Cómo superar nuestros cambios de etapa vital

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Tu calidad de vida no dependerá sólo de las capacidades que haya dentro de ti sino de la forma en que las utilices.

Cambios de etapa vital

Los seres humanos atravesamos las cuatro etapas de la vida, que son la niñez, la juventud, la etapa adulta y la vejez. Si negamos una, vamos a tener seguramente una percepción distorsionada de la realidad. Vamos a ver cómo superar cada etapa.

En la niñez suceden tres hechos sumamente importantes el destete que genera la primera sensación de pérdida, el primer duelo. En ese momento comienza la exploración del mundo. La segunda etapa es cuando el niño se pone de pie y empieza a dar sus primeros pasos la curiosidad infantil es muy importante, si en esa etapa le prohíben investigar, se inhibe su capacidad de curiosidad exploratoria, muy necesaria luego. Y el tercer momento y fundamental es, cuando adquiere la posibilidad de la comunicación simbólica. Los padres lo incorporan al mundo de las palabras. Si se nos niega la infancia vamos a perder la creatividad. Cada etapa de la vida tiene una tarea. En la infancia se aprende el juego y la creatividad, por eso los niños que no jugaron lo suficiente tienen problemas de adaptación. Si no conservan la habilidad de jugar, no van a poder resolver creativamente los problemas de la vida en la etapa adulta.

La juventud comienza con período psicológicamente tormentoso, la pubertad, que es la revolución emocional y psicológica más grande que tiene un humano a través de toda su vida. Luego del terremoto hormonal, que es la adolescencia, el humano se transforma bruscamente en otro. De niño se transforma en joven revolucionario que levanta el estandarte de la transgresión. Los adolescentes tienen que ser transgresores porque si no, no pueden inaugurar una nueva historia, tiene que decir «yo voy a hacer el mundo de nuevo». A veces tienen que romper todo para empezar otra cosa. Esto es necesario para mover la rueda de la historia y para poder tener una identidad distinta a la de los padres.

En este momento, de crisis y de transformación social, hay un problema grave que surge en la pubertad y es que los padres y los hijos están en una crisis constante. Por eso, es muy difícil para los padres entender a los hijos, porque los adolescentes están en un mundo que tiene otras definiciones sobre el amor, la muerte, la locura, la sexualidad, hay otra concepción y lo ven de distintas maneras. En la sexualidad también, hay cosas que la madre ni se imagina porque tuvo un mundo sexual distinto al que la hija vive hoy. Esto produce una fractura generacional y por eso es difícil hablar con adolescentes, inclusive hasta las palabras son diferentes. Por ello si se nos reprimió en exceso en la adolescencia, vamos a perder la rebeldía.

Adultos: la etapa de la adulta comienza actualmente alrededor de los 30 o 35 años. Es en esta época en la que la persona comienza a definir un proyecto vital. Una pareja, una familia, una profesión, una forma de estar en el mundo. Aquí comienza el ciclo de grandes decisiones, el pasaje de noviazgo a familia y la organización es completamente distinta, aparecen los hijos y se genera el grupo familiar, la transgresión que sirvió para poder zafar de los padres y construir una nueva identidad ya no es necesaria, ser un adolescente trasgresor es necesario, pero seguir siéndolo como padre de familia, ya no es funcional. La actividad de este ciclo de la vida es la familia, el rol profesional, la producción, el trabajo. Si éste falta, se enredan las cosas en nuestro sistema personal porque las dos columnas con las que sostenemos la vida, son los afectos y el trabajo, la familia sirve para nuestros aspectos internos, para los vínculos cercanos, para sentir que hay una red de apoyo y para poder dar también sostén a otros y el trabajo sirve para la realización social.

Si a un hombre o a una mujer lo echan del trabajo queda cojo/a. Por eso, el desocupado no sólo pierde en su economía cotidiana, sino el rol profesional, los horarios, los vínculos, la sociabilidad le cambia etc., se puede decir que se le desarmó una parte de la vida. En esta etapa aparecen sensaciones de desmotivación que tienen más que ver con el vacío existencial. A veces llegan a la sesión de coaching y dicen: “No sé para qué vivir, no me interesa nada”. “Tengo que volver a empezar y no sé por dónde” Es como la paralización de la vida, porque efectivamente están en una situación difícil. Sin embargo he sido testigo, a través de mi experiencia profesional como Coach y Terapeuta que en esta etapa se puede remontar las caídas y finalmente el adulto sale mucho más reforzado asumiendo esta etapa con plenitud y acopiando experiencia.

La Vejez
En una sesión de coaching una clienta me decía “Yo tenía miedo a esta etapa que empieza después de los sesenta años. Sin embargo, ahora que más o menos estoy instalada en ella me doy cuenta que se me ha simplificado la vida y la mayor parte de las cosas que antes me preocupaban, ahora creo que son tonterías “-Me ha quedado lo esencial: el amor, los hijos, pero he perdido a mi compañero de siempre”-Esta edad no está tan mal, el tema de la muerte siempre angustia, pensar en la propia o en la de un amigo / compañero. El temor a la vejez hace que la solapemos, que sea considerada como algo indigno, a ocultar en un geriátrico porque ya no “servimos más”. En Estados Unidos había una actriz que había sido muy famosa. Recuerdo una vez en Galicia, pude ver que estaban todos los abuelos jugando a las cartas y tomando su licor de hierbas con gran dignidad, algunos jóvenes les preguntaban cosas sobre la pesca, la historia, la política. El que vio la película casi hasta el final, sabe perfectamente cómo es, y puede avisarle a los otros cómo viene la mano de la vida. Estos son los abuelos los que ya vivieron parte de la película y nos alertan de cómo podemos seguir. En las comunidades indígenas de la costa del

Pacífico no existe la jubilación trabajando con ellos, estaban los viejitos de cada tribu mirando el mar y pensé: «Ahí está la biblioteca nacional»… Uno sabía de partos, otro de canoas, otro de plantas medicinales, a ellos los cuidaban mucho, porque eran los transmisores de la sabiduría, no había transmisión escrita. Tenían una mirada repleta de dignidad como los que vi en África. Allí, en el proceso de vida, se respetan todas las etapas. Y recordemos que los padres que no le tienen miedo a la muerte hacen hijos que no le tienen miedo a la vida.

Lo importante es seguir creciendo, es como pasar por distintas estaciones. En cada una hay que bajarse y tomar el otro tren (son las crisis evolutivas). Algunos se bajan en una y ahí se quedan, no siguen en el viaje de la vida. Cuando no se transita uno de los pasajes evolutivos, se produce una perturbación. Hay personas que sufren pequeñas crisis en cada cambio de etapa vital, a veces, estos cambios vienen acompañados de procesos dolorosos como pueden ser una separación, una mudanza, un duelo, la pérdida de un trabajo y entonces necesitamos primero re colocar internamente cada cambio. Las sesiones de coaching, en muchos casos, son una aliado excelente ya que el trabajo con estas problemáticas vitales se resuelven de una forma amena breve y en la mayoría de las veces con éxito. Personas que están transitando una etapa y que simplemente necesitan re instalarse en la confianza y en sus puntos fuertes, para poder pasar a la siguiente.

Como hacer nuestro cambio de etapa vital más ameno

Uno está más cerca del cambio, cuando menos intenta cambiar, es decir, cuando más se abre a la aceptación de todos los aspectos de su personalidad. El cambio se produce cuando uno se convierte, en cada etapa vital, en lo que es. Aprender a aceptarnos a nosotros mismos es el primer paso para poder cambiar situaciones complejas dentro y fuera de nuestro sistema familiar de pareja o laboral.

Muchas veces por temor o desconocimiento, en cada cambio de etapa vital tratamos de aferrarnos a la misma produciendo lo que se denominan “auto-boicot” para evitar entrar a la siguiente etapa, sufrimos una crisis de autoconfianza y nos da miedo lo que vendrá.

Apoyarnos con nuestros propios pensamientos

Confianza: sabemos que la vida es una elección, no algo que nos ocurre. Muchos piensan que confiar o tener fe en uno mismo es ir a una iglesia, practicar una religión, ser espiritual, ser antiguo o llevar una vida aburrida y monótona. La confianza es la fe que uno deposita en uno mismo, es acción, movimiento, resultado, vida. Confianza es convicción y certeza de que todo aquello que uno se proponga lo va a alcanzar.

Calidad de vida tu calidad de vida no dependerá sólo de las capacidades que haya dentro de ti sino de la forma en que las utilices. Calidad de vida no es solo una buena alimentación y tener las necesidades básicas satisfechas es, además, aprender a relacionarnos sanamente con nuestro sistema de pensamiento Quizá debas enfrentar fracasos, errores o decisiones equivocadas, si eres excesivamente rígido con tus pensamientos, tenderás a machacarte en vez de realizar un aprendizaje constructivo. Recuerda que muchos de los obstáculos y límites que encontramos están en nuestros pensamientos y eso configura una realidad hacen que nos estanquemos quebrando así el único ingrediente que necesitamos para alcanzar cada cambio de etapa vital: confianza en nosotros mismos.

Por eso no te quedes solo@ con aquellas cosas que te suceden comparte e intégrate cuanto más te conozcas a ti mismo, mejor será tu gestión emocional en cada etapa de cambio de etapa vital.

Verónica Rodríguez Orellana
Directora del Coaching Club.
Experta Internacional en Coaching- Especializada en Coaching Sistémico.
Master – Practitioner en PNL-Terapeuta Gestalt.
Miembro del Consejo Internacional de Expertos en Womenalia
www.coachingclub.es

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