El misterio del encuentro esencial

¿Quieres más?

¿Te gustaría estar siempre al día con las últimas tendencias, consejos y secretos?  Suscríbete a nuestro boletín mensual y sé parte de una comunidad exclusiva.

5,6 minutos de lecturaActualizado: 22/09/2024Publicado: 08/06/2018Categorías: Desarrollo PersonalEtiquetas: , , ,
Desde que hemos entrado en este nuevo milenio somos cada vez más conscientes de que una determinada forma de pensar y actuar ha desembocado en el cambio climático, en el consumismo que empobrece a los pobres y en la ausencia de los valores que generan plenitud…
Dicen por ahí que aquellos que no contemplan su historia están condenados a repetirla y si bien el comienzo de este siglo marcó un punto de reflexión para comenzar a hacer las cosas de forma diferente, solo la voluntad y la decisión personal e intransferible de ir más allá de los mapas de la realidad que habíamos concebido hasta ahora podrán superar los limites que nosotros nos hemos puesto, vista la necesidad de encontrar nuevas soluciones a los conflictos que asolan el mundo.

¿Qué es la realidad? ¿Qué abarca, dónde termina y dónde comienza?

 

Si pretendemos cambiar “la realidad”, es lícito preguntarse ¿Qué es la realidad? ¿Qué abarca, dónde termina y dónde comienza? La física cuántica viene a complicarnos un poco más las cosas afirmando que la realidad observada depende de la condición del observador. Esta idea propuesta hace ya muchos siglos por los místi­cos fue magistralmente resumida por el lingüista Korzybsky al decir: “el mapa no es el territorio”. Si el mapa mental fuera tan exacto como el territorio ocuparía exactamente el mismo lugar, con lo cual no sería funcional, no nos cabría en la mochila.
El antiguo modelo de la civilización griega concibe al ser humano constituido por tres planos de manifestación: soma o cuerpo físico, psique que es el conjunto de intelecto y emociones (llamada alma y/o mente) y pneuma, el plano más sutil (al que llamamos espíritu). En este antiguo modelo se describe a la psique constituida por una materia flexible y de gran plasticidad que cumple la función de conexión entre soma y pneuma, el cuerpo y el espíritu. Este mapa del ser humano estuvo presente en todos los planteamientos físicos y humanistas de las civilizaciones antiguas y aunque fue abandonado por nuestra civilización occidental hace pocos siglos, comenzó a ser recuperado parcialmente a principios de los años 50 con el concepto de que el hombre es una unidad psicosomática.
El antiguo modelo de la civilización griega concibe al ser humano constituido por tres planos de manifestación: soma o cuerpo físico, psique que es el conjunto de intelecto y emociones y pneuma, el plano más sutil  (al que llamamos espíritu). En este antiguo modelo se describe a la psique constituida por una materia flexible y de gran plasticidad que cumple la función de conexión entre soma y pnema, el cuerpo y el espíritu. Este mapa del ser humano estuvo presente en todos los planteamientos físicos y humanistas de las civilizaciones antiguas y aunque fue abandonado por nuestra civilización occidental hace pocos siglos, comenzó a ser recuperado parcialmente a principios de los años 50 con el concepto de que el hombre es una unidad psicosomática.
A lo largo de la historia y dependiendo de las teorías emergentes en cada época se ha sintetizado “la realidad” generalizando unas ideas y omitiendo y distorsionando – relacionando – otras. Hemos generalizado la importancia del pneuma omitiendo el soma y la psique (Edad Media) o hemos relacionado soma y psique omitiendo el pneuma (positivismo). Para elaborar una teoría manejable generalizamos un modelo de relaciones que siempre limitará de alguna forma nuestra comprensión, pero será abarcable, manejable. Esto es vital para que nos demos cuenta de que lo que pensamos sobre la realidad es una síntesis y no es tan infalible, es un mapa útil con todas las limitaciones de un mapa de bolsillo que merece la pena ser revisado y analizado para saber qué parámetros hemos generalizado, omitido y distorsionado, utilizando el lenguaje de la PNL.
Einstein insistía en que no se puede resolver ningún problema desde el mismo nivel de conciencia en el que se ha creado. Es hora de ampliar nuestro mapa de la realidad para buscar nuevos pensamientos y acciones ante el gran desafío del siglo XXI. Cada uno tendrá que hacer su propio análisis para reelaborar su mapa, ocupar su lugar y efectuar las acciones oportunas en consecuencia.

Nuestra reelaboración personal ha adquirido el paradigma de la ciencia actual para creer que todos y todo está interconectado y unido por una energía común, que nuestros pensamientos, sentimientos, palabras y acciones tienen consecuencias en todo el planeta. Hemos realizado nosotros mismos y en nuestros grupos de trabajo el experimento que propone el Dr. Emoto de poner un poco de arroz hervido en dos vasos y todos los días dirigir hacia uno de ellos pensamientos y palabras negativas y hacia el otro dirigir pensamientos y palabras positivas. Cuando ves los resultados te convences de que estas consecuencias son tan reales como la mano que escribe estas líneas y con la cuál te decimos que hagas este experimento para comprobarlo por ti mismo y no dejarte llevar por “lo que dicen”.

Este mapa mental nos ha hecho poner mucha atención y cariño a los pensamientos, sentimientos, palabras y actos del día a día, sabiendo que podemos proyectar consuelo hacia cualquier lugar en el que haya sufrimiento y que podemos contribuir a limpiar el planeta purificando nuestras propias acciones.
Claudio Naranjo afirma: “Lo que el misticismo es para cualquier religión, el Encuentro esencial lo es para el crecimiento personal. El trabajo en grupo potencia transformaciones mucho más rápidas y fáciles de lo que se aborda desde el trabajo individual. Permite que se miren cara a cara personas que tratan de comunicarse con autenticidad, olvidando normas, roles, condicionamientos pasados y juegos sociales. El proceso de encuentro esencial diluye las formas antiguas porque es inédito e inestructurado por definición, y llevado apropiadamente, puede ser una experiencia que conduce a momentos de revelación, renacimiento, sanación e incluso de éxtasis
Si quieres cambiar “la realidad” tal vez sea interesante comprender pri­mero cómo has elaborado tu propio mapa mental y cuáles son las palabras y metáforas con las que explicas tu vida, tus relaciones y las consecuencias de tus actos, pensamientos, palabras y sentimientos. Tal vez este sea el primer paso para generar nuevas acciones, nuevos modelos para un tiempo nuevo en el que seremos capaces de vivir el Misterio del Encuentro esencial.
Teresa Arranz y Gustavo Bertolotto

Haz tu buena obra del día ¡Compártelo!