Yoga Terapéutico en el ámbito de la discapacidad

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El yoga es apropiado para todos, no importa la edad, o el estado físico. Es independiente de las creencias de cada cual, porque no es un dogma o una religión, si bien tiene elementos comunes con algunas tradiciones religiosas. Podría decirse entonces que es un sistema psicológico, filosófico y científico. El yoga nos ayuda a enfocarnos, a fortalecer la capacidad de goce y la fuerza de voluntad, a regular los procesos metabólicos, a aumentar la agilidad y la elasticidad, a desintoxicar el cuerpo, a revitalizar cada órgano, a estar siempre jóvenes. La salud está en nuestras manos, así como la dicha, el gozo y el crecimiento espiritual.

¿Qué queremos decir cuando hablamos de yoga terapéutico?

El Yoga terapéutico es aquél que se usa para mejorar la salud a nivel físico, energético, emocional y mental. Es un yoga sencillo que por definición debe estar al alcance de todas las personas, con opciones para que cada cual haga lo que más le convenga en función de su estado y de sus capacidades.

Con una práctica constante se pueden llegar a prevenir o combatir distintos tipos de afecciones del cuerpo y/o la mente. Para que el Yoga sea realmente terapéutico hay que trabajar el autoconocimiento del ser; esto es lo que distingue a un yogui de un contorsionista o un gimnasta.

Las asanas ayudan a tomar conciencia del propio cuerpo y de ellas se obtienen los siguiente beneficios fundamentales:
1) Masaje sobre vísceras y órganos
2) Estimulación del sistema nervioso vegetativo.
3) En un apartado superior, la inmovilidad de las posturas nos permitirá acceder al calma de la mente, «a la cesación de los movimientos del pensamiento»

Si vemos las posturas de flexión lateral de la columna se da un masaje por presión sobre el hígado (lado derecho) y sobre el bazo y el páncreas (lado izquierdo).

El masaje sobre estas vísceras hacen que estas se vacíen de sangre; luego, al deshacer la posturas estas mismas vísceras se llenan de sangre renovada, cumpliéndose una función de limpieza y drenaje.

La estimulación del sistema nervioso vegetativo y parasimpático favorece el estado de Yoga terapéutico se usan herramientas de la psicología, de forma tal que se pueda lograr una introspección que permita afrontar las causas de los trastornos físico-mentales.

Es importante también el trabajo en grupo que permite el feedback necesario para acelerar los procesos, aunque depende de los casos el trabajo del profesor puede ser personalizado. Se trata entonces de enseñar a los alumnos a liberarse de sus propios esquemas mentales inconscientes que los condicionan y oprimen.

Este proceso podemos decir que se divide en tres fases, conocer, aceptar e integrar, empleando distintas técnicas como las asanas, pranayamas, la relajación y la meditación.

En este proceso es importante que el profesor de Yoga sea un acompañante en el camino, capaz de facilitar a sus alumnos la vivencia de sus procesos y posterior integración de conductas saludables.

Dentro del Yoga siempre el límite es el dolor; nunca debe forzarse porque en el dolor el cuerpo nos está diciendo ¡para!

Poniendo un ejemplo: la ansiedad con Yoga Terapéutico podríamos tratarla comenzando con los cuadros secundarios (ej: contracturas, depresión, etc) que derivan de un cuadro primario de ansiedad.

Para superar este cuadro primario debemos atravesar una fase educacional, la práctica de asanas de gran poder ansiolítico, el trabajo sobre la respiración diafragmática profunda, la relajación consciente y la meditación. No podemos operar sobre la mente si no abordamos primero la fase fisiológica.

Finalmente el profesor debe hacerle conocer al alumno como se producen los desequilibrios y como se mantienen pues reconocer los efectos es el primer paso hacia la sanación.

El yoga terapéutico es aplicar el conocimiento que nos brinda el yoga con un objetivo terapéutico determinado, adaptando las técnicas para cada caso concreto, ayudando en la prevención y tratamiento de cualquier desequilibrio del ser.

¿Cómo puede ayudar el Yoga al Colectivo de personas con Discapacidad?

Los problemas psíquicos o físicos no pueden impedir que se inicie o continúe la práctica de yoga. El yoga es tan personal que todo el mundo lo puede adaptar a su condición ya sea desde una silla, desde alguna limitación de movimiento o psicomotriz.

El yoga es mucho más que una práctica física; comporta una actitud de vida, independiente de las condiciones físicas o psíquicas. Las técnicas variadas que nos enseña pueden ayudar enormemente a convivir con las dificultades que nos vamos encontrando, las que nos llegan de repente y las que van viniendo de manera gradual y casi imperceptible.

Más allá de lo que nos puede dar el yoga a niveles sutiles, a nivel físico nos proporciona una gran higiene postural, mejora la circulación de la sangre, la digestión, la respiración y la posición interna de los órganos. La idea principal es que nos invita a mover la columna en las cinco direcciones, flexibilizandola, estirándola, haciéndola rotar, fortaleciendo el eje central de nuestro cuerpo, el nadi Shushumna que tiene la fuerza para normalizar y equilibrar.

Afortunadamente los principios del yoga son más importantes que la forma concreta que adoptamos en cada asana y estos son iguales para todos.

Para la práctica física personal de las asanas desde una limitación, sólo hay que aprender a adoptar las posturas posibles, a buscar las variaciones o las alternativas a determinados movimientos que nuestra limitación no nos permite hacer, olvidando cómo debería ser el movimiento y la alineación del asana, sólo estando completamente presentes, utilizando bloques o cualquier ayuda, centrándonos en la respiración y en la coordinación de ésta con la postura y o visualizándola si por motivos puramente mecánicos no nos es posible hacerla y no tenemos ninguna alternativa.

Profundizar en la conexión entre mente, cuerpo y espíritu: unión -yoga-, es más que una estrategia personal de salud, es un cambio en la conciencia práctica que puede transformar el mundo.

A menudo tendemos a pensar en la discapacidad como en una limitación, que lo es, pero salvo en casos de discapacidad extrema, no será una incapacidad para hacer y para vivir la vida de acuerdo con la forma que tenemos de entenderla. Quizá sufrimos limitaciones físicas pero la discapacidad a menudo es una cuestión mental.

El Yoga nos hace ser más conscientes de nuestro cuerpo; nuestra «discapacidad» se integra más a nuestro cuerpo. Así como cada mañana al poner el pie en el suelo siento que me falta algo, la práctica del yoga elimina este obstáculo y ya no me falta nada. La plenitud que conlleva el yoga comprende todo lo que hago: los flujos de mi práctica, el tiempo que tomo para integrar y perfeccionar la sensación de mi existencia, el hecho de tomar conciencia del por qué y del cómo lo hago, es un todo.

Nuestra práctica regular de Yoga nos lleva al estado de Santosha, el segundo Niyama, el contento con uno mismo, que nos insta a aceptar nuestra condición y también a no buscar la felicidad en el exterior, porque sin paz interior tenemos un vacío que nada externo puede llenar. A veces, las limitaciones fruto del descontento interno, de la búsqueda de algo que pueda llenar el vacío, son más limitadoras e incapacitantes que una discapacidad psíquica o física.

APYTA
ESCUELA ESPAÑOLA DE YOGA TERAPÉUTICO Y AYURVEDA.
asociacionapytayoga.es 

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7,3 minutos de lecturaActualizado: 26/03/2024Publicado: 05/06/2015Categorías: Salud NaturalEtiquetas: , , , , , , , , , , , , , , , , , , , ,

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