Las palabras tienen un gran poder. Tanto para sanar como para dañar. Soy psicoterapeuta y escritora y amo las palabras. Llevo varios años en búsqueda de frases medicina que nos puedan ayudar a sanar heridas y a desbloquear nudos. Cuando escucho una frase que me ayuda a conectarme a mí misma o es una buena aliada para atravesar un territorio difícil la apunto en cuanto puedo. Estas son las frases que me acompañan esta temporada.

Todo tiene luz y sombra.
A veces solamente veo la luz y la luz y la luz y entonces me encamino hacia una experiencia de una manera ingenua, sin reflexionar, sin pararme a sentir en profundidad. Todo tiene luz y sombra. Decirme esta frase me ayuda a mirar la experiencia con perspectiva, tener en cuenta la situación en toda su amplitud y tomar la decisión más sabia. También esta frase me ayuda cuando miro a una persona-su vida-sus opciones y me parecen estupendas o terribles. Todo tiene luz y sombra. Y esta frase me ayuda a conocer que detrás de todo lo estupendo hay una sombra y detrás de todo lo terrible hay una gran luz. Aunque no se vea a primera vista.

Las opiniones de los demás son solamente sus opiniones.
A mí me encantan las palabras y también soy muy vulnerable a ellas. A veces opiniones de personas muy diferentes a mí me han influido y me influyen tanto que me pierdo-me enredo y tardo en volver a mí misma-lo que necesito-lo que yo valoro-mi verdad-mi camino. Por esto esta frase me ayuda a recordar que somos diferentes, tenemos opiniones y necesidades diferentes y me acompaña a volver a mí, a lo que yo siento que es prioritario para mí, lo que es mi camino ahora.

Cada persona tiene su camino.
A veces me ocurre lo contrario, me entretengo en juzgar las opciones de los demás, su manera de ver la vida y sus acciones. Esto es energía que despilfarro pues mi única responsabilidad es mi vida y pensar en el camino de otros se lleva parte de mi energía. Si existe un conflicto con una persona la parte que me corresponde es conectarme a mis necesidades, preguntarle a la otra persona acerca de sus necesidades (si esto no es posible puedo cerrar los ojos, ponerme en su lugar e imaginar sus necesidades) y buscar si hay alguna opción a través de la cual podamos ambas satisfacer al menos las necesidades más importantes. A veces es posible y a veces no. Malgasto energía cuando me paso horas y horas dando vueltas a cómo es posible que alguien sea así o asá o tome esta decisión o diga ciertas afirmaciones en lugar de buscar maneras de entendernos, o aceptar que no nos entendemos al menos en esto, o buscar qué me pasa y qué tiene que ver conmigo lo que me revienta tanto de otras personas.

Cada vez que pongo atención en lo que no hay me debilito.
Cuando me fijo en lo que no hay en mí, en mi vida y en mis relaciones me voy quedando sin energía-desanimada.
¿Qué sí hay en mí? ¿Qué sí hay en mi vida? ¿Qué necesidades sí puedo satisfacer en mis relaciones? Me paro a reconocer lo que sí hay, a dejarme sentir lo que hay y agradecerlo. Pongo la atención en todo lo que sí hay. Esto no significa negar que hay aspectos de mí-mi vida y mis relaciones que me gustaría mejorar y cambiar. Existen y seguirán existiendo. La propuesta es dejar de habitar el territorio de todo lo que no hay y habitar la mayor parte del tiempo en la gratitud por lo que sí hay.

Las dificultades y los retos nos ayudan a crecer.
Recordar esto me ayuda como mujer y como madre. Las dificultades y retos en mi vida me han ayudado a aprender mucho y ser quien soy hoy. Al recordarlo cultivo el agradecimiento por todo lo vivido sin excepciones. Y sé que mi hijo también va a vivir dificultades y retos y deseo poder acompañarle en ellos. Esto me ayuda a vivir con confianza todos los cambios que implica la crianza. Cuando alguien me cuenta un problema la sabiduría de esta frase me acompaña en animar a esta persona a crecer todo lo posible y encontrar el regalo escondido en esa situación.

Prefiero ser feliz a ser perfecta.
Cuando aparece mi lado exigente me ayuda mucho esta frase. Como madre-terapeuta-como mujer. Prefiero ser feliz a ser perfecta. Claro que me gusta hacer las cosas lo mejor que puedo pero hay un punto en que si intento ser perfecta y no equivocarme pierdo la conexión con la alegría-no disfruto-voy perdiendo la gracia y la chispa. Prefiero ser feliz a ser perfecta.

Me conecto con mi cuerpo.
Algunos días voy tan corriendo que se me olvida que tengo un cuerpo. Me conecto con mi cuerpo y siento mi cuerpo. Me doy cuenta que respiro. Siento mis pies. Siento cómo están mi cuello-mis hombros. Sin cambiar nada. Esto me ayuda a aflojar. Y ser. Tanto correr que a veces se me olvida estar y ser.

Los errores están en el camino del aprendizaje y la creación.
Los errores son experiencias en el camino. Es verdad que pueden dolerme o frustrar mis expectativas de hacerlo todo bien y a la primera. Más allá de que me gusten o no me gusten, los errores están y estarán en mi camino-en nuestro camino. La actitud que quiero cultivar es la de aprender con ellos y que me sirvan de inspiración para nuevas maneras de hacer las cosas, entender la vida y cultivar la amabilidad con los errores propios y ajenos.

Yo soy la creadora-el creador de mi vida.
Estoy creando con mis actos-palabras-pensamientos-encuentros-decisiones. Esto me ayuda a preguntarme qué quiero crear ahora-qué quiero cultivar en mi vida-a qué quiero dejar espacio-en qué deseo enfocarme y profundizar-de qué me quiero despedir. Esto me vale para decisiones grandes (¿Qué quiero crear en esta etapa como mujer? Investigar más qué es esto del amor por mí misma…Potenciar mi creatividad…¿Cómo madre? Devolver a mi hijo que él puede hacer cosas por sí mismo…Escucharle con atención…Aprender maneras creativas de resolver los conflictos cotidianos con él… ¿Cómo terapeuta? Recordar los regalos escondidos en todo lo que ocurre…Ver a la persona como fuerte y capaz…) y para decisiones pequeñas (salgo hoy con unas amigas ¿Qué deseo cultivar hoy? Respeto a los caminos diferentes me digo últimamente).

Cuando estoy conectada todo cambia.
Cierro los ojos y respiro en profundidad. Pido ayuda a mi parte más sabia y amorosa. La invito a acompañarme y la experiencia que estoy viviendo cambia. Se vuelve más profunda. Se me ocurren otras maneras de relacionarme y vivir mi vida cotidiana. Siento calma. Me siento más viva.

Ojalá que alguna de estas frases te sean de ayuda para caminar con más ligereza y alegría. Lo que yo suelo hacer es cerrar los ojos y decirme la frase por dentro dejando que la frase y su mensaje bañen mi cuerpo y mi mente. Elige la que más te haya resonado y permite que la frase y su mensaje te inunden unos minutos. Las frases te pueden transmitir una sensación diferente o permitir que aparezca una mirada nueva a algún asunto o pueden ser un agarradero en momentos difíciles.

Hay muchas frases medicina esperándonos. Basta con poner atención. Aparecen en libros-las comenta una amiga-las escuchamos en una charla. Si abrimos nuestras antenas estas frases nos encontrarán-sentiremos alivio y alegría al escucharlas y nos acompañarán un tiempo.

María Ponce de León Fuentes
Psicóloga colegiada-Terapeuta Gestalt-Arteterapeuta
www.mujerserpiente.com

 

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