Familias ensambladas

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Las separaciones, divorcios y nuevas parejas nos enfrentan a una nueva experiencia: “familias ensambladas”. Dejar atrás fórmulas tradicionales y adaptarse con creatividad a una nueva realidad facilitará crear y fortalecer nuevos vínculos.

Vínculos Nacientes

Una nueva pareja supone una segunda oportunidad. Los hijos se incorporan a un nuevo proyecto sin haberlo elegido. Si queremos que la nueva relación funcione, necesitamos revisar los errores del pasado, cerrar heridas y abrir el corazón ante situaciones inexploradas.

Nuestros hijos se enfrentan a un nuevo escenario, con nuevos personajes y no hay que dar por sentado que sean de su agrado. Tendremos que hacer un esfuerzo como adultos, para favorecer los nuevos vínculos, cuidando las necesidades de cada miembro de la familia respetando sus tiempos y ritmos de adaptación. Las investigaciones apuntan a un periodo entre cuatro y siete años de regularización, con lo cual debemos cultivar la paciencia y la atención.

Dos familias, dos micro-universos

Pertenecer a un grupo familiar es importante para los menores y una separación quiebra esa sensación. Si hay niños de dos hogares diferentes implica que deben adaptarse a dos ambientes, donde los espacios tienen su propia identidad. Estos cambios pueden promover sentimientos de culpa, miedo a dejar de ser queridos, celos, soledad, rabia…

La nueva pareja debe ofrecer a los hijos un ambiente de estabilidad y cohesión donde sentirse protegidos y seguros. Debe ayudarles a abrir un espacio interno donde puedan expresar lo que sienten, y poner palabras a sus miedos. Es vital mantener en cada casa esa sensación de hogar en el que tienen su lugar, tanto físico como emocional. Hay que prestar mucha atención a no hacer distinciones entre “tus hijos y mis hijos”. Estas diferencias pueden minar la autoestima, debilitar la autoconfianza y a la larga dañar la relación con los padres y adultos.

Recuerdo a Juana, una adolescente que cayó en depresión cuando su padre se fue formalmente a vivir con su novia a la casa de ésta. Cuando pasaba los fines de semana con ellos, tenía que dormir en un sofá del salón. Había una habitación en la casa “llena de trastos”, que ella reclamó en varias ocasiones, sin ser escuchada. Su padre no se preocupó de crear un espacio para ella. Lógicamente, a medida que fue creciendo disminuían las ganas de estar con él, y en este caso, el padre tampoco puso de su parte. Cuando cumplió dieciocho años, decidió dejar de verle porque se había sentido abandonada.

Es muy importante dedicar tiempo a solas con vuestros hijos. Ahora ellos necesitan más que nunca sentir que sus padres les siguen queriendo y aceptando, necesitan saber que no se les va a abandonar, que siguen siendo importantes para vosotros; es primordial para ellos.

El próximo artículo abordaremos la relación con los padrastros y madrastras y daremos claves sobre cómo implantar nuevas pautas familiares.

Recuerda

– Las normas de la familia tradicional no sirven. Debéis crear vuestras propias reglas.
– Se necesita tiempo, espacio y atención consciente para las relaciones que comienzan.
– La paciencia y la colaboración, favorecerá una integración armoniosa y sólida de todos los miembros.

Directora y supervisora de Adhara Psicología. Psicóloga.

Sandra García Sanchez Beato

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2,8 minutos de lecturaActualizado: 27/06/2024Publicado: 04/02/2018Categorías: FamiliaEtiquetas: , , , , , , ,

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