Intuición y Conocimiento: El Tango que Define Nuestro Entendimiento

¿Quieres más?

¿Te gustaría estar siempre al día con las últimas tendencias, consejos y secretos?  Suscríbete a nuestro boletín mensual y sé parte de una comunidad exclusiva.

2,8 minutos de lecturaActualizado: 11/11/2024Publicado: 11/11/2024Categorías: Mujer Saludable, QUITAPESARESEtiquetas:

La intuición es una gran servidora del ser humano. Pero, como todo servidor, puede ser maravillosa y certera o, por el contrario, puede torpemente hacer que derramemos nuestro café y nos conduzca al abismo de la alucinación y el error.

Las >intuiciones emergen en nuestra mente consciente desde el generador de pensamientos de la mente inconsciente, y, quizás, también se nutren de la captación de pensamientos provenientes de otros seres humanos o incluso de alguna mente “trascendente”.

La historia humana está repleta de intuiciones absurdas. En los primeros tiempos de la Royal Society, se investigó la causa por la que al echar una rana en un vaso repleto de agua, esta no rebasaba. Un sencillo experimento demostró que, naturalmente, era el agua la que sobrepasaba.

Además, el gran Descartes consideraba que el movimiento siempre se producía cuando un objeto iba a dar contra otro. Y ya no hablemos de Aristóteles, quien afirmaba que las mujeres tenían menos dientes que los hombres. Solo hubiera tenido que abrir la boca de su esposa y contárselos.

Muchas de nuestras claras intuiciones nos han llevado a cometer errores garrafales. El eminente matemático y astrónomo Simon Newcomb “demostró” que cualquier objeto más pesado que el aire no podría volar. Sin embargo, dos simples reparadores de bicicletas, los hermanos Wright, probaron que estaba equivocado.

Por lo tanto, es imprescindible el método científico de experimentación y observación de la realidad, que muchas veces desafía y niega nuestras intuiciones. Desafortunadamente, aún no es posible experimentar con todos los fenómenos del mundo.

Sin embargo, la intuición es completamente necesaria. La dialéctica entre razón e intuición es algo así como subir una escalera. Primero utilizamos la pierna izquierda, luego la derecha, y así sucesivamente. Es imposible subir una escalera a la pata coja, con una sola pierna.
Lo mismo sucede para alcanzar el conocimiento: primero se avanza, y luego se explota ese avance. Todo funciona como el yin y el yang, es circular, no lineal. No es esto o lo otro, es esto y lo otro, en su momento oportuno.

Como dice el filósofo español Gregorio Luri en “El Confidencial”: “La gran trampa de la creatividad es que tiende a hacernos creer que se puede ser creativo sin conocimientos. No se puede ser ni crítico ni creativo sin conocimientos. Para ser creativo o crítico, primero debes tener información sobre un problema y conocerlo bien; solo entonces podrás ofrecer una respuesta diferente.
Pero pretender dar respuestas distintas a problemas que no conocemos nos lleva a ser incontinentes verbales, lo cual es muy distinto”.

También existe un tipo de intuición metafísica que se basa en lo que Zhuangzi llama “zuo wang = estar sentado en el olvido”, un estado que podría ser fruto de la experiencia de unión extática con lo absoluto, o el Tao, transformando al individuo en un filósofo místico o un visionario.

Sin embargo, esta “iluminación” no solo es difícil de alcanzar, sino que también requiere una mente clara y neutral, capaz de no tergiversar el mensaje intuído en el largo proceso hasta que llegue al escrito.

Isidoro García

Director Revista Quitapesares

Comenta este artículo

Haz tu buena obra del día ¡Compártelo!