Érase una vez en el vibrante paisaje de nuestras vidas modernas, tres amigos embarking on a journey, un viaje que se convirtió en mucho más que una simple excursión.
Mientras caminaban juntos y disfrutaban de un día soleado, avistaron a un hombre en la cima de una colina. La conversación sobre el destino del hombre se intensificó, trayendo a la luz la curiosidad innata de las personas.
– ¿Acaso se ha perdido?, sugirió uno.
– No, seguro que espera a alguien., respondió otro.
– Debe estar enfermo., concluyó el tercero.
Finalmente, decidieron acercarse a él y preguntar. Con asombro, descubrieron que el hombre simplemente respondedió:
– Estoy.
Reflexión sobre la Esencia de Ser
En este relato emergen preguntas reflexivas:
¿Cuántas veces nos hemos encontrado atrapados en el torbellino de la vida diaria, olvidando lo que significa estar presente?
Un antiguo adagio oriental nos recuerda que: “Hasta un caballo de carreras se destripa si no se detiene”. Esta simplicidad nos invita a la desconexión, a un mundo donde la calma y el autocuidado son esenciales.
Vivimos en un constante estado de sobrecarga. Nos distraemos con tareas y preocupaciones, olvidando la expresión más pura de la existencia: ser y estar.
En 1972, en mi primera visita a Khatmandú, conocí a Yogi Haribar Baba, un eremita que compartió un secreto transformador: “El secreto está en parar”.
Descubramos cómo la detención consciente puede servirnos. Solo unos minutos al día pueden ser suficientes para recobrar las energías, aclarar la mente y encontrar el camino hacia adentro.
La calma no se trata solo de dejar de hacer, sino de volver a nuestra esencia. Cuando paramos, como las aguas turbias de un lago que se calman, nuestras tensiones se disipan y regresamos al presente, libres de ataduras temporales.
Llevemos con nosotros la sabiduría de ser y estar, y compartamos nuestras experiencias en este camino. ¿Cuándo fue la última vez que simplemente estuviste?
Ramiro Calle
Centro de Yoga Shadak