Colores, sensaciones, sabores, experiencias, olores, espirituales, contrastes… Muchos sueñan con viajar a la India, conocer su cultura, religión y paisajes, acercarse a los grandes Maestros y sus míticos ashrams, experimentar milenarias prácticas como la meditación, el yoga o el ayurveda.
La búsqueda de uno mismo es un camino con muchas vueltas. Hay seres que lo han realizado antes y se han convertido en guías o maestros (Gurús les llaman en India) y contribuyen a orientar a otros en ese camino.
Poder visitar sus espacios, meditar en sus samadhis, poder escuchar directamente de Ellos sus enseñanzas, en algunos casos, etc. es una experiencia única que abre un espacio generador que alimenta para el resto de la vida.
Recorreremos en este artículo algunos de esos lugares mágicos y espirituales.
Pondicherry
Pondicherry, es una antigua colonia francesa, situada en la costa de la Bahía de Bengala. Tiene varias iglesias, museos y centros de interés, pero sobretodo es un lugar para pasear, para descubrir el ambiente del barrio francés, del paseo marítimo, para sentarse y observar, para meditar…
El ashram de Sri Aurobindo es el corazón que hace latir Pondicherry, cuya vida gira en torno a las actividades que éste realiza. Fue fundado en 1926 por Sri Aurobindo, famoso yogui y poeta mundialmente conocido por ser el creador del Yoga Integral y de una corriente filosófica según la cual la divinidad reside en el interior de cada ser humano. Allí está la tumba o Samadhi de Sri Aurovindo donde la energía es muy especial e invita a una profunda meditación.
Auroville
Ciudad también llamada de la Luz y de la Aurora. Fue inaugurada el 28 de febrero de 1968, en presencia del presidente de la India, en una ceremonia en la que jóvenes representantes de 124 países y 23 estados de esa nación colocaron un puñado de su tierra natal en una urna, como símbolo de unidad.
Esta es una prueba piloto para crear una ciudad que promueva un sistema comunitario en el que prevalezca la importancia del ser más que del tener, la espiritualidad en los vínculos y la fraternidad. Su fin es crear propuestas que favorezcan un entendimiento global por medio del reconocimiento de la diversidad de culturas.
Para muchos, Auroville -ciudad del alba- es un milagro en el desierto. Un árido desierto convertido en un vergel es un exitoso ejemplo de sostenibilidad, que nos enseña los logros de la regeneración rural, la innovadora utilización de la tecnología y la agricultura sostenible.
La razón de la existencia de Auroville, en palabras de La Madre, compañera espiritual de Sri Aurobindo: “debe existir sobre la Tierra un lugar inalienable, un lugar que no pertenezca a ninguna nación, un sitio en donde todos los seres de buena voluntad, sinceros en sus aspiraciones, puedan vivir libremente como ciudadanos del mundo”. Razones que hoy continúan estando vivas porque sigue siendo imprescindible que el ser humano se sienta uno, con su especie y con el conjunto de la naturaleza.
Como su nombre evoca, representa el despertar de una nueva conciencia, la conciencia divina que habita en cada uno de nosotros.
Su trama urbana es circular, rodeada de un cinturón verde de 20 kilómetros, aproximadamente. En el centro tiene una gran esfera –Matrimandir que contiene una enorme sala de meditación con muros de mármol blanco por la que se filtran los rayos solares mediante un sistema de espejos en el techo. La estructura simboliza el nacimiento de una nueva conciencia.
Tiruvannamalai
Tiruvannamalai se extiende a los pies de la montaña sagrada de Arunachala. La montaña es en realidad un volcán extinguido de 800 metros de altura, donde, cuenta la leyenda, que se apareció Siva en forma de columna de fuego dando origen al símbolo del “lingam”. Existen en toda India cinco lugares, cada uno dedicado a un elemento. Arunachala representa el elemento fuego.
Cada noche de luna llena, hasta un millón de peregrinos acude a la ciudad para recorrer con los pies descalzos los 14 kilómetros que rodean la base de la montaña.
El antiguo templo de Arunachaleswar ocupa diez hectáreas y es uno de los más grandes de la India. En el corazón del templo, protegido por sucesivos círculos de muros, pasillos y patios, se encuentra el famoso lingam junto al fuego de un horno custodiado por brahmanes.
Desde mediados del siglo XX la montaña de Arunachala está asociada a la inmensa figura de Sri Ramana Maharshi, el sabio originario de una aldea cercana a Madurai, que a los 16 años tuvo una experiencia de iluminación espontánea, plena y total, que mantuvo de forma permanente el resto de su vida.
Atraído fuertemente por la montaña Arunachala, Sri Ramana se trasladó allí y habitó en una cueva en un fuerte estado meditativo durante 20 años, pasados los cuales fundó junto a algunos discípulos el famoso ashram que actualmente es visitado por seguidores procedentes de todos los lugares del mundo.
Annantapur: Fundación Vicente Ferrer
La Fundación Vicente Ferrer es una ONG para el desarrollo comprometida con el proceso de transformación de una de las zonas más pobres y necesitadas de la India, del estado de Andhra Pradesh y de algunas de las comunidades más desfavorecidas y excluidas del sistema de castas indio: dálits, grupos tribales y backward castes.
La Fundación Vicente Ferrer se crea en la India en 1969 con el objetivo de buscar soluciones a los graves problemas a los que se enfrentaba la comunidad rural de Anantapur. Desde entonces, funciona como un organismo de fuerte implantación social, respetuoso con el entorno y promotor de la transformación que se está produciendo en la región.
Es una organización humanista fundamentada en la filosofía de la acción. Con su forma de pensar y actuar, Vicente Ferrer fue capaz de trasmitir su compromiso para erradicar las desigualdades y movilizar las conciencias, a la vez que involucraba a las personas en su propio cambio. Su forma de entender el desarrollo ha dado lugar a un modelo ejemplar en el marco de la cooperación.
El mejor legado que nos ha dejado Vicente Ferrer es el de demostrarnos que ser personas solidarias es trabajar por el bien común.
Un equipo de casi 2.400 personas (de las cuales el 99% son naturales de Anantapur) ejecuta el programa de desarrollo que la organización lleva a cabo –el más innovador en la historia de la India- y que cubre 3.093 pueblos y beneficia a casi tres millones de personas.
Amritapuri, ashram de Mata Amritanandamayi Devi en Kerala
El ashram de Amritapuri da la oportunidad de vivir la experiencia espiritual junto a un Maestro vivo. Amma es conocida mundialmente como “la Madre de los abrazos” y es reverenciada por muchos como un Mahatma (Gran Alma).
La vida del ashram es sumamente rica y variada. Amritapuri es un centro de actividad monástica, pero también un ashram moderno que acoge a personas de todas las religiones y procedencias y que dispone de múltiples servicios: café, biblioteca, tienda de ropa, internet, etc.
En Amritapuri se puede meditar, asistir a satsangs (charlas) o cantos devocionales, pero también visitar a un astrólogo védico, un médico de ayurveda o participar en alguno de los muchos cursos y talleres que se ofrecen a diario (yoga, Tai-Chi, danza, etc.). Asimismo, existe un Templo donde se pueden realizar pujas (rituales) y también se puede contemplar el mar desde la playa del ashram, porque está situado en la costa del Mar Arábigo.
La obra benéfica de Amma, conocida como “Embracing the World”, también tiene su sede en Amritapuri y puedes aprender sobre los distintos proyectos que la organización realiza por todo el mundo.
Magdalena Hernández
Directora de Yoguindia
www.yoguindia.com