Un Viaje a Través del Conocimiento: Más Allá de la Nube del No Saber

¿Quieres más?

¿Te gustaría estar siempre al día con las últimas tendencias, consejos y secretos?  Suscríbete a nuestro boletín mensual y sé parte de una comunidad exclusiva.

3,3 minutos de lecturaActualizado: 28/10/2024Publicado: 28/10/2024Categorías: QUITAPESARESEtiquetas: , , ,

Imagina que estás en un juzgado, y tras una dolorosa separación, un juez con una generosa disposición dice: “He decidido concederle a su mujer 2.000 euros al mes de pensión, ¿tiene algo que añadir?”. Y el nuevo divorciado, en un momento de despiste, responde: “Ha sido usted muy generoso, señor juez. A ver si yo puedo algún mes añadirle algún dinerillo más”. Esta anécdota ilustra cómo el entendimiento puede eludirnos fácilmente, no solo en asuntos mundanos, sino también en la espiritualidad. Así lo expone San Juan de la Cruz: “qué triste para las almas es no saberse comprender”.

El libro del siglo XIV, “La nube del no saber”, de autor inglés anónimo, nos invita a sumergirnos en la ignorancia, dejando espacio para que la iluminación divina lo llene. Sin embargo, este pensamiento se aplica más a los saberes sagrados. Para comprender la realidad que nos rodea, necesitamos un conocimiento claro y práctico basado en la verdad.

La búsqueda de conocimiento puede convertirse en un reto. Muchos se encuentran adentrándose en un océano de información sin lograr encajar las piezas. Aquí aparece un concepto fundamental: para ver y entender el mundo, es necesario establecer una estructura que clasifique y organice la vasta cantidad de información. Sin esta estructura, el conocimiento se convierte en un caos que no nos lleva a nada.

Cuando nos sumergimos en esta confusión, podemos caer en dos trampas: el simplismo o la nube confusa del no entender. El simplismo se manifiesta como la tendencia a adoptar visiones del mundo lineales y reduccionistas que no abordan la complejidad de la realidad. Este enfoque, aunque cómodo, se queda corto en la resolución de problemas auténticos. De manera opuesta, la nube del no entender se convierte en un refugio donde nos sentimos abrumados por la marea de significados y misterios que nos rodean.

El psiquiatra Thomas Szasz menciona que muchos adultos, cargados de ansias espirituales, se encuentran perdidos en la maraña del sentido. La psicología de Jung, por ejemplo, puede ser un medio valioso, pero si nos estancamos en ella, corremos el riesgo de convertir nuestro aprendizaje en un mero adorno que nos impide avanzar.

En las palabras de Michael Parenti, a menudo nos encontramos tentando dar sentido a nuestra existencia y, aunque parezca un esfuerzo fútil, es lo que nos hace verdaderamente humanos. Esta búsqueda de sentido es crucial para nuestra felicidad personal y la felicidad del mundo que nos rodea.

Tomemos a Buda como ejemplo de cómo actuar. Un príncipe del mundo espiritual hindú, Shidarta, fue capaz de ver la futilidad de las especulaciones teóricas cuando se presentó ante el sufrimiento humano. Al observar el dolor de un enfermo y la hambruna a su alrededor, se dio cuenta de que mitigar el sufrimiento era la verdadera esencia del conocimiento.

Buscamos un equilibrio entre la autoexploración y la conciencia social. Una espiritualidad enfocada únicamente en la experiencia personal, sin una referencia a un compromiso social, puede caer en un solipsismo que no resuelve los problemas del mundo. Por otro lado, una entrega al compromiso sin una base espiritual puede llevarnos a una desesperación que nos sumerge en el hedonismo.

La clave está en integrar el conocimiento espiritual y práctico para enriquecernos a nosotros mismos y contribuir al bien colectivo. La teoría bien aplicada puede darnos un sentido claro en esta vida, y si realizamos la labor de sistematizar nuestras ideas, no es tan complicado abordar los problemas actuales.

La realidad nos exige un enfoque valiente: aplicar las teorías del conocimiento, refinadas y testeadas a lo largo de más de un siglo de investigación psicológica, a nuestras vidas y a la sociedad. Establecer conexiones entre nuestras ideas y nuestro comportamiento puede ser el primer paso hacia una transformación auténtica.

Isidoro García

Director Revista Quitapesares

Comenta este artículo

Haz tu buena obra del día ¡Compártelo!