Darumb so lern Alchimiam, Die sonst Spagiria heibt, Die lernt das falsch scheiden von gerechten.
Por eso aprende la Alquimia, que de otro modo es llamada Espagiria, ella enseña a separar lo falso de lo correcto.
(Opus Paramirum, Paracelso)
La disciplina alquímica tiene el objetivo declarado de favorecer el tránsito entre un estado personal imperfecto y un estado purificado. En otras palabras, contribuir a la sanación y evolución de la parte física y espiritual del organismo. Para lograr este objetivo, la medicina alquímica se apoya entre otras cosas en sustancias naturales potenciadas a nivel vibracional empleando métodos de elaboración espagíricos. Dos de estas, el Oro Potable y el Oro Blanco, son la expresión en líquido de la energía solar y la lunar, y tienen distintas aplicaciones médicas.
Hermes Trismegisto, alquimista, fundador del sistema filosófico y espiritual conocido como hermetismo y creador de la Tabla de Esmeralda o Hermética, que constituye la base de la filosofía y práctica alquímicas occidentales, ya señalaba en ésta la clave de la verdadera Alquimia:
« […] en verdad ciertamente y sin duda, todo lo que está abajo es como lo que está arriba, y todo lo que está arriba es como lo que está abajo, para realizar los milagros de una cosa.»
Esto nos recuerda que cuando se logra el dominio sobre el mundo interior o microcosmos, se comienza a ser capaz también de crear o modificar el mundo exterior o macrocosmos de formas poco convencionales.
La alquimia exotérica, centrada en el trabajo con la materia y sus aplicaciones, ha llevado a la actual ciencia química. Sin embargo, su rama esotérica, menos visible a los ojos de la mayoría, se nutre del desarrollo interior, personal y espiritual, tratando los aspectos metafísicos como fundamentos esenciales. Las sustancias químicas se convierten así en metáforas para la transmutación de la realidad interna y externa.
El camino alquímico promueve la transformación del “plomo interior” —cargas y visiones distorsionadas— en “oro luminoso”, virtudes y una nueva comprensión. Esto culmina en la experiencia directa del principio universal, inmortal e inteligente que subyace en toda creación. La transmutación de metales corrientes en oro y la búsqueda de la panacea universal simbolizan ese tránsito hacia una existencia sana y eterna; la piedra filosofal representa la clave mística que impulsa esta evolución interior.
La vía espiritual alquímica se distingue por su simbolismo, protegiendo un inestimable legado de sabiduría. Los símbolos y diagramas alquímicos poseen capas de significados, cuya comprensión ha sido transmitida de maestro a discípulo a lo largo de la historia, junto a prácticas espirituales que fomentan las cualidades necesarias en este camino.
Desde Hermes Trismegisto hasta Paracelso, muchos han sido los custodios de esta tradición. Ellos han mostrado un interés genuino por la sanación de otros, incluyendo el beneficio a los seres en su comprensión de la vida. La Alquimia se manifiesta como una sustancia de carácter lunar, representación de la energía Yin, que trae armonía y claridad. Su consumo al atardecer mejora el funcionamiento del cerebro y la médula espinal, ayudando a liberar tensiones y a nutrir conexiones neuronales.
El Oro Potable y el Oro Blanco no solo representan arquetipos de energía universal, sino que también ajustan desequilibrios en el organismo y facilitan la integración de principios activos en las células, actuando armónicamente. Su uso en complementos alimenticios introduce un nuevo paradigma de salud integral, convirtiéndose en herramientas de sanación a través de la toma de conciencia sobre nosotros mismos.
José Antonio García Verdú
Naturópata con más de 20 años de experiencia en
Medicina Tradicional China, Tai Chi y procesos alquímicos.
Colabora con el centro del Dharma Mahasandhi.
www.mahasandhi.es