Con el buen tiempo: date una oportunidad

¿Quieres más?

¿Te gustaría estar siempre al día con las últimas tendencias, consejos y secretos?  Suscríbete a nuestro boletín mensual y sé parte de una comunidad exclusiva.

 

Si siempre estamos pensando en un futuro mejor, te pasarás toda la vida, soñando en empezar a vivir. Si crees, que el futuro será siempre mejor, el presente nunca es lo suficientemente bueno. Te estas condenando a una pena perpetua de insatisfacción y descontento.

Con el buen tiempo, se nos presenta una extraordinaria oportunidad de acercarte al presente. Hemos avanzado mucho en el cuidando nuestro cuerpo, pero seguimos descuidando nuestra mente.

Cuando iniciamos cualquier actividad, lo habitual es presentarnos, decimos nuestro nombre y por lo general, nos piden que digamos alguna cosa, como el motivo principal por el que hemos ido.

Cuando esta presentación intencionadamente, no se hace de forma correlativa siguiendo el orden por el que estamos sentados, sino que nos vamos presentando por el orden que va indicando el facilitador, (práctica muy frecuente cuando vamos a trabajar alguno de los aspectos de nuestra atención) de manera que cuando todo el mundo ha terminado de presentarse, el facilitador nos pregunta si nos acordamos de quien se presentó después de nosotros. El resultado suele ser que el 85% no se acuerda.

Las causas podemos encontrarlas en que cuando estaba hablando la persona que se presentó después de nosotros, si la presentación nos produjo algún tipo de estrés, una vez que lo hicimos, nos sentimos aliviados, nos relajamos y como que se suele decir; nos olvidamos momentáneamente de todo.

O bien, estábamos pensando en nosotros mismos, en cómo lo habíamos hecho, autoevaluándonos si lo habíamos hecho bien, mal, que se nos había olvidado decir, que nos hubiera gustado decir, etc..

En definitiva, que ni siquiera en la iniciación de un curso en el que se va a tratar la atención, la presencia, estamos presente.

Si esto ocurre en un 85% en estos casos, y con personas sensibilizadas en la necesitad de estar presentes, es fácil imaginarse, en que porcentaje estamos presente en general, en la vida cotidiana: Nunca o casi nunca.

Y no estar nunca conscientemente presente, es no vivir conscientemente. Por eso, necesitamos imperiosamente una oportunidad, para comprobar, que esta situación es reversible, oportunidad que nos podemos dar en cualquier momento y lugar, pero que quizás con el buen tiempo, se pueda dar con mayor facilidad.

Pues con el buen tiempo, y sobretodo en vacaciones, si acertamos en su elección, no nos creamos excesivas expectativas, y vamos rápidos de equipaje, es más fácil sentirnos más libres, si elegimos una opción que no nos obligue forzosamente a seguir una rutina, unos horarios, que aunque la compartamos en grupo, no tengamos que demostrar nada, para que durante unos días hagamos las cosas cómo y cuando nos apetezca, sin apariencias, seamos nosotros, etc., En ese caso, convertiremos disfrutar del buen tiempo, y si podemos, nuestras vacaciones, en una gran oportunidad de ser verdaderamente libres, no sólo de las obligaciones cotidianas, sino y sobretodo, de la mente compulsiva que nos esclaviza, podremos tocar la única libertad real.

Porque todos en esta sociedad, estamos en mayor o menor medida, sometidos a ciertas dosis de estrés, que puede ir desde ciertos momentos o episodios aislados, hasta aquellas personas que deambulan por nuestras ciudades, “con el piloto automático”.

Y esta situación, hace que nuestra mente, que en su estado adecuado, sería una fuente de sabiduría y bienestar, se vea sometida a una martilleo de pensamientos en modo compulsivo. Evidentemente, así; con este maltrato, nuestra mente, además de deteriorarse mucho antes, no puede, no está funcionando adecuadamente, y si funciona mal. ¿De que signo será la energía que emite?

Merece la pena, por mucho que ya lo sepamos, que nos detengamos un momento, pensemos que si habitualmente, estamos sometidos a situaciones de estrés. ¿Qué tipo de energía estamos emitiendo? ¿Cuánto daño nos estamos haciendo y provocando en los demás?

Para liberarnos, sólo vale una vieja receta: Vivir. Vivir lo único vivible: El Presente.

Esto es algo que para muchos resultará muy conocido, pero no por eso practicado. Liberarnos de estar en el pasado o en el futuro, de estar aquí y ahora, lo hemos oído tantas veces… ¿Y entonces por qué no lo hacemos? ¿Por qué no estamos en el Presente? En mi opinión: Porque no nos gusta.

Cuando estamos disfrutando, haciendo algo que realmente no gusta, entonces no estamos en otra cosa. Cuando estamos con una persona que nos encanta, y con la que nos lo estamos pasando muy bien. ¿A que entonces si estamos en el presente? ¿Están dos enamorados haciendo el amor, en otro lugar que no sea el presente?

Si habitualmente no estamos en el presente, es porque no nos gusta, e incluso en muchas ocasiones lo rechazamos. No lo aceptamos.

Si sabemos todo esto, ¿Por qué sigue siendo tan difícil vivir el presente? Algunos dicen… que es que no pueden con tantas preocupaciones

¿Y qué son las preocupaciones? Pues, pensar que pude pasar, que puede ocurrir si…, que consecuencias puede tener si…. ¿Y eso que es?

Estas situaciones que tanto nos atormentan, no son más que imaginaciones de nuestra mente, situaciones que “pudieran” darse en el futuro, y que además, generan miedo. ¿No os da miedo pensar lo que podría ocurrir?

Pues estar en esa situación es nefasto porque:
1.- No se puede hacer nada.
2.- Te impide hacer cualquier cosa.

No se puede hacer nada, porque no se puede hacer nada sobre situaciones que no existen, que no son mas que proyecciones mentales inventadas, soñadas, por tu mente. Y te impide hacer cualquier cosa, porque te dan miedo, y el miedo paraliza.

Solo podemos actuar sobre algo real, sólo podemos actuar, cambiar, influir, sobre el presente, que es lo único real. El presente es para vivirlo, para actuar en el, y no como un medio para llegar a una situación soñada en el futuro.

Posiblemente, no sólo padezcas algo o mucho de estrés, no sólo tengas preocupaciones, sino que además es posible, que estés insatisfecho con tu presente.

Si es así, debemos ser conscientes que ello no es consecuencia de lo que te pase, de las circunstancias de tu vida, de cómo te vayan las cosas, y mucho menos es culpa de los demás,… el motivo de tu insatisfacción con el presente, no tiene nada que ver con eso. Es consecuencia de no estar en el presente.

Si siempre estamos pensando en un futuro mejor, que te salve de la situación actual que no te gusta, que incluso rechazas: Te pasarás toda la vida, soñando en empezar a vivir.

Y como crees, que el futuro será siempre mejor, el presente nunca es lo suficientemente bueno. Te estas condenando a una pena perpetua de insatisfacción y descontento. Hagas lo que hagas, consigas lo que consigas. Las personas que viven así, las satisfacciones les duran muy poco tiempo, y siempre esperan más.

Vivir en ese “estado de espera”, es querer el futuro, es querer estar en el futuro. Querer estar en el futuro, es no querer estar en el presente. Y siento decirte, que la máquina del futuro aún no está operativa, que te guste o no, estas aquí, en el presente. Quieres lo que no existe, lo que es sólo una ilusión, y no quieres lo que es una realidad, lo que existe, lo que tienes. Es evidente, que si es así; tenemos un problema, y no menor, porque si renuncias al presente, te pierdes vivir.

Decíamos que no estamos en el presente porque no nos gusta. Y nos vamos al futuro, porque nos imaginamos una situación mejor que si nos gusta. La diferencia es que una es real y la otra no, el problema es; que si no estamos en el presente, vivimos en una situación irreal.

Cuando hablamos de no estar en el presente, no quiere decir que siempre estemos en el futuro, también es posible irse al pasado: ¡ Lo que sea, menos estar aquí, en el ahora!.
Ojo con esto, con el pasado, estudios neurológicos han demostrado, que reactivar circuitos del pasado envejece. Anclarse en el pasado, no activar nuevos caminos en el presente, es empezar a prepararse para despedirse físicamente de esta vida. Se ha comprobado que aquellas personas de avanzada edad, pero que a pesar de ello, siguen con nuevos proyectos, nuevas ideas, ese tipo de personas que viven “como si no se fueran a morir nunca”, se conservan más jóvenes y vitales.
Por el contrario, aquellas que siempre están hablando del pasado, envejecen mucho más rápido.

Por eso te pedimos que “te des una oportunidad”, de acercarte al presente, comprobar que vivir en él es posible, aprovechando justamente que ESE PRESENTE QUE SI TE GUSTA, como es el buen tiempo o unas vacaciones, si puedes, pero esto último no es imprescindible, lo que si lo es, es aprovechar cada pequeña ocasión de disfrutar, alargando, los momentos positivos, para darte cuenta de que vivir más en el presente, con los enorme beneficios que ello conlleva como la reducción del estrés, el sentido de la vida, etc., es posible.

Hemos avanzado mucho en el cuidando nuestro cuerpo, pero seguimos descuidando nuestra mente.

Juan Moreno
Coordinador de Programas “Vacaciones Desconecta”
www.vacacionesdesconecta.com

Haz tu buena obra del día ¡Compártelo!

8,7 minutos de lecturaActualizado: 21/11/2017Publicado: 04/05/2016Categorías: Desarrollo PersonalEtiquetas: , , , , , , , , , , ,

Comenta este artículo