Una interpretación espiritual del Rubaiyat de Omar Khayyam
Paramahansa Yogananda
Hace mucho tiempo conocí en la India a un venerable poeta persa, quien me dijo que a menudo la poesía de Persia tiene dos significados, uno interno y otro externo. Recuerdo la gran satisfacción que me produjo escuchar sus explicaciones acerca del doble significado de diversos poemas persas.
Cierto día en que me hallaba profundamente concentrado en las páginas del Rubaiyat de Omar Khayyam, repentinamente vi derrumbarse las murallas de su significado externo y se desplegó ante mis ojos la vasta fortaleza interior rebosante de áureos tesoros espirituales.
Desde entonces, he admirado la belleza —antes invisible— del castillo de sabiduría interior del Rubaiyat. Presentí que este maravilloso castillo de la verdad, que toda mirada penetrante está capacitada para contemplar, podía convertirse en un puerto seguro para numerosas almas que buscan refugio frente a la invasión de los ejércitos enemigos de la ignorancia.
Por alguna misteriosa ley divina, los tratados de hondo significado espiritual no desaparecen de la faz de la tierra aunque se hayan visto expuestos a siglos de interpretaciones equivocadas, como ha sido el caso del Rubaiyat. Ni siquiera en Persia se comprende en su totalidad la profunda filosofía de Omar Khayyam del modo en que he procurado exponerla.
Merced a sus ocultos cimientos espirituales, el Rubaiyat ha soportado los embates del tiempo y las interpretaciones erróneas de muchos traductores y ha perdurado como una eterna mansión de sabiduría para proporcionar solaz espiritual a las almas amantes de la verdad.
En Persia, Omar Khayyam siempre ha sido considerado un maestro místico sumamente avanzado, y su Rubaiyat se venera como una inspirada escritura sufí. En su introducción al Rubaiyat […], el profesor Charles F. Horne escribe lo siguiente: «El primer gran escritor sufí fue Omar Khayyam. Lamentablemente, un inmenso número de lectores occidentales ha llegado a considerar a Omar como un poeta erótico y pagano, un bebedor empedernido interesado únicamente en el vino y los placeres terrenales. Esto es típico de la confusión que existe sobre el tema del sufismo en su conjunto. Occidente ha insistido en juzgar a Omar desde su propio punto de vista. Pero si realmente queremos comprender a Oriente, debemos esforzarnos por saber cómo su propio pueblo considera sus escritos. Muchos occidentales se sorprenden cuando se les dice que en la misma Persia no existe controversia alguna acerca de la poesía de Omar y su significado, y que realmente es aceptado como un gran poeta religioso.
»¿Qué hay entonces de todos sus apasionados elogios del vino y del amor? Se trata simplemente de las metáforas sólidamente establecidas del sufismo; el vino es el gozo del espíritu y el amor es la extática devoción a Dios. […]
»Omar ocultó su conocimiento en vez de desplegarlo abiertamente. Resulta absurdo que un hombre de tal estatura espiritual sea considerado por el mundo occidental como un ocioso juerguista. Sería una total contradicción que semejante sabiduría se encontrase unida a tal superficialidad».
Omar y otros poetas sufíes empleaban símiles populares y hacían referencia a los gozos ordinarios de la vida con el fin de que el hombre mundano pudiese comparar dichos gozos ordinarios de la vida mundana con los gozos superiores de la vida espiritual. A aquellos que suelen beber vino para olvidar temporalmente las tristezas y las insoportables pruebas de la vida, Omar les ofrece el néctar de la iluminación y del éxtasis divino que proporciona un deleite mucho mayor, pues cuando el hombre lo bebe tiene el poder de hacer desaparecer sus males para siempre. ¡Seguramente Omar no se tomó el esfuerzo de escribir tantos versos exquisitos sólo para aconsejarle a la gente que huya del sufrimiento narcotizando sus sentidos por medio del vino! […]
Con la ayuda de un erudito persa, traduje al inglés el Rubaiyat original. Sin embargo, descubrí que, aun cuando la traducción era literal, carecía del ardiente espíritu del original de Khayyam. Al comparar esa traducción con la versión de Edward FitzGerald, me di cuenta de que él había sido divinamente inspirado para captar con exactitud en inglés el alma de los escritos de Omar en un lenguaje gloriosamente musical.
Decidí, por lo tanto, interpretar el oculto significado interior de los versos de Omar empleando la traducción de FitzGerald, en lugar de utilizar mi propia versión o cualquier otra que hubiese yo leído. […]
J. B. Nicolas, cuya traducción al francés de 464 rubaiyatas (cuartetas) se publicó en 1867 (pocos años después de la primera edición de E. FitzGerald), se opuso a la idea de FitzGerald de que Omar fuese un materialista. FitzGerald se refiere a este hecho en la introducción a la segunda edición que publicó:
«El señor Nicolas —cuya edición [del Rubaiyat] me ha recordado diversas cosas y me ha instruido en otras— no considera que Omar sea un epicúreo materialista como yo literalmente lo he conceptuado, sino que sostiene que se trata de un místico que ocultó a la Deidad bajo la figura del vino, el copero, etc., tal como supuestamente lo hace Hafiz. En pocas palabras, que es un poeta sufí como Hafiz y otros. […] Puesto que existe cierta creencia tradicional y ciertamente contamos también con la opinión de algunos estudiosos en favor de que Omar era un sufí —incluso semejante a un santo—, aquellos que así lo prefieran pueden interpretar de ese modo el vino y el copero».
Omar señala claramente que el vino simboliza la embriaguez del amor y gozo divinos. Muchas de sus estrofas tienen tal pureza espiritual que apenas si se puede extraer de ellas algún significado relacionado con lo material […]. El verdadero vino maravilloso al que se refería Omar era el vino gozosamente embriagador del amor divino […]. Es ese Amor Divino lo que Omar aconseja como panacea para todos los interrogantes y males que el ser humano debe afrontar.
Mientras trabajaba en su interpretación espiritual, el Rubaiyat me condujo a un infinito laberinto de verdades, hasta que quedé totalmente maravillado y perdido en el éxtasis. El modo en que Khayyam ha ocultado su filosofía práctica y metafísica en estos versos me recuerda «La revelación de San Juan» [El apocalipsis de San Juan]. El Rubaiyat podría denominarse, con justa razón, «La revelación de Omar Khayyam».
Este texto ha sido extraído de la Introducción del libro EL VINO DEL MÍSTICO – El Rubaiyat de Omar Khayyam: Una interpretación espiritual, cuyo autor es Paramahansa Yogananda (Copyright © 2014 Self-Realization Fellowship, Los Ángeles, California).
Paramahansa Yogananda es mundialmente reconocido como una de las personalidades espirituales más ilustres de nuestro tiempo. Nació en el norte de la India y en 1920 se radicó en Estados Unidos, donde enseñó, durante más de treinta años, la antigua ciencia y filosofía de la meditación yóguica y divulgó el arte de vivir en forma equilibrada. A través del célebre relato de su vida, Autobiografía de un yogui, y del resto de sus numerosos libros, Yogananda ha inspirado a millones de personas. En la actualidad, Self-Realization Fellowship —la sociedad internacional que él fundó en 1920 con la finalidad de diseminar sus enseñanzas en todo el mundo— continúa llevando a cabo su obra espiritual y humanitaria.