Todos los métodos de relajación están inspirados en la milenaria práctica del yoga, que cuenta con miles de años de antigüedad. Es una extraordinaria medicina sin contraindicaciones, cuyos efectos psicosomáticos son elevadamente beneficiosos. Este método es accesible y útil para todo el mundo.
La Relajación en Yoga: Un Arte Ancestral
El yoga, como precursor de la ciencia psicosomática y la primera disciplina integral de salud en el mundo, ha sido una fuente de energía y vitalidad para aquellos que se aventuran en su práctica. Los antiguos yoguis nuclean su sabiduría en la relajación, no solo como un fin, sino como un proceso valioso para el control psicosomático y la reintegración emocional. Este enfoque holístico, que abarca cuerpo, mente y energía, se ha convertido en una herramienta confiable para acumular **fuerza vital**.
El doctor Behanama expresó con razón que: «Como sistema de prácticas para inducir a un alto nivel de relajación, el yoga es insuperable». La postura de relajación, conocida como **savasana** o la postura del cadáver, encarna la esencia de estar tan inmóvil como el cuerpo de un fallecido.
La relajación del yoga se puede practicar de manera **independiente** o como parte de un ritmo de movimiento mediante las asanas, conduciendo a lo que se podría denominar **relajación activa-pasiva**. Si optamos por la **relajación pasiva**, se requiere: Máxima inmovilidad y máxima atención vigilante. Este enfoque de sentir y soltar es el secreto para lograr una profunda y saludable relajación, que ofrece beneficios tanto físicos como psicológicos. La conexión entre mente y cuerpo es fundamental, ya que mantener la mente atenta y el cuerpo pasivo es lo que permite alcanzar un estado de calma plena.
El Método para Alcanzar la Relajación Profunda
A continuación, se presentan los pasos prácticos para introducirte en este viaje de relajación:
• Escoge una habitación tranquila, con luz tenue, y selecciona una superficie adecuada: una manta sobre el suelo o una alfombra te servirán.
• Tendida de espaldas, coloca la cabeza cómodamente y separa las piernas ligeramente. Los brazos deben reposar a los lados, con las palmas mirando hacia arriba o ladeadas, según tu preferencia.
• Cierra los ojos, evitando la tensión en los párpados.
• Regula tu respiración, inhalando y exhalando lenta y profundamente por la nariz.
• Comienza a explorar tu cuerpo, desde los pies hasta la cabeza, sintiendo cada área y liberando la tensión en un proceso de sintiendo y aflojando.
• Dedica atención hacia las piernas, el estómago y el pecho, soltando cada grupo muscular. Mantén la concentración. Siente cómo se relajan cada vez más.
• Dirige tu atención hacia la espalda, los brazos y los hombros, y luego hacia el cuello, la cara, y finalmente, hacia todo tu ser. Siente cómo cada músculo se floja.
• Conéctate con tu respiración, visualizándola como una suave ola que te acompaña mientras te relajas más y más profundamente.
• Debes mantener esta posición de relajación durante **diez a quince minutos**, disfrutando de la paz y la tranquilidad que la práctica trae consigo.
Antes de Retornar de la Relajación
• Realiza respiraciones profundas y lentas. Inhala y exhala gradualmente, llenando tus pulmones lo más que puedas.
• Mueve lentamente tus pies, manos, así como las piernas y los brazos, para regresar suavemente a la realidad.
• Incorpórate con calma, llevando contigo toda la paz que esta práctica ha cultivado dentro de ti.
Ramiro Calle
Director del Centro de Yoga Shadak y escritor