Pequeña historia cultural de la Humanidad

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A veces es bueno echar un poco la vista atrás y contemplar el camino que llevamos recorrido, tanto a nivel individual, como colectivamente como Humanidad. Desde que hacia el 3.000 a.C. en la Sumeria mesopotámica se inició la escritura como forma de transmisión de conocimientos, llevamos unos 5.000 años de cultura escrita, lo que aceleró extraordinariamente el proceso de aprendizaje de nuestra especie.

Pero cuando muchos señalan que quizás estemos viviendo en estos momentos un proceso axial y decisivo de cambio, resulta que justo en la mitad de ese periodo de 5.000 años se produjo, otro momento crucial en el que el mundo cultural cambió radicalmente.

Muy posiblemente sea una casualidad, pero justo hace unos 2.500 años, se produjo la llegada a este mundo de tres o cuatro humanos, que cambiaron la faz del mundo a partir de ese momento, hasta tal punto, que podríamos decir que tanto el mundo de la espiritualidad como el cultural no hacemos mas que mordisquear los mendrugos que nos dejaron Pitágoras, (580 – 495 a.C), Siddharta Gautama, (550 – 478 a.C.), Lao Tse, y Zoroastro (628 – 551 a.C.).

Señala Lou Marinoff que «la senda pitagórica es el camino a la serenidad a través del misticismo racional y el genio creativo. La senda budista es la noble senda óptuple que conduce a la serenidad a través de la conciencia vacía de anhelos. La senda de Lao Tse es el Camino de todos los caminos y de ninguno que conduce a la serenidad a través de la poesía, la armonía, la vitalidad, y el humor».

Zoroastro por su parte, establece una espiritualidad personal, implicada en una realidad cósmica muy cercana al hombre, plagada de seres angelicales. Como tal, el zoroastrismo ha casi desaparecido, pero ha pervivido en la gran influencia que tuvo en el judaísmo primero y posteriormente a través del mismo, en el cristianismo, así como en el chiísmo islámico iranio.

Estas cuatro grandes sendas, son los cuatro ejes fundamentales que ya individualmente o combinando elementos de dos o más sendas, han marcado todo el devenir cultural y espiritual, hasta la fecha. Porque dentro de esas grandes tendencias, hubo subtendencias a su vez, que fueron ampliando la ramificación del árbol del pensamiento.

Así por ejemplo la corriente iniciada por Pitágoras, y continuada por Sócrates, y Platón, tuvo una ramificación mas racionalista en Aristóteles, que mientras Platón dirigía sus ojos al cielo, él los dirigía más hacia la tierra. Un proceso similar se produjo con el Tao de Lao Tse, donde apareció Confucio, más terrenal, y que es por decirlo así el Aristóteles de Oriente. Y lo mismo sucedió en el islamismo con Averroes y Avicena. Averroes representó el «racionalismo» aristotélico, mientras que Avicena era un seguidor del «espiritualismo» platónico

Y muchos dirán, ¿y en este esquema donde se sitúa la filosofía cristiana?. Y es un tema difícil, porque la filosofía que subyace debajo del cristianismo, no es algo religioso sino meramente cultural.

El cristianismo que predicó Jesús, reflejado en los escritos de sus seguidores mas o menos cercanos, se compone de dos partes: una teosofía, basada en la cercanía de un «Reino de Dios», al que nos deberemos incorporar, («Venga a nosotros tu Reino»), y una moral con mucha libertad interior y un cierto aire «taoísta», en contraposición del rígido ordenancismo que regía en su ámbito cultural judío, ahogado por el peso aplastante de la Ley.

Los principios de esa moral personal y social que predicó Jesús, eran perfectamente compatibles con los del estoicismo que culturalmente regía entre las personas con calidad moral en el Imperio Romano. Así que dicha moral estoica romana fue «cristianizada» e incorporada al corpus doctrinal cristiano.

Y en lo filosófico, el cristianismo, aunque en sus inicios fue una secta judía, a partir de Pablo y ya definitivamente a partir del 70 d. C. como fue desarrollada por gente helenizada, asume por una parte la filosofía laica dominante de la época que era el platonismo, así como la filosofía espiritual judía que era de origen zoroastriano, fruto del dominio persa de Judea durante tres siglos.

Pero la filosofía platónica era muy propicia a favorecer la autonomía y la experiencia personal, lo que junto con la erraticidad y volatilidad de la mente humana, dió origen a todo tipo de especulaciones gnósticas y heréticas, que la Iglesia Católica decidió combatir con mano de hierro.

Además el empirismo aristotélico empezó poco a poco a ir abriéndose paso, así que la Iglesia decidió cortar por lo sano tantas especulaciones, y Tomás de Aquino, por orden de la superioridad consagró el aristotelismo en el mundo occidental, por ser menos peligroso doctrinalmente.

Señala Gabriel Albiac que «transmutado en corpus eclesiástico, Aristóteles vivió siglos de gloria y de trivialidad. La condena del año 1277, que prohibía la lectura de sus textos esenciales, quedó muy pronto olvidada. Se mudó la estrategia: «bautizar a Aristóteles».

Y el intratable griego politeísta fue revestido con las pompas de maestro de la Iglesia cristiana, ya en el siglo XIV. Y así, en el nombre del maestro de la inteligencia, toda inteligencia fue abolida».

Por ello, las actuales confrontaciones del catolicismo con la sociedad civil, son fundamentalmente de naturaleza filosófica, y por ello en ellas no cabe apelar a autoridad religiosa alguna.

Se trata ni más ni menos de que la concepción del hombre del aristotelismo ha sido ampliamente superada por la psicología actual, que es una rama especializada de la filosofía.

Ha pasado mucha agua bajo los puentes desde Aristóteles, y sencillamente se ha quedado obsoleto filosóficamente. Y así el hombre de hoy día, no es que sea antirreligioso en sí, sino que cien años después de Freud y Jung, ya no les bastan unos planteamientos teóricos sobre el hombre, arcaicos y trasnochados.

Por eso el futuro del cristianismo no pasa por su muerte y desaparición, sino por una nueva relectura de la revelación cristiana, despojándola de los elementos culturales de su época de fundación, (la de los romanos), e incardinándola en una visión actual del hombre.

Isidoro García

Director Revista Quitapesares

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5,4 minutos de lecturaActualizado: 20/08/2013Publicado: 20/08/2013Categorías: QUITAPESARESEtiquetas: , , ,

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