El Movimiento Consciente trabaja desde la musculatura profunda, respetando la corrección postural.
La calidad de vida depende en gran parte del estado en que estén nuestros músculos, articulaciones y huesos. El cuerpo (el derecho, si somos diestros; el izquierdo si somos zurdos), es lógico, que repercuta en la diferencia de elasticidad y fuerza de la estructura corporal de un lado y otro. También las personas que por su actividad pasan mucho tiempo en una misma postura, ven que con el tiempo esto afecta su salud. No olvidemos que cuando hay una mala postura corporal, fuera del eje el efecto de la gravedad la acentúa con el paso del tiempo.
Este método aborda el cuerpo y el movimiento de una forma personalizada, con una mirada sensible, observando el estado corporal de cada persona, teniendo en cuenta las distintas edades, condiciones físicas y posibilidades, la escucha que cada uno hace de su propio cuerpo.
Con la práctica se consigue recobrar la movilidad y la vitalidad de los músculos que los acontecimientos o los malos hábitos han llevado a retraer, incluso acortar o atrofiar. Además de ampliar la conciencia corporal. Parte de la tarea consiste en ir localizando los nudos de cada uno y aprender a disolverlos mediante movimientos.
Un cuerpo preparado para la adversidad.
El beneficio más importante de un cuerpo suficientemente fuerte y elástico tanto en la estructura externa como en la musculatura profunda es la prevención de daños mayores en caídas, movimientos bruscos o de esfuerzo. Por ejemplo, si andando por la calle nos torcemos un tobillo en una acera rota, con un estado físico saludable veremos que:
– Al tener flexibilidad, los tendones no se rompen, sino que pueden hacer un efecto de ida y vuelta gracias a su capacidad elástica.
– La musculatura fortalecida sostiene la zona en peligro, impidiendo que el golpe tenga mayores consecuencias y protegiendo los salud, ¿por qué no buscar también la belleza del movimiento? La forma en la que andamos, nos movemos, nuestros gestos, son la vía de comunicación que tenemos con nuestro entorno. La armonía y elegancia es algo que transmiten aquellas personas cuyos movimientos fluyen orgánicamente.
El Método Movimiento Consciente se adapta a todas las edades y estados físicos, cada persona aprende a escuchar su cuerpo y va avanzando en la medida de sus posibilidades, sin prisas y con respeto. Se busca que todos puedan sentirse autónomos en su cuidado, ya que el objetivo es aprender a sentir y escuchar lo que la percepción interna nos va indicando.
Es conveniente que durante el aprendizaje de esta técnica, el profesor, indique las correcciones que necesite cada cuerpo, ya que por experiencia posee un ojo clínico que detecta en qué lugares el fluir orgánico del cuerpo tiene obturaciones y así, paso a paso, irá ayudando al alumno a lograr que toda la musculatura involucrada en esta descompensación se vaya colocando en el sitio correcto y con un tono, fuerza y función adecuadas.
Se irán despertando todas las zonas dormidas o débiles, sobre todo la musculatura profunda, que en las gimnasias tradicionales no se tiene muy en cuenta. Así se pueden ir eliminando infinidad de dolores y rigideces musculares. Se trabaja a favor y no en contra del cuerpo: no se lo fuerza ni se lo sobreexige. En esto, este método se diferencia claramente de otros tipos de trabajos corporales.
Creo que para que haya aprendizaje es necesario trabajar desde la empatía y la escucha, esto unido a herramientas como la creatividad y el juego, nos lleva a adecuar la comunicación para que según la situación sea sutil y a la vez eficaz.
He elaborado este método tras la investigación y práctica de distintas técnicas de trabajo corporal, más los años de experiencia docente dedicada a adultos y niños, con quienes he hecho un recorrido desde la conciencia corporal hasta la creatividad y la expresión.
Florencia Verde Street
Creadora del Método Movimiento Consciente,
Directora de la Escuela de Expresión Corporal de Madrid-España