Ho’oponopono para borrar memorias antiguas del subconsciente
El ejercicio de la medicina durante gran parte de su vida despertó en la doctora Alicia Abellán el interés por la investigación de métodos complementarios de sanación, terapias naturales que ampliaron sus conocimientos y que hoy día trata de dar a conocer a través de talleres y conferencias, manifestando ese espíritu abierto donde la ciencia no tiene por qué estar reñida con lo espiritual.
Doctorada en medicina, en la especialidad de geriatría. ¿Cómo empieza a interesarse una mujer de ciencias por las terapias naturales?
Trabajé durante muchos años en una residencia de la Comunidad de Madrid, con moribundos y con personas con una enorme dependencia emocional. Yo era bastante joven y no sé si estaba preparada para todo eso.
Volvía del trabajo mal, muy cansada, de tal manera que comprendí que podía enfermar por esa baja energía que me llevaba a casa. Empecé a buscar métodos de relajación, de meditación o de entrar en equilibrio que me hicieran cargarme de energía para mi propio beneficio. De esta forma descubrí las filosofías orientales.
Por ese entonces había muy pocas librerías especializadas en el tema, pero poco a poco, y a través de esos libros, fuí aprendiendo a meditar con regularidad, todos los días. Noté que eso me recargaba, que me venía bien, y a partir de ahí nunca he dejado de investigar sobre temas de autoayuda, de energías, sobre el origen emocional de la enfermedad. Bien es verdad que muy en secreto, no lo sabía casi ni mi familia y, por supuesto, en el trabajo tampoco, porque entonces parecía que el que se dedicaba a todo eso era una persona rara, y yo, por mi profesión, tampoco me apetecía mucho que me consideraran extravagante, pero el hecho es que a mí me valía muchísimo.
Después pasé a trabajar en la Dirección General de Planificación en la Consejería de Madrid, con gente muy tecnócrata, y ahí también aplicaba mis métodos de relajación, pero a la vez seguía investigando. Di un paso más y empecé a indagar en las terapias regresivas, en la autohipnosis… que me llevaron a descubrimientos personales importantes.
¿Aplicaba también esas técnicas de autoayuda a sus pacientes?
En principio sólo las practicaba conmigo misma, pero cuando me marché de la residencia dejé un grupo de meditación de ancianas que duró bastante tiempo, incluso cuando yo ya no estaba. Así que algo de legado sí dejé, pero normalmente, por pudor o vergüenza, yo lo hacía sólo para mí.
Ahora hay una demanda creciente de terapias naturales ¿ Quizá la medicina no es capaz de responder a ciertos problemas?
La medicina, fundamentalmente, son técnicas y especialización. Cuando se especializa mucho algo, normalmente se pierde la visión de conjunto; eso es precisamente de lo que adolece la medicina. Independientemente de que todos los avances que ha habido han sido beneficiosos para la salud de la humanidad. Falta un toque de ver a la persona enferma como un todo, como un conjunto; además, hay que expresarle a la persona que ella también puede colaborar en su propia curación, porque está demostrado que muchos desequilibrios biológicos tienen como causa una bajada de las defensas del sistema inmunológico al experimentar situaciones de estrés, emociones fuertes, shock o pérdidas muy traumáticas.
¿Entramos entonces en un proceso autodestructivo, nos autocastigamos?
En cierto modo. Hay un componente de culpa, un componente de pérdida y hay también, probablemente, un componente de autoestima, de pensar que sin haberlo merecido has sufrido en tu vida un duro golpe y te cuesta mucho levantar cabeza. Falla el sistema inmunológico, y a partir de ahí las enfermedades suelen aparecer. Esto está demostrado por la Psiconeuroinmunología, no soy yo la que lo ha descubierto.
¿El mundo de la medicina comienza ahora a mostrar un mayor interés por estos métodos no tan ortodoxos?
Pues sí. En concreto, en el hospital donde yo trabajo, cuando empecé a dar sesiones para poca gente, hubo mucha sorpresa. Yo pertenecía al equipo gestor del hospital, y les resultaba muy raro que después del día anterior haber dado una de esas sesiones, estuviera hablando de gestión hospitalaria pura y dura. He seguido realizando conferencias en el hospital y en otros sitios, como el Foro Internacional de las Ciencias Ocultas y Espirituales donde, sorprendentemente, acuden muchos médicos de diferentes especialidades.
Salen muy sorprendidos y a la vez muy felices de que un médico hable de estas cosas con claridad y que luego les sirva para aplicarlo en sus propios centros de salud u hospitales.
Dentro del Foro de las Ciencias Ocultas y Espirituales ha realizado diversos talleres de Ho´oponopono.
¿Podría explicar, para los no iniciados, en qué consiste esta técnica?
Es una técnica hawaiana de resolución de conflictos que sirve para borrar todas aquellas memorias de dolor, de tristeza, de pérdida y de traición que hay en el subconsciente. Permite limpiarnos de todo eso para alcanzar un estado de equilibrio que te conecta con tu parte sabia y divina con mayor facilidad. Aporta tranquilidad, equilibrio interior y, sobre todo, es muy efectiva a la hora de perdonar, porque parte del punto de vista de que si tienes algún conflicto con alguien o contigo misma es como si tú lo hubieras atraído.
Si tú perdonas a esa persona o te perdonas a tí, es como una manera de disolver esa relación conflictiva. Muchas veces la otra persona ni se entera de que tú has cortado esa relación perdonando. Es muy efectiva y muy amorosa; a mí, cuando la descubrí, me maravilló.
¿Es bueno perdonar y olvidar o… hay que perdonar pero no olvidar?
Yo creo que perdonar no tiene por qué ser olvidar. Perdonar es perdonar; es una decisión personal muy valiente de no querer tener una emoción conflictiva o antagónica con otra persona, pero tampoco significa justificar. Perdonar no es olvidar, perdonar no es justificar.
Bien es verdad que una vez que se ha saldado el conflicto con esa persona, los hawaianos pasan absolutamente página, es decir, está prohibido hablar entre ellos del conflicto, porque una vez que se aclaró y se solucionó, es como si nunca hubiera existido. Eso sí, el perdón tiene que ser total e incondicional. El olvido quiere decir que tú, objetivamente, sabes que alguna vez tuviste un conflicto con esa persona y ahí queda, pero como sabes que ya está resuelto, eso a ti ya no te condiciona en tu vida.
¿Por qué nos aferramos tanto al pasado?
Porque nos cuesta soltar, nos cuesta desapegarnos, nos cuesta vivir en el presente. Para eso también es bueno el Ho´oponopono, porque te libra de todas esas memorias y de todos esos pensamientos inconscientes que están continuamente en una especie de cháchara mental, martilleando sobre nosotros.
Generalemente son del pasado, pero también pueden ser del futuro: pensar «qué será de mí» o «qué haré con mi vida». Pero en general pertenecen al pasado y siguen machacándonos de forma inconsistente, porque ya no tienen que tener ninguna influencia.
De hecho el Ho´oponopono enseña unas técnicas a través de las cuales puedes desplazarte hacia la emoción en el pasado que a ti te produce conflicto o preocupación. Cambiando esa emoción es como si cambiaras el pasado, produciéndote bastante tranquilidad.
¿Es fácil practicar el Ho´oponopono, lo puede hacer uno sólo en su casa?
No se necesita ninguna preparación especial, y además de practicarlo en tu casa lo puedes practicar en cualquier sitio de la calle, en el metro, cuando vas caminando… porque es, fundamentalmente, borrar todas esas memorias antiguas del subconsciente. Hay cuatro palabras básicas o herramientas: LO SIENTO, PERDÓNAME, GRACIAS, TE AMO. En el momento que empiezas a borrar memoria negativa eres como más libre, como si te hubieran quitado un peso de encima.
En los últimos años, el Ho´ponopono ha calado bastante hondo en la gente. Sin embargo, plantea cosas muy de sentido común que parece que se nos olvidan, quizá por el mundo en que vivimos, donde prestamos muy poca atención a nuestro yo interno…
Puede ser. En la sociedad occidental ha primado siempre toda la parte masculina del hemisferio izquierdo; la competitividad, la agresividad en cierto modo, todo lo externo. Mientras que en las otras filosofías orientales ha sido la paz interior la que ha primado, la parte femenina, la parte del cerebro derecho. De forma que hasta que occidente no ha estado preparado para asumir este tipo de filosofías, no se han podido sacar a la luz.
De hecho, desde 1980, cuando Morna Simeona lo llevó hasta las Naciones Unidas, el Ho´oponopono se utiliza hoy como método de resolución de conflictos entre países, aunque no fue muy bien visto en Hawai el que ella lo sacara a Occidente, porque para los hawaianos y todos los polinesios esto era una filosofía sagrada, un estilo de vida suyo y personal. ¿Por qué prendió en Occidente? Porque probablemente ya estaba preparado Occidente para entender esto sin ridiculizarlo.
Muchas veces la enfermedad no nos la provocamos nosotros, sino que la provocan otros factores que no dependen directamente de nosotros…
Es verdad que a veces hay cosas externas que bajan la moral, la autoestima, la alegría… o te bajan las defensas, en este caso concreto, y entonces estás como más predispuesta a padecer todo tipo de enfermedades.
En el Ho´oponopono se establece una vibración emocional bastante alta cuando lo practicas, y si eres constante practicándolo. Esa vibración alta hace que toda vibración inferior a ella no tenga ningún sentido en tu vida ni en tu cuerpo. Atrae sólo lo semejante a esa alta vibración, en la que tú permaneces a través de la práctica constante del Ho´oponopono, con lo cual te protege como un escudo, sin tener que visualizar ningún tipo de luz especial.
¿Qué le aconsejarías a alguien que tenga que hacer frente a un diagnóstico grave?
Lo primero que debe mantenerse bajo la supervisión de un médico, y después le transmitiría que puede hacer muchas otras cosas para ayudar a la medicina convencional, para hacer que se necesite menos medicación, incluso menos quimioterapia u otro tipo de tratamiento, que si es bueno en sí, se
ha demostrado que además de afectar a las células malignas, también afecta a las otras células normales.
Uno siempre puede buscar métodos de ayudar a la medicina convencional, y debe hacerlo. Algunos tan simples como darte cuenta del tipo de emociones, del tipo de angustia, del tipo de estado psicológico que le ha llevado a un desequilibrio, a bajar las defensas, y probablemente a contraer esa enfermedad. Es un proceso paralelo, pero a la vez complementario, en el que uno debe ser un participante activo, no pasivo.
El próximo Foro de las Ciencias Ocultas y Espirituales que tendrá lugar del 10 al 19 de abril/2015 en el Palacio de Santa Bárbara, contará de nuevo con su colaboración. ¿De qué nos va a hablar esta vez?
Hablaré del origen emocional de la enfermedad, del lenguaje de los síntomas. Cómo cada uno de los síntomas tiene un simbolismo y nos indica (según qué parte del cuerpo u órgano) qué emoción es la que está retenida. Ahora hay muchas personas trabajando en esta dirección.
También realizaré un taller de Ho´oponopono, para que todas las personas interesadas puedan seguir profundizando en el tema.
Thais Nadal
www.artesadivinatorias.es