Muy a menudo hablo en mis clases de meditación en Shadak sobre ese gran misterio que es la mente, tanto mayor en cuanto que es como si no fuera nuestra mente y muchas veces complica las complicaciones y cuando no hay dificultades reales crea dificultades imaginarias, del mismo modo que tiene una rara habilidad para dejarse arrastrar por tendencias nocivas e insanas (como la ofuscación, la avaricia y el odio) y en lugar de ser nuestra aliada convertirse muchas veces en nuestra enemiga y añadir sufrimiento al sufrimiento.