Desde los albores de la humanidad, los animales sociales, como los primates, han vivido en un entramado de relaciones que definen su existencia. Desde su nacimiento, estos seres se sumergen en un profundo aprendizaje sobre su clan, familiarizándose con jerarquías, reglas y comportamientos que moldean sus interacciones. Este proceso da lugar a una especie de “Conciencia grupal” que influye de manera crucial en el comportamiento del individuo.
La percepción del mundo, su cosmovisión, es adquirida fundamentalmente del grupo social al que pertenecen. Aunque el cambio en esta cosmovisión es lento y se ve afectado por descubrimientos fortuitos, alimenta la dinámica del aprendizaje social. Similarmente, nuestros ancestros del Homo sapiens tuvieron que caminar por esta senda de aprendizaje. Sin embargo, su cerebro poseía una capacidad considerablemente más avanzada, lo que le permitía utilizar su potencial cerebral de forma más eficaz.
El cerebro humano es un órgano notablemente plástico. Dependiendo de los intereses y actividades de cada persona, se forman agrupaciones neuronales que optimizan funciones específicas. Por ejemplo:
- Los músicos profesionales desarrollan áreas cerebrales relacionadas con la música y el ritmo.
- Los políglotas tienen circuitos neuronales que facilitan el aprendizaje y uso de múltiples idiomas.
- Las personas ciegas, a través de la experiencia sensorial, llegan a construir un mundo interior rico y funcional.
El Homo sapiens, insertado en su agrupación social, cuenta con un “yo” decisional, que es su personalidad, uniendo su memoria personal con el núcleo de “conciencia grupal”. Esta conexión a menudo lleva a decisiones tomadas semi-automáticamente, reflejando lo que algunos psicólogos denominan conciencia primordial, que es la base de la posterior conciencia recursiva.
En esta fase temprana, el Homo sapiens mostró una autoconciencia en estado embrionario. A medida que las circunstancias sociales evolucionaron y el desarrollo tecnológico comenzó a liberar ciertas presiones, el individuo comenzó a abrazar su autonomía y autoreflexión, tomando decisiones más conscientes en su vida diaria. Este proceso de transformación cultural ha tenido hitos históricos significativos.
Momentos Clave en la Evolución de la Conciencia
1. **Inicio del Neolítico**: Hacia el 10,000 a.C., se da la sedentarización y el inicio de la agricultura, lo que permite un vínculo más profundo con el entorno.
2. **Gran Despegue Cultural**: Hacia el 3,000 a.C. en Sumeria, un florecimiento cultural inicia la escritura, música y otras artes, marcando un renacer social y cognitivo.
3. **Invención de la Escritura Alfabética**: Alrededor de 1,200 a.C., los fenicios desarrollan una forma de escritura que exige un nivel más alto de pensamiento abstracto, promoviendo el aprendizaje.
4. **El Gran Siglo VI a.C.**: En Grecia, la producción masiva de libros coincide con el surgimiento de pensadores como Pitágoras y Buda, enfrentando el renacer de una cultura crítica.
5. **El Siglo XVI**: La imprenta facilita la difusión del conocimiento, marcando el inicio de la modernidad y la ampliación del ámbito cultural.
Así, en una serie de transformaciones, el “Homo sapiens” primitivo se metamorfosea en un “Homo sapiens autoreflexivo-individual”, finalmente dispuesto a explorar no solo su entorno, sino también su mundo interno. ¿Cómo esta evolución sigue reflejándose en nuestra sociedad actual? (Continuará)
Isidoro García
Director Revista Quitapesares