Nuestros pies sustentan toda nuestra estructura por lo que cualquier problema que tengamos en ellos repercutirá en todo nuestro cuerpo.
En los años que llevo trabajando con quiromasaje y reflexoterapia podal, cuando me ha llegado un tratamiento de pies derivado de problemas por esguinces, cirugía de juanetes, cirugía de dedos o roturas, siempre he conseguido muy buenos resultados con el masaje y la reflexoterapia podal, desbloqueando mucho las articulaciones del pie y utilizando puntos reflejos del nervio ciático.
Hace más de veinte años mi marido tuvo muchos problemas con un tobillo en el cual no paraba de sufrir esguinces. Llegó a un punto en el que el traumatólogo le dijo que la única solución era la cirugía, haciéndole una artrodesis para sellar la articulación entre astrágalo tibia y peroné, dejando al tobillo sin movilidad, y aun así tampoco le garantizaba que se le quitaran los dolores.
Un amigo fisioterapeuta y yo le dijimos que no se operara bajo ningún concepto, ya que eso suponía dejarle cojo con cuarenta años y, además, en su trabajo tenía que estar de pie todo el día ya que tenía un bar. Decidí darle masaje todas las mañanas antes de irse a trabajar tratando algunos puntos reflejos y haciendo mucho hincapié en los desbloqueos. Empezó a mejorar y no volvió a tener ningún esguince.
Hace cuatro años piso mal un escalón y volvió a dañarse el tobillo. El traumatólogo que le atendió le propuso ponerle una infiltración como último recurso antes de la cirugía. Optamos por esa solución y seguí haciéndole masaje y desbloqueos, y no se ha vuelto a resentir.
Unir las dos técnicas en el mismo tratamiento consigue que los resultados sean mucho mejores.
En los cursos de reflexoterapia podal que he impartido a lo largo de estos años, lo primero que enseño a los alumnos es a desbloquear el pie; es muy importante ya que cada articulación del pie nos pasa información de otra articulación en el cuerpo.
También he tenido varias personas que después de la cirugía de juanetes tenían muchos dolores, aunque ya hubiera pasado tiempo. Al tratarlas con masaje, desbloqueo y puntos reflejos han conseguido aliviar el dolor, no sólo del pie, sino también de la rodilla y de la cadera, ya que pisar mal repercute en todo el cuerpo porque éste es una unidad.
Hace unos años tuve una clienta a la que le habían operado los metatarsianos y le habían colocado varios tornillos para sujetárselos. Cuando caminaba sentía que algo se le clavaba por dentro. Trabajamos unas cuantas sesiones con masaje y reflexoterapia y dejó de tener esa sensación.
Llevo varios meses tratando a un cliente de 81 años al que, ya desde niño, se le empezó a desviar la articulación del tobillo hacia fuera desplazando al peroné y perdiendo la movilidad de la misma. Le dijeron que acabaría caminando apoyando casi el tobillo. Cuando empecé a trabajar con él siempre tenía el pie amoratado y muy frío, además de durezas importantes en el lateral del quinto metatarsiano porque es la zona que más apoya. Ha conseguido mover los dedos (algo que apenas hacía), tener mucho mejor la temperatura del pie (en la cama ya no se le queda helado) y mejor color y aspecto, además de perder una sensación de hormigueo muy molesta que le bajaba desde la cadera hacia la pierna.
La rodilla es una articulación muy agradecida, y también lo es el pie; sólo hace falta mimarlo un poco.
Es muy sencillo aprender desbloqueos básicos y no hace falta ser reflexólogo para aprender este método de tratamiento que me ha servido para ayudar a muchas personas.
Carmen Benito
Bióloga, reflexóloga y terapeuta de masaje metamórfico
Carmenbenitobioestetica.com