KOGO, TRATAMIENTOPARA BOLSAS EN LOS OJOS Y ECCEMAS
El diagnóstico facial en oriente observa siempre como la salud del cuerpo está directamente relacionada con la salud de la mente y con la psicología personal. Incluso decimos que cada emoción está asociada con un determinado órgano o grupo de órganos.
El rostro es una parte de nuestro cuerpo y como tal va a reflejar una sintomatología. Esta filosofía nace de la forma de pensar en oriente, que está dominada por el hemisferio cerebral derecho. La mente oriental es holista e intuitiva, en cuanto opuesta a una mente racional y segmentada.
En la diagnosis del rostro oriental tratamos de trabajar con las energías restablecedoras de la salud que hay en el interior del cliente/paciente. El terapeuta no cura, es el enfermo el que se cura a sí mismo.
Desde que entra el cliente en la consulta se observa el cuadro completo, la persona en su totalidad. Todo lo que observamos es esclarecedor.
Cuando le comento al cliente que necesito hacer un diagnóstico facial una vez llevo ya dos sesiones de trabajo es porque se necesita ese tiempo para entender todo lo que le está ocurriendo a nuestro paciente/cliente.
Hay gente que cuando aparece en le consulta quiere sencillamente ganar en belleza exterior y además lo quiere tener de una manera inmediata. Esta manera de ver las cosas es un ejemplo de lo que Occidente, con su cultura del consumo rápido, piensa sobre cómo se resuelven las cosas, aunque estemos hablando de la salud o de belleza.
Los clientes buscan una solución rápida a sus arrugas, inflamaciones y problemas cutáneos de pequeña, mediana o gran envergadura muchas veces instalados en su rostro y su cuerpo durante más de 20 o 30 años. Están acostumbrados a conseguir a cualquier precio belleza y salud, pensando que son productos de consumo. Nada más lejos de la verdad.
No me canso de decirlo, el aspecto del rostro es un mapa muy claro de todas y cada una de las circunstancias y emociones que hemos atravesado durante nuestra vida.
Las temidas bolsas debajo de los ojos
Las bolsas que aparecen debajo de los ojos, por ejemplo, no aparecen de la noche a la mañana.
La sabiduría occidental comenta que la persona necesita dormir más. Y esto no está muy alejado de la diagnosis facial oriental.
Esta zona tiene mayor contenido de agua que ninguna otra parte del rostro. Al mismo tiempo, la piel es la más delgada y fina, y carece de glándulas sebáceas, lo cual la hace muy sensible a cualquier cambio de contenido de líquido en el cuerpo.
Las bolsas por tanto pueden ser claros signos de algún desequilibrio en el riñón, órganos verdaderamente venerados en la medicina tradicional oriental. Los terapeutas consideran a este órgano un almacén del “KI” o “energía vital del cuerpo”. Los riñones distribuyen el KI al resto del cuerpo haciendo mantener la vitalidad propia de la constitución de la persona.
En Kogo, tenemos técnicas que ayudan a retirar las inflamaciones del rostro, pero hacemos mucho hincapié en que la estética facial esta muy ligada a la problemática interna de la persona.
Utilizamos todas las herramientas y técnicas manuales que están en nuestra mano para ofrecérsela como ayuda complementaria al cliente que nos visita: ritmos de vida, descanso, dieta adecuada para el restablecimiento y reequilibrio corporal.
Los riñones purifican la sangre eliminando desechos, y nosotros en Kogo ayudamos a retirar rápidamente estos desechos llevándolos hacia el canal linfático que se encargará de expulsarlos del cuerpo.
El estado de nuestros riñones tiene una enorme importancia en nuestra salud en general. Si una persona se siente débil o permanentemente cansada, debe descansar y cuidarse los riñones.
La naturaleza nos pasará factura y será nuestro rostro y principalmente las bolsas de nuestros ojos las que nos señalarán nuestra falta de energía.
Existen otras señales en la piel del rostro como por ejemplo el eccema facial.
El eccema facial y su tratamiento
A través del tratamiento Kogo nos acercamos a esta problemática muy incómoda y muy habitual, con una mirada diferente.
El eccema no solo puede aparecer en el cuerpo, sino también en el rostro provocando malestar y problemas estéticos.
La primera técnica manual que utilizaremos será el drenaje miofascial directamente sobre la piel del rostro y en zonas del cuello y cuero cabelludo. Tenemos que drenar todas las toxinas que va generando el cuerpo que tienen comprometidas las funciones de eliminación y de circulación.
Hay una serie de circunstancias que producen la aparición del eccema. Si la cantidad de toxinas que consumimos o generamos (alimentación, stress, medicación…) excede la capacidad del cuerpo para eliminarlas, las toxinas se acumulan en la sangre.
Además, se deteriora la circulación, con lo cual las toxinas, sobre todo las grasas y aceites, se acumulan dentro de los tejidos que hay bajo la superficie de la piel. Los antígenos presentes en el medio ambiente (desde pelos de gato y polen hasta substancias contaminantes del aire) pueden activar una reacción que está a la espera de producirse.
En el tratamiento holístico Kogo, aparte de conducir estas toxinas a los canales de eliminación adecuados, siempre sugeriremos unos hábitos de vida y unas pautas alimenticias.
El eccema se eliminará si reducimos o eliminamos totalmente los azucares refinados, la grasa, colesterol y alimentos refinados, sobre todo con aditivos químicos.
También reduciremos el consumo de sal, ya que consumida en exceso disminuye la eficiencia de los riñones e intestinos, causando una acumulación mayor de toxinas en el torrente sanguíneo y favoreciendo la aparición de eccemas.
El cuerpo es nuestro vehículo para las experiencias y crecimiento espiritual en nuestra estancia en la tierra, por tanto, el cuidado que hagamos de él supondrá un acto de maestría espiritual.
Natacha de Cortabitarte
Facialista certificada por KOBIDO Japón.Espacio Kogo
masajefacialjapones.es