“Si hay algo que está claro es que el hombre precisa en primer lugar, como el que bebe agua, el beber sueños”. Alvaro Cunqueiro
“El Conocimiento es un don privilegiado otorgado a los valientes”. (Terence McKenna). Este epígrafe que ponemos en nuestra portada, es clave para entender la búsqueda de la verdad.
La Búsqueda Espiritual y el Misticismo
Los buscadores espirituales somos unos “locos” como Don Quijote, que por razones misteriosas, tenemos la fuerte intuición de la existencia de un mundo paralelo al normal, que se da a conocer mediante revelaciones simbólicas que hay que aprender a interpretar adecuadamente.
Valentía y el Mundo Espiritual: En un mundo como el nuestro, aceptar la existencia de un mundo sobrenatural puede ser una hazaña en sí misma. Este desafío requiere un nivel de valentía que pocos poseen.
Doble Realidad: La Vida del Buscador Espiritual
Porque el buscador espiritual vive simultáneamente en dos mundos: el mundo ordinario y el mundo sobrenatural. En palabras de Joseph Campbell: “El discípulo ha sido bendecido con una visión que trasciende el alcance del destino humano normal…”.
La Dualidad del Héroe: Los “buscadores” muchas veces son culturalmente ignorados, tachados de alarmistas o incluso de lunáticos. Esta búsqueda heroica es difícil y suele estar condenada al fracaso.
El Héroe Errante: Entre el Fracaso y la Victoria
La figura del héroe es compleja y muchas veces mal interpretada. En las películas, se nos muestra un héroe triunfante y glorioso, pero la realidad es que muchos héroes son más como Don Quijote, derrotados, pero aún así valientes.
El verdadero héroe es aquel que se presenta voluntario para ayudar a su comunidad, enfrentándose a dragones metafóricos con un gran miedo, pero también con un ardor en su corazón. Esta figura se remonta a la tradición de un mesías doliente, que fracasó en su tarea de salvar a su pueblo.
El Sacrificio del Héroe Anónimo
¿Qué es lo que mueve a una persona a sacrificar su bienestar por su tribu? Es una cuestión de destino y vocación, influenciada por fuerzas que pueden parecer aleatorias. El héroe muchas veces queda como un héroe anónimo, sin reconocimiento, preocupado por el futuro de su comunidad.
A menudo, esta figura del héroe está ligada a la del intelectual comprometido, que propone cambios y actúa como una especie de alertador, recordando a los demás sobre los peligros inminentes. Este rol, sin embargo, es ingrato y doloroso, ya que el “Jonás” de turno, sabe el destino fatídico que se acerca.
Conclusión: Honrando la Lucha Espiritual
Todo esto nos lleva a una conclusión clara: el verdadero heroísmo radica en la valentía de enfrentar lo desconocido y en la disposición de sacrificarse por un bien mayor, aunque el resultado no sea el esperado. Este viaje es, sin duda, un tributo a los que luchan por un mundo mejor, incluso cuando su propia voz es ignorada.
Isidoro García
Director Revista Quitapesares