El Movimiento Consciente trabaja desde la musculatura profunda, respetando la corrección postural.
La calidad de vida depende en gran parte del estado en que estén nuestros músculos, articulaciones y huesos. El cuerpo va cambiando en las diferentes etapas de la vida. Si, a diario, dedicamos unos minutos a realizar un trabajo corporal consciente conseguiremos evitar los dolores producidos por la musculatura en tensión. Así podremos alargar la vida activa del cuerpo y experimentaremos, además, una placentera sensación de comodidad.
Movimiento Consciente es un nuevo método de trabajo corporal suave y profundo que ayuda a conocer y mejorar tu cuerpo partiendo de la autopercepción. Busca el fortalecimiento y elasticidad muscular y de las articulaciones, logrando movimientos saludables, armónicos y placenteros.
Para tener un cuerpo saludable, que funcione correctamente, es necesario aprender a mantener activo todo nuestro esquema corporal. En la infancia nuestro cuerpo tiene las condiciones propicias para tener una vida orgánica y sana, pero a causa de malas costumbres, momentos de presión y crispaciones, la musculatura se va tensando y el fluir lógico de nuestra estructura, se va dificultando. Con la repetición de estos procesos, las formas se van anclando y así se conforma una coraza, con la cual es difícil sentirse cómodo.
Teniendo en cuenta que, diariamente realizamos infinidad de movimientos con el lado dominante del cuerpo (el derecho, si somos diestros; el izquierdo si somos zurdos), es lógico, que repercuta en la diferencia de elasticidad y fuerza de la estructura corporal de un lado y otro. También las personas que por su actividad pasan mucho tiempo en una misma postura, ven que con el tiempo esto afecta su salud. No olvidemos que cuando hay una mala postura corporal, fuera del eje el efecto de la gravedad la acentúa con el paso del tiempo.
Este método aborda el cuerpo y el movimiento de una forma personalizada, con una mirada sensible, observando el estado corporal de cada persona, teniendo en cuenta las distintas edades, condiciones físicas y posibilidades, la escucha que cada uno hace de su propio cuerpo.
Con la práctica se consigue recobrar la movilidad y la vitalidad de los músculos que los acontecimientos o los malos hábitos han llevado a retraer, incluso acortar o atrofiar. Además de ampliar la conciencia corporal. Parte de la tarea consiste en ir localizando los nudos de cada uno y aprender a disolverlos mediante movimientos.
Un cuerpo preparado para la adversidad.
El beneficio más importante de un cuerpo suficientemente fuerte y elástico tanto en la estructura externa como en la musculatura profunda es la prevención de daños mayores en caídas, movimientos bruscos o de esfuerzo. Por ejemplo, si andando por la calle nos torcemos un tobillo en una acera rota, con un estado físico saludable veremos que:
– Al tener flexibilidad, los tendones no se rompen, sino que pueden hacer un efecto de ida y vuelta gracias a su capacidad elástica.
– La musculatura fortalecida sostiene la zona en peligro, impidiendo que el golpe tenga mayores consecuencias y protegiendo los huesos.
Corrigiendo tu postura
El conocimiento del propio cuerpo es el comienzo de una buena salud, a partir de esto comienza una transformación que irá por etapas.
Las posturas y actitudes corporales pueden cambiarse. Para ello es necesario un trabajo que implique observarse y tomar conciencia de nuestros hábitos. Así tendremos libertad para experimentar nuevos movimientos, disfrutar de nuestro cuerpo y cuidarlo mejor.
Lo que buscamos es “recolocar” el esquema corporal. Huesos, tendones y músculos están conectados entre sí formando una red en la que dependen unos de otros. Al modificar una zona, todas las cadenas musculares hacen eco de este cambio y necesitan reacomodarse a la nueva situación, ya sea para alargarse, acortarse, relajarse o adquirir más tono, según sea su función, hasta poder ir logrando el equilibrio deseado. Se trata de modificaciones complejas que hay que ir siguiendo en su evolución de forma personalizada.
La corrección postural hace que ahorremos energía, en vez de gastarla intentando llevar estas dificultades a cuestas. Con una buena postura, manteniéndonos en el eje, la musculatura sostiene el esquema corporal correctamente, lo que permite obtener un mayor rendimiento.
Un ejemplo de cómo los hábitos corporales influyen en nuestra vida cotidiana: observemos los dedos de nuestros pies, que en la mayoría de las personas están muy juntos, y con pocas posibilidades de movimiento, lo cual influye en la forma de pisar y caminar. Y con esta base, se van a ir configurando los huesos y músculos de todo el cuerpo.
En un trabajo de corrección postural, se presta especial atención a columna, cuello, ubicación de la cabeza, hombros, forma en que pisan los pies y dirección de las rodillas. El resultado es un cuerpo más “cómodo” y el fluir de movimientos.
Es importante recordar que todo cuerpo puede ser modificado, estas estructuraciones son reversibles. ¡Solo hay que proponérselo y comenzar cuanto antes!
Comunicación corporal: un juego de sutileza y creatividad.
¿El lenguaje corporal influye en la imagen que transmitimos? ¡Claro que sí!
Quien tiene una espalda estirada, se mueve con seguridad y relajación suele transmitir confianza.
Es imposible no comunicar algo, la sola presencia de una persona en un lugar determinado ya está comunicando. La comunicación comienza con nuestro lenguaje “no verbal”
Uno de los efectos extra de la mejora postural es precisamente que nuestra sola presencia comunica positividad.
Además de tener en cuenta la salud, ¿por qué no buscar también la belleza del movimiento? La forma en la que andamos, nos movemos, nuestros gestos, son la vía de comunicación que tenemos con nuestro entorno. La armonía y elegancia es algo que transmiten aquellas personas cuyos movimientos fluyen orgánicamente.
El Método Movimiento Consciente se adapta a todas las edades y estados físicos, cada persona aprende a escuchar su cuerpo y va avanzando en la medida de sus posibilidades, sin prisas y con respeto. Se busca que todos puedan sentirse autónomos en su cuidado, ya que el objetivo es aprender a sentir y escuchar lo que la percepción interna nos va indicando.
Es conveniente que durante el aprendizaje de esta técnica, el profesor, indique las correcciones que necesite cada cuerpo, ya que por experiencia posee un ojo clínico que detecta en qué lugares el fluir orgánico del cuerpo tiene obturaciones y así, paso a paso, irá ayudando al alumno a lograr que toda la musculatura involucrada en esta descompensación se vaya colocando en el sitio correcto y con un tono, fuerza y función adecuadas.
Se irán despertando todas las zonas dormidas o débiles, sobre todo la musculatura profunda, que en las gimnasias tradicionales no se tiene muy en cuenta. Así se pueden ir eliminando infinidad de dolores y rigideces musculares. Se trabaja a favor y no en contra del cuerpo: no se lo fuerza ni se lo sobreexige. En esto, este método se diferencia claramente de otros tipos de trabajos corporales.
Creo que para que haya aprendizaje es necesario trabajar desde la empatía y la escucha, esto unido a herramientas como la creatividad y el juego, nos lleva a adecuar la comunicación para que según la situación sea sutil y a la vez eficaz.
He elaborado este método tras la investigación y práctica de distintas técnicas de trabajo corporal, más los años de experiencia docente dedicada a adultos y niños, con quienes he hecho un recorrido desde la conciencia corporal hasta la creatividad y la expresión.
Florencia Verde Street
Creadora del Método Movimiento Consciente,
Directora de la Escuela de Expresión Corporal de Madrid-España