La Primavera del Ser: Un Viaje Hacia la Unidad con la Naturaleza

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4,4 minutos de lecturaActualizado: 25/01/2025Publicado: 25/01/2025Categorías: ECOLOGIA, Estilo de VidaEtiquetas: , , , ,

Tras hablar del invierno, nos preparamos para el renacer que trae la primavera. Florecer requiere un proceso de recogimiento y reflexión.

Entretejemos el sabio poema de San Juan de la Cruz:“Entreme donde no supe”

Entreme donde no supe y quédeme no sabiendo… Toda ciencia trascendiendo
Yo no supe dónde entraba, mas cuando allí me vi,
aún sin saber dónde estaba grandes cosas entendí.
No diré lo que sentí que me quedé no sabiendo…
Toda ciencia trascendiendo.

Si aún no has experimentado la quietud y la conexión contigo mismo o con la naturaleza, este invierno es el momento perfecto para buscarla. Regálate un momento de introspección: un paseo solitario por un parque, un bosque, o la orilla de un río. Al contemplar la naturaleza durante un tiempo, permite que tu mente se aquiete y tu cuerpo se relaje. El calor de la primavera florecerá lo que hayas sembrado, y el contacto íntimo con la naturaleza es, sin duda, una de las medicinas más poderosas.

La Unicidad de Todos los Seres

Los seres humanos están llamados a florecer en primavera porque somos Uno con la naturaleza. Somos Uno con Todo. Este estado de unidad es un sentimiento que todos hemos experimentado en algún momento. ¿Recuerdas alguna vez que te sentiste parte de algo más grande, en un estado de ‘saber no sabiendo’?

De paz y serenidad era una ciencia perfecta,
en profunda soledad se entendía la vía recta.
Era cosa tan secreta que me quedé balbuciendo…
Toda ciencia trascendiendo.

Quizás lo experimentaste al tocar la tierra mientras sembrabas semillas en tu huerto, al maravillarte ante la belleza de una flor, al recoger uvas en época de vendimia, o al alcanzar la cima de una montaña donde el silencio habla. Si te permites revivir las sensaciones corporales que esos momentos evocan—los colores, los sonidos, las texturas y olores—descubrirás lo esencial de recordar, recrear y sentir. Es tan sencillo y tan complejo como eso…

Estaba tan embebido, tan absorto y ajenado,
que se quedó mi sentido de todo sentir privado,
y el espíritu dotado de un entender no entendiendo…
Toda ciencia trascendiendo.

Aunque muchos de nosotros hemos tenido experiencias de UNIDAD, solo algunos han dado el paso de transformar esa experiencia en un cambio profundo. Permitirse entrar en ese estado puede restaurar la luz y equilibrio en nuestro ser, conectándonos nuevamente a los ciclos de la naturaleza, a nuestra alma y a la VIDA con mayúsculas. Se dice que este camino es el regreso a Casa.

Recuperar la profunda sensación de que eres Uno con la naturaleza, Uno con Todo es la clave para enfrentar los problemas de la vida. Desde este estado, los problemas dejan de serlo; las heridas se transforman en valores, y nuestras súplicas se convierten en un diálogo silencioso y poderoso. No se trata de entender, sino de sentir y vivir profundamente.

Escuchar a la Vida: Soltar y Aceptar

Cuando plantamos una semilla y la regamos, el crecimiento sigue su curso natural. Así, si nos detenemos a escuchar y observar, cada ser viviente comunica sus necesidades y preferencias. El ciclo natural continúa, pero a veces nos desconectamos en un mar de estímulos y distracciones.

La naturaleza opera en ciclos: los animales migran, los árboles florecen y la vida sigue su curso. Sin embargo, los humanos, con su capacidad de raciocinio, a menudo ignoramos esta sabiduría innata. Las grandes fuerzas de la vida—el amanecer y el ocaso, la luz y la oscuridad—nos enseñan el ciclo de la existencia que, aunque inquebrantable, muchos eligen ignorar.

El que allí llega de vero de sí mismo desfallece;
cuanto sabía primero mucho bajo le parece,
su conciencia tanto crece, que se queda no sabiendo,
Toda ciencia trascendiendo.

Al experimentar la Unidad, los pensamientos limitantes se desvanecen y lo único que permanece es la plenitud. Los taoístas saben cultivar esta experiencia mediante la contemplación de la naturaleza y la respiración consciente. No se trata de comprender, sino de sentir esa profunda conexión que, al ser interrumpida por la racionalización, se pierde.

Cuanto más alto se sube, tanto menos se entendía,
que la tenebrosa nube a la noche esclarecía:
por eso quien la sabía queda siempre no sabiendo,
Toda ciencia trascendiendo.
Este saber no sabiendo es de tan alto poder,
que los sabios arguyendo jamás lo podrán vencer;
pues no llega su saber a no entender entendiendo,
Toda ciencia trascendiendo.

La sobreestimulación de la vida moderna, el consumismo y la desconexión de la naturaleza nos han llevado a perder de vista nuestra esencia. A veces, necesitamos recordar que un grupo de seres humanos despiertos sostiene la esencia de este planeta azul, mientras que otros aún buscan su verdadero propósito.

Reconozco la grandeza de aquellos que, en conexión con la naturaleza, mantienen viva nuestra esencia. Su trabajo ha hecho nuestro despertar más accesible. Agradezco a las comunidades indígenas y a todos aquellos que han preservado esta conexión sagrada que tanto necesitamos recuperar.

Nunca es tarde para volver…

Techu Arranz
Socia – Directora de Instituto Potencial Humano
www.institutopotencialhumano.com

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