Descifrando las Cadenas Invisibles: El Arte de la Autocrítica y la Liberación Personal en Tiempos de Dogmatismo

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Analizar implica someter algo a un proceso de descomposición, aislar sus elementos y descubrir su naturaleza. Analizarnos a nosotros mismos nos lleva a tomar consciencia de nuestras creencias y cuestionarnos su origen y su veracidad, descubrir al servicio de qué o quién están, y cuáles son los intereses propios y/o ajenos que las mantienen. Solo se puede llevar a cabo una reflexión profunda si se renuncia a la seguridad de la certeza, esto nos hace investigadores y críticos, y nos convierte en personas abiertas a la transformación.

Esta renovación permanente del que no se agarra a verdades inmutables es solo posible si se asume la incomodidad y ansiedad que muchas veces acarrea. Pero merece la pena, porque aprender a preguntarnos y preguntar, es la única oportunidad que tenemos para ser individuos un poco más libres.

La Trampa del Dogmatismo y el Peaje de la Libertad

Las grandes soluciones y las respuestas absolutas van de la mano de individuos o teorías extremadamente dogmáticas. Estas se presentan como salvadoras, filosofías “redentoras” que, con sus “liberaciones”, solo consiguen cambiar unas cadenas por otras. Anteriormente, dependíamos de Dios, con la religión como única opción para liberarnos del yugo de los imperios que nos explotaban. En el Antiguo Testamento, el pueblo judío esperaba perpetuamente la llegada de un salvador.

Esta idea de salvación también se refleja en el Nuevo Testamento, donde Jesús llama a sus discípulos a dejarlo todo y seguirlo. Estas comunidades religiosas, compuestas por personas de diferentes orígenes, son los primeros ejemplos de comunidad multicultural, pero la religión, con sus dogmas y sectarismos, ha provocado el surgimiento de nuevas cadenas. En lugar de luchar por la justicia, frecuentemente opta por conformarse con la caridad.

El Capitalismo como Nuevo Dogma

Del capitalismo podemos decir lo mismo que de la religión. Quien lo cuestiona es etiquetado como loco, tonto o peligroso. El sistema normativiza nuestras vidas, marcando metas y definiendo la “normalidad”. Divide a los sanos de los enfermos, a los productivos de los inútiles, creando distinciones entre los triunfadores y los fracasados.

Desentrañando las Cadenas del Dogmatismo

¿Pero qué son exactamente esas “cadenas” que surgen cuando nos acogemos a sistemas dogmáticos? No tienen que ver necesariamente con compromisos, sino con la capacidad de ser críticos dentro del grupo. Cuando la familia, pareja o comunidad no permite la disidencia, la persona queda encadenada. Los grupos dogmáticos dividen el mundo en buenos y malos, impidiendo una sana reflexión sobre sus propios errores.

Es fundamental entender que no existen verdades absolutas ni soluciones únicas a los problemas. Cualquier consejo o teoría debe presentarse con un contexto claro, advirtiendo sobre sus limitaciones y riesgos. Si no, nos enfrentamos a un discurso dogmático que ignora la complejidad de lo que trata. Estos discursos pueden surgir de una forma infantil de enfrentar ansiedades, o servir para manipular a las personas y satisfacer intereses ocultos.

Construyendo Nuestra Propia Libertad

Podemos salvarnos a nosotros mismos, a menudo con ayuda, pero nunca confiando ciegamente. Lo hacemos al aprender a analizar nuestras vidas. Conocerte a ti mismo y serás más fuerte. Este mantra, heredado del oráculo de Delfos, resuena con más fuerza que nunca en un mundo donde las cadenas del dogmatismo siguen apretando.

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