En la vorágine de lo cotidiano, es común que transitemos nuestras jornadas en ‘modo piloto automático’. Nuestra mente no se encuentra plenamente presente, sino que vagabundea entre juicios del pasado y anticipaciones del futuro. En medio de este constante bombardeo de estímulos, muchos de nosotros experimentamos un profundo vacío y desconexión. Es un recordatorio de que, en ocasiones, pensamos que vivimos cuando en realidad solo estamos presentes físicamente.
Tomar pausas en nuestra rutina diaria nos invita a una nueva perspectiva sobre nuestras vidas y nuestro entorno. Para recobrar ese sentido de sorpresa y asombro que teníamos de niños, es vital apartar tiempo para explorar nuestros sentidos y reconectar con nuestro ser interior, así como con el mundo que nos rodea.
Amigos del Desierto es un colectivo dedicado a ofrecer experiencias de retiro que permiten a las personas tomarse un respiro y reencontrarse con su riqueza interior, utilizando la meditación y el silencio. Nos guiamos a través del legado de oración contemplativa y espiritualidad de los Padres del Desierto, una tradición que ha florecido a lo largo de los siglos.
Desde la antigua figura de Juan Casiano en el siglo IV hasta contemporáneos como Thomas Merton y Franz Jalics, muchos han contribuido a revivir el espíritu de esta tradición que busca conectar a las personas con su esencia. El retiro que ofrecemos está diseñado no solo para ‘desconectar’ de la rutina, sino para ‘re-conectar’ con nuestra fuente interior de energía y creatividad.
Sin embargo, un único retiro puede resultar insuficiente para cambiar nuestra trayectoria en el largo plazo. Por ello, ofrecemos herramientas y prácticas que fomenten la meditación en silencio. Este tiempo diario de reflexión puede abrir la puerta al tesoro que reside en tu interior, el cual busca ser descubierto.
Pero, ¿cómo llegamos a ese fondo del corazón donde reside nuestro propio tesoro? La respuesta es: la meditación a través de la oración silenciosa.
¿Qué significa realmente meditar?
La palabra meditatio proviene del latín y significa “permanecer en el centro”. A menudo, estamos perdidos en la periferia de nuestras preocupaciones, pero meditar es emprender un viaje hacia nuestro núcleo personal. En ese centro, el paisaje de nuestra interioridad se simplifica, y podemos experimentar un bienestar profundo.
El término contemplatio también tiene sus raíces en el latín y significa “estar en el templo”. Nuestro interior es ese templo, habitado por lo sagrado, lo que algunos llaman Dios, el Espíritu, o simplemente el Misterio. La meditación es un proceso artesanal que demanda nuestro tiempo, nuestra entrega y nuestra confianza.
Los frutos de esta práctica interior
Con el tiempo, a medida que te adentras en la meditación, comenzarán a florecer sus efectos: cultivando tu capacidad de disfrutar, un renovado asombro ante el mundo y la vida, y un incremento en tu sensibilidad y lucidez. Experimentarás más coraje, serenidad, compasión y una alegría que brota de lo más profundo de tu ser.
Elena Sierra, Pablo d’Ors y los Amigos del Desierto
para La Hospedería del Silencio
www.amigosdeldesierto.org
