El Silencio Interior: Un Camino hacia la Libertad de la Mente

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2,9 minutos de lecturaActualizado: 24/12/2024Publicado: 24/12/2024Categorías: Ramiro CalleEtiquetas: , , , , , , , ,

Ha sido una constante en la historia del yoga y de las técnicas orientales de autorrealización, poner el énfasis en acallar la mente para que el meditador encuentre una realidad que trasciende el pensamiento ordinario. Por eso, se ha valorado tanto el silencio interior, y se han proporcionado diversas técnicas para combatir el alboroto de la mente, permitiendo lo que en el yoga llamamos ekagrata, o unidireccionalidad mental. Este enfoque, al aplicarse hacia el interior, nos permite experimentar una existencia aparte del flujo psicomental habitual.

A través de un entrenamiento continuo en la introspección, aprendemos a suprimir muchos automatismos mentales, o al menos, a separarnos de ellos. Así, conseguimos acceder a una experiencia de ser que trasciende el pensamiento binario, ayudándonos a desidentificarnos de la angustiosa dinámica de la mente: ese ciclo perpetuo entre el pasado y el futuro, lo que gusta y disgusta.

El silencio interior nos limpia y reorganiza la psique, drenando el lodo del subconsciente, logrando un sosiego que aporta claridad. A medida que cultivamos el silencio interior, podemos mantener la calma incluso en momentos de agitación. Este silencio transforma nuestras consciencias, permitiéndonos observar tanto nuestros procesos internos como los acontecimientos externos con total ecuanimidad.

En mi obra El Límite, relato mis experiencias con una grave enfermedad que me llevó al borde de la muerte, conectando mi camino con el del doctor Antonio Tallón, mi neurólogo y amigo. Ambos comenzamos a adentrarnos en el yoga alrededor de los dieciséis años, una sincronicidad que fortaleció nuestra relación. En La Ciencia del Sosiego, recojo sus valiosas reflexiones que quiero compartir:

“La autoconsciencia y la resistencia… difícil. Para mí, una vía efectiva es trabajar en el silencio. El dominio del silencio es fundamental.”

“El silencio es el primer escalón de los místicos, quizás el único. Su dominio es un trabajo para toda la vida y necesita estar siempre presente; de lo contrario, se olvida. Nos ayuda a medir la realidad y proporciona ese milisegundo necesario para dirigir nuestras acciones. Sin silencio, no hay música, y nuestras palabras se vuelven inútiles. Solo dominando el silencio se puede alcanzar la libertad interior, dejando de ser un ser sometido a uno mismo.”

“Buda tuvo la revelación mediante el aislamiento y el silencio… allí, debajo de la higuera, sin personas, solo con su hambre… felizmente, encontró higos. Un cerebro sin azúcar no es cerebro.”

Antonio enfatiza la importancia de “acabar con el loro de la mente”; es el pensamiento incontrolado el que nos sumerge en un escenario de luces y sombras, donde predominan las sombras. De hecho, la primera definición escrita de yoga fue: “Es el dominio de las ideas en la mente.”

Cuando nuestros pensamientos dejan de definirnos, descansamos en nuestra verdadera esencia. No hay ayuno más poderoso que el silencio mental. Un instante de silencio se convierte en un bálsamo que nos brinda mayor claridad y nos permite actuar con mayor precisión.

Al descubrir nuestra existencia más allá de la mente, nos transformamos. Unos minutos de silencio interior nos ayudan a conectar con nuestro centro, alejándonos del laberinto de pensamientos que nos consumen. Cuando dejamos de ser, realmente somos; al soltar la carga del ego, experimentamos la bendición que proviene del silencio. La otra opción es quedar atrapados en la pesadez.

Ramiro Calle

Director del Centro de Yoga Shadak y escritor

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