El Comienzo de una Revolución Espiritual
En enero de 1971, Almudena Hauríe y yo abrimos el centro de yoga Shadak. Aunque inicialmente planeamos abrir una librería orientalista, el espíritu del yoga nos guió a fundar un instituto de yoga. Una curiosidad: la imprenta comete un error y en vez de Sadhak, el nombre impreso fue Shadak, y decidimos mantenerlo. Sadhak significa practicante espiritual, asociado a sadhana (entrenamiento yóguico) y shadu (renunciante, aspirante espiritual).
Desafiando Tiempos Difíciles
Los inicios no fueron fáciles: enfrentamos la censura y la dificultad de conseguir literatura sobre filosofía oriental en España. Eran tiempos de incomprensión, especialmente de círculos fuertemente vaticanistas, incluido el Cardenal Ratzinger, que luego se convertiría en Papa. En una anécdota reveladora, cuando salí a entrevistar a la gente sobre el yoga, recibí respuestas sorprendentes, como una persona que preguntó: “¿Se trata de un jugador de fútbol?”.
Creando Espacios de Conexión
Recuerdo con alegría que en ocasiones una sola clase había un único alumno, el mismo, durante dos años. Afortunadamente, Almudena era una profesora excepcional, incansable en su entrega. Después de dos años, logramos atraer a ochenta alumnos. En esos tiempos, ¡era todo un logro!
Reconociendo el Potencial del Yoga
En los años ochenta, una periodista me dio una valiosa reflexión: “Siento que muchas personas hablan de yoga, pocos leen al respecto y aún menos lo practican”. Este comentario me llevó a pensar que nuestra labor en Shadak era vital para difundir el verdadero entendimiento y práctica del yoga.
El Legado de Shadak
Abrimos nuestro centro en la calle Ayala 10. Marta, que estaba antes en la Gestapo, se dice que nos acompañó en un viaje energético diferente. Durante estos años, cultivamos un ambiente vibrante con cursos, conferencias, y encuentros espirituales. Recibimos a maestros y especialistas como Swami Ritajananda, José Alvaro Calle Guglieri, y Lama Akong. Todos ellos resaltaron la energía inspiradora de Shadak.
Un Centro de Conocimiento y Amistad
Más de medio millón de personas han pasado por Shadak, y aún sigo ofreciendo clases de hatha yoga y meditación. Hay quienes preguntan si el profesor Calle aún está vivo. La respuesta es sí, aunque mis rodillas ya no son tan elásticas como para hacer la postura del loto.
Ser Maestro en Libertad
Siempre he considerado a mis alumnos como amigos espirituales. Soy un profesor de yoga independiente, un librepensador y aprendiz eterno. En este camino, hemos sido fieles a la esencia del yoga, impidiendo que otras enseñanzas diluyan nuestra misión.
Invito a los lectores a compartir sus preguntas y experiencias sobre yoga en los comentarios. ¿Qué significa para ti practicar yoga en tu vida diaria?
Ramiro Calle
Centro de Yoga Shadak