7 Claves para Entender la Noosfera y su Impacto en la Humanidad

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“Porque yo tengo allí mi parte. Nosotros (ahí) nos conocemos todos, nos sostenemos todos, los unos a los otros. No puedo expresarlo bien; pero somos como una simiente repartida en el mundo entero”. Catalina Emmerich, describiendo su visión de la “Isla de los Profetas”.

Teilhard de Chardin popularizó la intuición sobre la “noosfera”, un concepto fascinante que explora la conexión espiritual y cultural entre los seres humanos. Esta noción se fundamenta en la idea de que existe una red de comunicaciones “telepáticas” y espirituales subconscientes que nos une a todos.

La interconexión entre individuos se manifiesta a través de relaciones afectivas o intereses culturales y espirituales comunes. Este fenómeno, según Teilhard, lo descubrió durante su experiencia en el frente de la I Guerra Mundial, donde captó las emociones intensas de miles de personas enfrentándose a la muerte. Esto llevaba a comprender que cada ser humano posee una “temperatura psíquica” que puede ser sentida por otros, creando así una red de conexiones espirituales.

Imagina que tu mente “espiritual” tiene la capacidad de ser parte de una comunidad telepática global. En este sentido, cada uno de nosotros podría ser un “webmaster” en una vasta red de conocimiento, donde los miembros de la Jerarquía Espiritual humana actúan como guías y dinamizadores.

¿Cómo Funcionan las Conexiones Espirituales?

Este concepto sugiere que, para mejorar nuestras comunicaciones y conexiones espirituales, tenemos que buscar activamente aquello que deseamos aprender. La famosa frase “¡Llamad y se os abrirá!” refleja la idea de que cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de adquirir conocimiento y conectar con los demás.

En esencia, la diversidad de ideas y creencias entre las personas se debe a la influencia espiritual humana: esta influencia no es necesariamente divina, sino que está marcada por la época histórica y el contexto cultural de aquellos que transmiten estas ideas.

El Proceso Cultural y el Conocimiento Colectivo

La evolución cultural, tal como subraya Francisco Traver, puede ser vista como un “almacén de posibilidades”, donde el conocimiento se enriquece a través del intercambio y la especialización de talentos. Este proceso, aunque lento, promueve el decantamiento de ideas hacia alternativas más adecuadas, llevando a la humanidad a un progreso constante.

Revisar la historia nos permite ver que, a lo largo del tiempo, se han acumulado errores de percepción, pero esto ha propiciado nuevas ramas ideológicas y culturales que enriquecen nuestra experiencia colectiva. Estos desafíos son oportunidades para crecer y aprender de los demás.

La Jerarquía Espiritual y La Humanidad Futura

La hipótesis de la noosfera plantea que, a medida que la humanidad evoluciona, también lo hace su conexión con una organización cósmica más grande. Funcionando al igual que un cerebro colectivo, se establece una estructura espiritual de intercomunicación, que aunque embrionaria en la actualidad, está destinada a desarrollar una élite reflexiva cuya misión será el progreso del conocimiento y la moralidad entre los individuos.

Reflexiones Finales sobre la Conexión Humana

Juliana de Norwich refuerza esta noción al afirmar: “Dios nos espera con paciencia, y no se enfada ni nos castiga”. Este concepto sugiere que cada persona, a través del discernimiento y la influencia espiritual, puede tomar conciencia de sus errores y crecer en su camino personal.

A medida que la humanidad avanza hacia el Punto Omega de Teilhard, cada ser humano aportará su carisma personal al servicio de los demás, con el fin de constituir una comunidad global interconectada y conscientemente espiritual.

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