¿A dónde ir en esta noche fría alma mía?
Abro la puerta y observo la desnudez de los troncos,
permito serenamente no ver nada ante mí,
he de ir al calor interno para saber dónde está el camino
tras abrazar la oscuridad de fuera, dentro de mí, exenta de adornos,
siento la luz radiante y cálida que nutre y consuela.
Cuando el invierno nos rodea, el paisaje se despoja de su exuberancia, revelando la esencia pura de la naturaleza. El frío exterior refleja una energía que invita a la introspección. Para sobrellevar esta temporada de escasez externa, debemos primero cultivar el fuego interno que arde en nuestro interior. Tal como el árbol que concentra su savia, nosotros también debemos recordar que la calidez de una nueva vida espera ser descubierta dentro de nosotros.
El árbol despojado de hojas es también un recordatorio de que este tiempo es propicio para ir hacia adentro y conectar con nuestros cimientos más básicos, alejados de los adornos de la vida cotidiana.
Siente el Peso de tu Existencia
Te invito a sentir el peso de tu cuerpo en el suelo; a reconocer la estructura erguida que proporciona sostén. Comienza contactando con tu piel y avanzando hacia tus músculos, hasta llegar a los huesos. Este proceso no solo favorece una postura erguida y relajada, sino que permite que la energía fluya, caliente y viva, recorriendo cada parte de ti. Haz movimientos lentos, ajustando tu postura para mantener la conexión con el suelo, abriendo tus hombros, subiendo la barbilla y alineando tu cuello. Solo así podrás enfrentar el frío de manera presente y consciente.
La Energía del Invierno
Nos encontramos ante una energía sólida y concreta que marca los límites del invierno. Es esencial cultivar la vitalidad a través de decisiones claras: una diferencia esencial entre el sí y el no permitirá que nuestra energía fluya sin obstáculos. En estos días más oscuros, la calidez de las relaciones que nutren nuestro corazón y mente es crucial para evitar caer en la trampa del aislamiento y la tristeza.
Si alguna vez te sientes atrapado en un pozo emocional, recuerda que acercarte a las hogueras cálidas de la amistad puede revigorizar tu interior, mientras que el aislamiento solo enfriará tu alma.
¿Cómo Calentar Nuestros Espacios Internos?
Abrazar el agradecimiento, la ternura y el cariño en nuestra vida cotidiana puede ayudar a disipar las dudas e inquietudes que puede generar el invierno. Siendo conscientes de nuestros sentimientos, podemos suavizar el miedo que nos acecha. Tus riñones, por ejemplo, pueden reflejar este miedo, y es vital cuidarlos. Imagina que son como pequeños niños a quienes puedes brindar calor y protección: la confianza puede transformarte.
Prácticas que Nutren el Cuerpo y el Alma
- Regálate espacios de confianza y libertad: canta, ríe o deambula buscando la belleza.
- Estira suavemente tus músculos y respira profundamente para permitir que la calidez recorra tu cuerpo.
- Los masajes son una herramienta esencial para mantener la flexibilidad y calidez corporal.
- Bailar tu canción favorita te ayudará a mantenerte en movimiento y evitar la rigidez.
- Aprovecha el tiempo con amigos para generar esa luz que todos necesitamos en invierno.
Cada hoguera recrea una belleza particular. Búscala, no te la pierdas; elige actuar desde la benevolencia y la calidez para conectar profundamente con aquellos a quienes amas.
Recuerda: de ti depende cómo cada estación afecta tu vida. Dedica tiempo a la contemplación y a vivir plenamente en armonía con la naturaleza, porque el cambio es parte de nuestra esencia.
Techu Arranz
Socia Directora Instituto Potencial Humano
www.institutopotencialhumano.com