Danza Primal es una puerta abierta a la esencia del ser humano, integrada dentro del fascinante modelo de Interacciones Primordiales. Este enfoque holístico no solo abarca un trabajo corporal-energético; también incluye metodologías comunicacionales y prácticas de meditación. La fusión de estas disciplinas ofrece una rica experiencia de crecimiento, transformación y sanación tanto en lo personal como en lo grupal.
En un mundo que a menudo parece confuso y desorientador, la Danza Primal emergió como una respuesta renovadora. Este sistema es una invitación a explorar nuestras raíces a través de posturas, gestos y movimientos ancestrales. No se trata de un baile estructurado; aquí no encontrarás coreografías ni la necesidad de habilidades especiales. En cambio, este arte se basa en la reactivación de movimientos sencillos, naturales y originales, cruciales para nuestra evolución.
La Danza Primal es accesible para todos, desde niños hasta ancianos o personas con capacidades especiales. Los movimientos evocadores, acompañados de música étnica y la conexión con otros, comienzan a liberar bloqueos de nuestra memoria, recordándonos quienes realmente somos: seres con una historia cósmica.
A medida que nos sumergimos en la práctica, empezamos a liberarnos de las ataduras artificiales y neuronales que distorsionan nuestra personalidad. Aunque no resolverá todos nuestros problemas, nos ayuda a observar la vida desde una perspectiva renovada, donde nuestras potencias internas cobran fuerza y se ponen a nuestro alcance.
Todo lo que existe se sostiene en pautas universales, que se manifiestan en lo humano a través de lo que he denominado las Siete capacidades primordiales de una persona plena y viva.
Estas capacidades no son solo fuerzas vitales; son patrones arquetípicos espirituales que resuenan en la realidad. Son todas aquellos aspectos primordiales que anhelan ser expresados:
Confianza Básica, Gozo o Éxtasis, Capacidad Emotiva, Afectiva, Creativa, Conciencia Intuitiva, y Conciencia Trascendente.
A veces, estas cualidades se oscurecen, convirtiéndose en emociones disociadas y disruptivas. Sin embargo, como en el cuento de Hansel y Gretel, estas disfunciones nos proporcionan pistas para regresar a nuestra esencia. Por ello, no debemos rechazar las emociones negativas; ellas son las llaves de nuestro viaje de vuelta a casa.
A través de la Danza Primal, comprendemos que no estamos en un proceso de aprendizaje, sino de recuerdo. Redescubrimos lo Primal, el núcleo de nuestra existencia, que trasciende lo biológico; somos seres cósmicos, vibrantes y llenos de vida.
En cada movimiento, nos conectamos con los elementos: somos tierra, fuego, aire, agua y más. Recobramos la memoria de nuestro origen universal, lo que nos permite ver nuestros problemas cotidianos desde una nueva luz. El poder transformador del universo se convierte en una realidad tangible.
Esto no es solo teoría; es una experiencia visceral que nos reconecta profundamente con nuestras raíces cósmicas.
Daniel Taroppio
Creador de la Danza Primal y el Coaching Primordial
Colaborador de “La Casa Toya”