«A un observador lejano, que en un principio viese la tierra luminosa y azul, al llegar a descifrarla mejor, le aparecería como luminosa de pensamiento». Teilhard de Chardin
Decía José Antonio Marina: «Confieso que la pregunta teológica que más me intriga es: si no existiera la palabra «Dios», ¿qué experiencia, razonamiento o suceso, nos incitaría a inventarla?».
Cada uno tendrá su respuesta, pero la mía, creo que sería la contemplación de objetos lu-minosos en el cielo.
Imaginemosnos la impresión que sufrirían nuestros antepasados del Paleolítico, cuando vieran unas luces moviéndose por el firmamento, y mas aun si las veían de día.
Para muchos científicos, las probabilidades de que existan especies inteligentes fuera de la Tierra, son como mínimo del 50 %. Por ello, a despecho de lo que piensen algunos fundamentalistas cientificistas, hablar de posibles comunicaciones futuras de ellos con nosotros o de nosotros con ellos, no es ninguna frikada.
Nuestras culturas están compuestos del conocimiento de la Realidad que tenemos, o sea de las cosas que sabemos. Pero además, en los campos que aún no conocemos, adoptamos unas hipótesis, que constituyen el conjunto de nuestras creencias.
De esas creencias que tenemos, las que tratan sobre una hipotética realidad extrahumana, supone nuestro «corpus» religioso.
Es verdad que esas hipótesis no suelen realizarse en el vacío, sino que incorporan unos elementos mitológicos, escritos u orales, antiguos o modernos, de cuya veracidad no hay certeza. Por ello no dejan de ser especulaciones más o menos coherentes con nuestro esquema, y que resuenen más o menos con nuestras intuiciones personales.
Si consideramos a los mitológicos dioses sumerios, o al Yavhé judío, o a los dioses hindúes y budistas, o a los dioses mayas, etc, como vecinos cercanos del cosmos, o sea lo que se suele denominar como «extraterrestres», en realidad, solo serían elementos religiosos, porque fueron considerados así por nuestros antepasados, constituyendo el «corpus» doctrinal de las actuales religiones y las del pasado.
Pero en realidad, se podrían considerar como integrantes hipotéticos de una realidad cósmica cercana, y por tanto serían integrantes de una futura e hipotética geografía e historia del cosmos cercano.
En el futuro, quizás las historias sagradas se estudiarán en los Atlas de la Vía Láctea, y en la asignatura de Geografía e Historia cósmica, y no en la de Religión.
«La realidad no solo es más extraña de lo que concebimos, sino más extraña de cómo podamos concebirla», decía el biólogo Haldane. Por ello pensar que los «dioses» no son más que visitantes extraterrestres, no es mas que un primer paso balbuceante, del largo camino que nos queda en el camino del conocimiento de la Realidad.
E incluso nuestros «sabios» visitantes, seguro que también andan dando pasos titubeantes en ese camino, aunque ya estén más adelantados científicamente que nosotros.
Si algún día llegáramos a contactar con ellos, seguro que nos contarán que ellos a su vez tendrán sus propias hipótesis sobre la realidad cósmica en otras galaxias, o en la otra punta del Universo, o en otros Universos paralelos, o incluso sobre el gran Hacedor de todo, (si es que existe y se le puede denominar de alguna manera).
Ellos tendrán su propia religión, que como tendrán mucho mas conocimiento científico que nosotros, contendrá seguramente elementos y campos que nosotros ni imaginamos siquiera.
¿Qué nos van diciendo los «extraterrestres» sobre Dios?. En sus «canalizaciones» asumen un papel mas cercano a «ángeles» que a extraterrestres. Pero en contactos Ovni, supuestamente también han hecho algunas declaraciones sobre el tema.
En 1975, un supuesto piloto americano de caza llamado Guy Kirkwood, narró una experiencia de contacto Ovni en el año 1953, en la que tuvo una conversación telepática de avión a Ovni, y que duró unos ocho minutos.
En su narración dice: «Mi primer pregunta fue: «¿Creéis en Dios?». (Pregunté esto porque si se trataba de criaturas inteligentes creyentes en Dios, entonces era presumible pensar que no tenían intenciones hostiles).
La respuesta pudimos escucharla todos: «Nosotros creemos en la Fuerza Omnipotente del Universo; vosotros tenéis que aprender que hay más de 150 billones de Universos».
Otro famoso contactado, el peruano Sixto Paz, en uno de sus libros en los que narra su experiencia señala como le mostraron, una mesa de reuniones donde se reunían los diferentes representantes de las razas unidas, y en el centro de la mesa situaban un gran ramo de flores, que para ellos simbolizaba el Gran Hacedor y Dios Creador.
Por su parte, Ruth Montgomery canalizó un espíritu que habló a través de ella, afirmando: «Somos «Dios» de la misma manera en que «Dios» es parte de nosotros. Cada uno de nosotros es «Dios», y juntos somos «Dios». Este «todos para uno y uno para todos», nos hace el todo de «Dios»».
El profesor de la Universidad de Harvard, John Mack, es el autor de una las investigaciones más series que se ha realizado sobre las abducciones extraterrestres, cree que el fenómeno OVNI surge dentro de un paradigma mental particular.
Piensa que quizás este fenómeno está producido para desafiar la conciencia de la mente occidental.
Conversó con el Dalai Lama sobre este tema. «Su santidad ha tenido contacto con otros seres pero no de esta forma sino como una conciencia de que el universo está lleno de vida. Cuando estuve con él, categorizó la vida en el universo de tres formas, seres como nosotros que tienen forma y cuerpo, que tienen forma pero no tienen cuerpo, y la tercera seres que no tienen forma ni cuerpo».
Isidoro García
Director Revista Quitapesares