Nuestra casa puede estar llena de enemigos invisibles. Ocultos en infinidad de elementos del hogar, incluso en los más inocentes. Estos enemigos son sustancias químicas perjudiciales que pueden estar en los productos de limpieza, ambientadores, insecticidas, productos de aseo personal, cremas, cosméticos… También en el agua y la comida, e incluso en los recipientes que almacenan nuestros alimentos. Estas sustancias se desprenden y contaminan lo que consumimos; y cuando comemos, pueden ingresar a nuestro cuerpo.
Los secretos ocultos de nuestro hogar
Estas sustancias pueden estar presentes en papeles pintados, barnices de madera, alfombras, tapicerías, cortinas y tejidos, así como en los omnipresentes plásticos. Poco a poco, partes de estas sustancias se desprenden y flotan en el aire que respiramos en casa. Ejemplos como el polvo doméstico pueden contener un cóctel de cientos de sustancias químicas tóxicas, muchas de las cuales han sido detectadas en el interior de nuestros cuerpos. Esto refleja un hecho aterrador: lo que hay dentro de nuestras casas puede acabar dentro de nosotros.
La realidad sobre la exposición en espacios cerrados
Los occidentales promedian más tiempo en espacios cerrados, como el hogar. Es imperativo estar alerta a las sustancias a las que nos exponemos, dado que algunas contaminantes pueden causar efectos adversos incluso a bajas concentraciones, las cuales son comunes en nuestros hogares y cuerpos. Este tema es especialmente inquietante para poblaciones vulnerables como mujeres embarazadas y niños, quienes son más sensibles a los efectos de estas sustancias.
Niños y embarazadas en riesgo
El cuerpo infantil, cuyos mecanismos de eliminación de tóxicos aún se están formando, junto a sus sistemas neurológicos, inmunológicos y respiratorios, es particularmente susceptible. Alarmantemente, se han medido en niños concentraciones de sustancias tóxicas significativamente más altas que en adultos. El estilo de vida infantil de estar más cerca del suelo, manipular objetos con las manos y su dieta más alta en proporción a su peso; incrementa el riesgo de contaminación.
Los efectos inherentes a la exposición doméstica
Los problemas de salud asociados con estas sustancias van desde asma y alergias hasta cáncer y problemas de infertilidad. Sin embargo, la conciencia pública sobre este asunto es baja. Instituciones como la Organización Mundial de la Salud han expresado su preocupación por la contaminación química en los hogares. No obstante, las regulaciones actuales no son suficientes para evitar que muchas sustancias tóxicas sigan ingresando a nuestros hogares.
El camino hacia la protección familiar
En la ausencia de mecanismos estatales de control robustos, es responsabilidad de los ciudadanos proteger a sus familias de estas amenazas invisibles. La buena noticia es que muchos cambios simples y económicos pueden reducir significativamente la carga tóxica en nuestros hogares y, por ende, en nuestros cuerpos.
La importancia de la información y el conocimiento
El primer paso es informarse. Aunque algunos prefieren ignorar los peligros, la ignorancia no elimina el riesgo. Un recurso valioso es el libro “Hogar sin Tóxicos”, que identifica venenos ocultos que podemos encontrar en el hogar, en qué productos se encuentran y qué efectos pueden causar. Más importante aún, ofrece consejos claros sobre cómo reducir o eliminar estas sustancias tóxicas.
Alternativas simples y efectivas
Es fundamental reconocer que las sustancias químicas tóxicas son agentes patógenos que pueden impactar nuestra salud. Así como nos esforzamos por eliminar microbios, debemos hacer lo mismo con las sustancias tóxicas en nuestros hogares. A menudo, existen alternativas simples para productos peligrosos, desde el uso de plantas que absorben toxinas hasta métodos de limpieza sin químicos agresivos. La educación es el poderoso antídoto contra la exposición a estos contaminantes indeseables.
En conclusión, muchos problemas de salud crecientes en la actualidad están relacionados con la exposición a diversas sustancias en el hogar. Informarse y actuar de manera proactiva es clave para crear un ambiente más sano.
Carlos de Prada
Autor de Hogar sin Tóxicos, Editorial: Ediciones i
Periodista especializado en ecología, experto en cuestiones ambientales. Premio Global 500 de la Organización de las Naciones Unidas (2000). Premio Nacional de Medio Ambiente (1997)
http://www.hogarsintoxicos.org/es/otros/libro-hogar-sin-toxicos