Un maestro le dijo a sus discípulos: “Que la consciencia sea vuestro dios”. Buda declaraba: “El que está consciente está vivo, pero el que no es como si ya hubiera muerto”. Santideva aconsejaba: “Utiliza la consciencia como si fuera una armadura”.
¿Qué significa realmente ser consciente? No hay mayor reto que tratar de hacerse consciente de verdad; no hay mayor desafío que una y otra vez retomar el hilo de la consciencia; no hay mayor prueba que estar en el intento de ser un poco más consciente.
Se requiere mucha motivación y un firme propósito para despertarnos cada mañana y ejercer nuestra voluntad en la búsqueda de una consciencia más plena. Es crucial reconocer la presencia de nuestra semiconsciencia, que nos mantiene atrapados en hábitos psíquicos y respuestas automáticas a situaciones emocionales y mentales. Solo al darnos cuenta de que no somos plenamente conscientes, iniciamos un viaje hacia la mejora de nuestra consciencia.
La consciencia es vida, vitalidad, intensidad, darse cuenta y lucidez. Todos los sabios de Oriente han insistido en la necesidad de entrenar armónicamente la consciencia para expandir nuestra percepción y lucidez. La falta de una verdadera consciencia nos instala en una mente empañada que resulta en avaricia, odio y miedo.
La Meditación: Un Camino hacia la Autenticidad
La meditación es un método específico para cultivar la consciencia. Sin embargo, en nuestra vida diaria tenemos la oportunidad de amplificar nuestra consciencia al estar más atentos a nuestro entorno y a nosotros mismos. La consciencia nos permite darnos cuenta de nuestra realidad en cada momento.
Autoobservación: El Primer Paso hacia la Libertad Interior
Cuando la atención se dirige hacia nuestro interior, comenzamos a descubrir autoengaños y emociones negativas. Este proceso de autodetección no solo nos enriquece como observadores, sino que nos conduce a un autoconocimiento que genera libertad interior y una independencia mental.
Existen innumerables métodos para desarrollar la consciencia, desde trabajos sobre el cuerpo hasta técnicas de concentración. Ya sea mediante danzas, mantras o contemplación, cada práctica nos acerca a la luz de la serenidad.
La Cima de la Plenitud Interior
Al comenzar a ser realmente conscientes, comenzamos a liberar lo adquirido y artificial de nosotros mismos, conectando con nuestro yo más profundo. No se engañen: el camino hacia la consciencia y el sentido renovado de nuestra existencia es arduo y prolongado. Pero este esfuerzo es gratificante, y cada instante de claridad nos acerca a la plenitud interior.
Finalmente, usaremos la metáfora del sueño: varios de nosotros estamos como el personaje de un cuento indio que, aunque estaba en vigilia, creía estar despierto. ¿Qué tan despiertos estamos realmente en nuestra vida cotidiana? La respuesta es un viaje que vale la pena emprender siempre.
Ramiro Calle
Centro de Yoga Shadak