Era un discípulo que gozaba de una intensa motivación espiritual, pero que al comprobar que había tantas enseñanzas, doctrinas y caminos, se encontraba muy desorientado y confuso.
Por ello, decidió visitar a un maestro espiritual y, al estar ante él, le dijo:
– ¿Venerable maestro, ¿cómo si la última realidad es una, existen tantas enseñanzas, tantas doctrinas, tantas sendas espirituales?
Terminantemente el maestro repuso:
– ¡Qué dices, insensato! Mucho más debería haber, porque cada persona debe ser su propia doctrina, su propia vía.
REFLEXIÓN:
Hay muchas laderas que conducen a la cima de la montaña. Cada uno debe tomar aquella que en principio mejor se avenga con su carácter, mentalidad y temperamento. Las diferentes laderas son solo caminos hacia la misma cima, que es la Sabiduría.
El Buda se refería a la parábola de la balsa para ilustrarnos que se requieren las enseñanzas y los métodos para cruzar de la orilla de la ignorancia a la de la Sabiduría, pero que una vez cruzada, uno no debe cargar con la balsa. Esta imagen es un poderoso recordatorio de que utilizamos las enseñanzas como herramientas, no como cargas permanentes.
El venerado Ramakrishna utilizaba el símil de que un estanque tiene accesos por diferentes escaleras, pero el agua permanece única y universal. Cada persona elegirá la escalera que mejor se adapte a su creencia y naturaleza, pero deben ir más allá de las creencias para experimentar la transformación real. Así como el adagio zen nos recuerda: “los dedos que apuntan a la luna no son la luna”.
El primer paso es: parte, toma un camino. Es esencial tantear, comprobar, investigar y, luego, decidir una dirección. Lo que realmente importa es establecer medios que promuevan un sosiego mental, fomentando lucidez, sabiduría y compasión. La diversidad de mapas y brújulas espirituales puede ser abrumadora, pero hay que enfocarse en la que inicialmente te resuene.
Recuerda que, al final, las herramientas deben ser dejadas atrás. Como dice el antiguo adagio tántrico, “la senda sin senda es la verdadera senda”. Este viaje, que es hacia adentro, es el que realmente te llevará a descubrir tu propia naturaleza iluminada. Mi buen amigo Babaji Shivananda (autor del libro “El Misterio del Planeta”, que ya va por su tercera edición) me decía: “Ramiro, hay muchas personas y, por ello, muchas vías. Cada uno debe encontrar la suya, pero para mí, la meditación es el camino más directo hacia el Ser“.
Ramiro Calle
Centro de Yoga Shadak