India puede ser uno de los países más fascinantes, pero también de los más extraños. Si en el norte se dan las rutas monumentales, el recorrido desde Mahabalipuram hasta los canales de Kerala es un viaje sensorial a través de sus gentes, sonrisas, colores y aromas de la antigua rutas de las especies. Una prodigiosa amalgama de lenguas, historia, culturas, etnias, creencias y estilos de vida de la que pocos países pueden presumir pero sorprendentemente… poco conocida en Occidente.
La manera de conocer un país es cuando se abren bien los ojos y el corazón. Cuando permitimos que los secretos que se esconden durante el trayecto, pasen a nuestro interior, nos sorprendan y queden integrados con nuestras propias experiencias. Abrir los ojos debería ser como abrir una puerta a la emoción, viajar “equilibrada-mente” armonizando la razón y el corazón.
El turismo sostenible es el futuro y el sur de la India puede ser un buen destino para poner en práctica lo que entendemos como “turismo consciente” donde se den toda esa fusión de sensaciones, olores, colores, sabores, experiencias, espiritualidad, contrastes…
Se entiende este tipo de turismo como una manera de participar en el conocimiento del mundo y de las personas que lo habitan, desde el respeto al sistema natural y a la cultura de las comunidades a las que nos acercamos, tratando de promover su desarrollo y bienestar, a la vez que ensanchamos nuestra conciencia.
Muchos sueñan con viajar a la India, conocer su cultura, religión y paisajes, acercarse a los grandes Maestros y a sus míticos ashrams, experimentar milenarias prácticas como la meditación, el yoga o el ayurveda. Viajar con guía acompañante puede ser la mejor forma de comprender y dar sentido a lo que te rodea; te ayuda a sacarle el mayor partido a cada momento e iniciarte en alguna de las prácticas que fomentan el conocimiento interior.
Viajar con conciencia es la oportunidad de encontrarse con dos itinerarios en un único viaje. Por un lado, una ruta cultural, turística y humanitaria, en la que hay espacio para la diversión y el esparcimiento. Por otro, un itinerario que permita conocer y ahondar en tu paisaje interior, abriendo espacios generadores que te alimenten para el resto de la vida.
El sur de la India peninsular representa el cálido corazón del subcontinente; un paisaje infinitamente distinto al de las montañas y desiertos del norte. Tierra de Maestros y cuna de espiritualidad.
ESTADO de TAMIL NADU: el paisaje de la historia y de la tradición
Historia, espiritualidad y naturaleza se funden en un territorio lleno de visitas obligadas. Tamil Nadu goza de una personalidad cultural propia y de templos hindúes centenarios labrados en roca, siendo su lengua la única con raíces tan antiguas como el sánscrito. Templos y ciudades que fueron testigos del florecimiento de la danza, la música y la cultura. Muchas ciudades llevan el prefijo “Tiru”, que significa “sagrado” e indica la presencia de un importante centro religioso.
ESTADO de ANDHRA PARADESH: el paisaje de las sonrisas
Andhra Pradesh está ocupado casi en su totalidad por la rocosa meseta del Decán, que se eleva 1000 metros sobre las fértiles llanuras del litoral. Es el estado más grande del sur de la India. Caminatas espectaculares y oportunidades únicas para observar la fauna y flora tanto de las montañas como de las llanuras así como la cultura rural y tribal.
ESTADO de KERALA: el paisaje de la naturaleza
¿Sabías que el significado de Kerala es el país de los cocos? La leyenda dice que esta región surgió cuando el dios Visnú lanzó su hacha de guerra al mar. Sus backwaters y canales son un laberinto de brazos de agua bordeados de cocoteros que tejen la costa sur de Kerala.
La franja de tierra entre el Mar Arábigo y los montes de las especias es una tierra de paisajes tropicales exuberantes, sacudida por la brisa, flanqueada por palmeras y donde el mar ha sido protagonista desde la Antigüedad. Judíos, árabes, portugueses… han forjado uno de los estados más multiculturales de la India.
Óscar Morales
yoguindia.com