Cuando la Ceguera y la Inválidez se Transforman en Luz y Fuerza: Una Lección sobre Cooperación

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1,9 minutos de lecturaActualizado: 22/01/2025Publicado: 22/01/2025Categorías: Ramiro CalleEtiquetas: , , , , , ,

En un dramático giro del destino, un ciego y un tullido se encontraron atrapados en un incendio en una hospedería. Mientras los demás huéspedes huían despavoridos, la infortunada situación de estos dos hombres les obligaba a permanecer inmóviles, observando el caos desde la desesperación.

Al sentir el feroz calor del incendio, el ciego sintió la urgencia de escapar. Sin embargo, se dirigía directamente hacia las llamas. Su amigo, el tullido, advirtió el peligro y gritó:
 
   – ¡No, amigo! Te diriges hacia las llamas. Yo no puedo moverme, pero podemos ayudarnos mutuamente. Ven hacia mí, yo seré tus ojos y tú mis piernas.
 
   Siguiendo los consejos de su amigo, el ciego levantó al tullido sobre sus espaldas. Con esta valiosa colaboración, lograron salir de ese infierno, convirtiéndose así en la salvación del otro.

De esta experiencia no solo nació una amistad inquebrantable, sino también una profunda reflexión sobre la interdependencia humana.
 
REFLEXIÓN:
 
La realidad es que somos seres interdependientes. La necesidad de colaborar y cuidarnos mutuamente se vuelve evidente en tiempos de crisis. Aunque es fundamental encontrar refugio dentro de uno mismo y cultivar paz interior, el verdadero crecimiento proviene de cómo podemos ser de ayuda a otros. La antigua sabiduría nos recuerda: “Si te proteges a ti mismo, proteges a los demás; si proteges a los demás, te proteges a ti mismo”.
Imaginen un mundo donde todos cultivaran un sentido genuino de cooperación e inspiraran compasión en sus interacciones diarias. Pasaríamos de un nihilismo colectivo a una conciencia global, donde cada acción cuenta, favoreciendo la vida y evitando el daño.

De esta forma, cada individuo podría experimentar los estados celestiales de amor, compasión, alegría compartida y ecuanimidad. Esta transformación implica desapegarse de raíces mentales insanas como la ofuscación, la avidez y el odio, mientras se fortalecen cualidades como la lucidez, generosidad y benevolencia.

Para lograr esto, es esencial aprender a equilibrar nuestros propios intereses con los de los demás. En palabras del sabio Nisargadatta:
 
   SIN AMOR, TODO ES MAL. LA VIDA MISMA SIN AMOR, ES UN MAL.

Ramiro Calle

Director del Centro de Yoga Shadak y escritor

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