiano en la base del dedo gordo del pie, un arco externo, desde el talón a la cabeza del 5º metatarsiano, por detrás del dedo pequeño, y un arco transversal que cruza de lado a lado. Esta bóveda tiene la función de actuar como amortiguador de la marcha y facilitar la adaptación del pie a las irregularidades del suelo.

EL IMPULSO Y EL APOYO:

Cada pie, por así decirlo consta de dos medios pies que se distribuyen a lo largo:

  1. “PIE DE IMPULSIÓN” – es la parte del pie que nos facilita el impulso para la marcha, el caminar, correr, o saltar, y está formado por los huesos que van desde el astrágalo en el tobillo, hasta los tres primeros dedos del pie; está en relación con el arco interno.
  2. “PIE DE APOYO” – la función de aportar estabilidad, la lleva a cabo la parte del pie que va desde el hueso calcáneo que forma el talón, por debajo del astrágalo, hasta los dedos 4º y 5º y está en relación con el arco externo.

LAS LESIONES:

Tener una buena conciencia de nuestros pies y de cómo nos apoyamos en ellos, es algo muy importante y que nos puede evitar muchas lesiones, del tipo de esguinces de tobillo, fascitis plantar, halus valgus o juanetes, y caídas, que en las personas mayores pueden tener consecuencias graves, como fracturas de caderas y muñecas.

UN EJERCICIO PARA HACERNOS CONSCIENTES DE NUESTROS PIES:

  1. De pie con el cuerpo relajado, sentir el apoyo en las diferentes partes del pie, principalmente: talón, almohadilla del dedo gordo y almohadilla del dedo pequeño.
  2. Balancearnos suavemente adelante y atrás y de lado a lado, experimentando la sensación de cómo el peso va pasando sobre diferentes puntos de la planta del pie.
  3. Apoyar el peso sobre el arco interno del pie y sobre el arco externo y realizar giros moviendo los tobillos para desbloquear las articulaciones del pie.
  4. Caminar conscientemente disfrutando de tus sensaciones.

En el próximo artículo enseñaré algunos ejercicios más y seguiremos con el resto del cuerpo.

 

Janú Ruíz

Instructor de CHI KUNGESCUELA DE CULTURA TRADICIONAL CHINA CHAN WU

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