Vivir el Cielo en la Tierra

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Estimado/a lector/a, te propongo lo siguiente: durante unos instantes cierra los ojos y permanece mirando tranquilamente lo que tienes delante de ti, comprueba que estás mirando y confirma tu posición de observador, una vez hecho esto eleva ligeramente la mirada hacia el cielo de tu cabeza y permanece serenamente así un par de minutos…

Lo que acabas de realizar es un gesto que promueve el contacto con lo que está más allá y por encima de ti, y a lo que llamaremos «el Cielo». No es preciso que analices la experiencia, lo que se te sugiere es que abras tu mente al altísimo valor de la experiencia como fuente de conocimiento, que observes la potencia del contacto directo con las cosas.

En el Yoga Integral buscamos conscientemente este contacto directo con lo que realmente somos, aspiramos a que lo espiritual sea práctico y que pueda realizarse en la Tierra.

Al elevar la mirada tomamos contacto con el cielo, abrimos nuestra mente, corazón y cuerpo a ello, para «vivir el Cielo en la Tierra». El inicial e inevitable conflicto entre este ideal y el juego de luces y sombras de la existencia humana es preciso afrontarlo con serenidad y buen criterio, ¿hay alguna forma de conciliación entre la aparente contradicción entre el ideal y la realidad , qué nos sea un dogma?. La mejor forma de evitar el dogmatismo cuando este ya no es necesario, es la apertura a la posibilidad. Un yogui librepensador no da nada por hecho que no pueda corroborar con la experiencia, al mismo tiempo que se abre sin reservas a la posibilidad de que cualquier cosa inimaginable pueda suceder.

En el ámbito de las ideas solemos encontrarnos con la extendida creencia de que el saber es una mera comprensión intelectual de las cosas. La propuesta del Yoga Integral es otra, Saber y Ser son inseparables, de manera que la sabiduría verdadera se expresa a través del pensamiento justo, la palabra justa, la emoción justa y la acción justa.

Como consecuencia de esta relación entre la sabiduría y la manifestación, en la enseñanza del Yoga Integral, la mera instrucción en las técnicas no es el objetivo final del Profesor. Éste aspira a descubrir y realizar lo que es, al dominio en la técnica se añade la potencia de la autenticidad del transmisor, lo cual facilita al alumno el acceso a su propia Verdad. La enseñanza puede expresarse fluidamente a través de la persona si está presente el principio de integración del conocimiento a través de la experiencia, gracias a lo que la presencia se convierte en un potente medio que apoya los aspectos más técnicos.

El buen profesor/a se orienta según el principio de realización de la luz en sí mismo/a , y en su disposición de compartir ofrece un conocimiento explícito y/o sutil. Los resultados suelen ser extraordinarios, por lo general los alumnos son proyectados de una forma efectiva hacia experiencias que resultan transformadoras, y la enseñanzalogra colmar tanto las aspiraciones luminosas del alma de los alumnos como las del profesor.

Nuestro trabajo personal como profesores se configura en torno a la conexión con el guía interno, lo que nos facilita expresar espontáneamente lo más elevado que hay en nosotros. No todas las personas precisan los mismos medios para despertar la sabiduría en sus vidas, pero observamos que hay algunas generalidades frecuentes.

Un avance imprescindible es que alcancemos a comprender que nuestra esencia consiente y presiona para expresarse a través de nuestro Hatha Yoga pone a nuestra disposición su extraordinario potencial para que nuestro cuerpo y vitalidad estén en unas condiciones que hagan posible la realización de las iluminadas sugerencias del ser. La salud es una importante conquista, ya queexpresa un equilibrio básico de cuerpo, emoción y pensamiento. Además nuestro cuerpo físico es el almacén de la fuerza vital que precisamos para llevar a cabo el propósito de nuestro corazón, y es el campo experiencia en el que se materializan las luchas y conflictos que emergen del subconsciente. Por supuesto, el cuerpo no funciona por separado, responde a un compendio de materia, energía y mente y la gestión de esa energía la desarrollamos con mente, cabe la posibilidad de convertirlo progresivamente en elemento rector de nuestra vida.Cuando las condiciones de los instrumentos son adecuadas, el elemento espiritual puede empezar a emerger a la superficie y no solo tenemos constancia de su presencia en nosotros, además lo de externo se ve afectado por lo interno.No solo vivimos la presencia de nuestro ser profundo, también vemos que este contacto tiene un resultado evidente, y nos disponemos a que con mayor frecuencia lo que se expresa a través de nosotros proceda de lo Superior. Mientras los instrumentos siguen ajustándose, crece la aspiración al contacto con lo que por experiencia propia,nos impulsa a una vida más plena. El pleno desarrollo de las potencialidades del ser ofrece un profundo significado a la vida humana sobre la Tierra, y es el verdadero sentido de la expresión» Vivir el Cielo en la Tierra».

Abrirse a la posibilidad, querer que suceda y poner los medios para llevarlo a cabo, es el método propuesto por el Yoga Integral, y también podemos elegir compartirlo libremente con los demás en base a nuestra experiencia progresiva y contrastada, y/o guiados por la inspiración que se precisa en todo Arte.

Sandra Docando Andrade (Savitri).
Miembro de la Escuela de Yoga Integra Mahashakti
www.escuelamahashakti.com 

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4,8 minutos de lecturaActualizado: 20/11/2017Publicado: 18/09/2014Categorías: Estilo de VidaEtiquetas: , , , , , , , , , , , , , , , , , ,

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