La prevención en Odontología es sin lugar a dudas la mejor forma de evitar la introducción en nuestro organismo de materiales contaminantes.
El cepillado dental tiene como objetivo eliminar la placa bacteriana que se adhiere a los dientes y a las encías, y que es la responsable junto con fermentación ácida producida por las bacterias de la boca, de la desmineralización de los dientes e inflamación de las encías, las cuales son el 90% de las patologías bucales.
Como en todo aprendizaje, el cepillado debería comenzar cuanto antes, incluso desde el primer mes de vida.
A partir de los dos años el cepillado se vuelve imprescindible debiendo ser efectuada por un adulto. Y a partir de los 6 años y con piezas definitivas en boca sería imprescindible por la noche (8 horas de contacto de la placa con los dientes, sin prácticamente autolimpieza) necesario por las mañanas y recomendable después de cada comida.
Existen diversas técnicas de cepillado (su higienista dental puede recomendarle la más eficaz en su caso), la zona importante a limpiar es parte de la encía que se une al diente que es lugar donde antes se acumula la placa bacteriana. Los movimientos pueden ser de barrido desde la encía hacia el borde del diente, o con movimiento giratorio, pasando sobre las tres caras de los dientes (interna, externa y oclusal).
El cepillo debe ser pequeño, acorde a la boca, de filamentos sintéticos con las puntas redondeadas, y con una textura media. Preferimos los manuales a los eléctricos que en muchos casos puedes dañar las encías.
Deberíamos cambiar de cepillo cada dos meses, y sobre todo cuando los filamentos comienzan a dejar de estar paralelos. Es recomendable desinfectar diariamente los cepillos en agua oxigenada o plata coloidal a 5 PPM.
Lo importante del cepillado es la acción mecánica del cepillo. Mi recomendación es que si se quiere utilizar una pasta dental, que ésta sea lo más neutra posible, con pocos aditivos, y nada abrasiva. En la actualidad existen pastas de dientes con todo tipo de aditamentos (flúor, antisépticos, antiinflamatorios, factores de transferencia, estimulantes salivares, blanqueadores, vitaminas, desensibilizantes etc.) que deberían usarse solamente en caso especifico durante cortos periodos de tiempo y recomendadas por su dentista.
Como complementos nos parecen muy interesantes los reveladores de placa que tiñen esta y la hacen visible; se pueden usar antes del cepillado para localizar las zonas de difícil acceso, o al finalizar para de esta forma poder comprobar la calidad del cepillado. También disponemos de seda dental, cepillos interproximales, estimuladores gingivales y palillos.
Existen multitud de colutorios que contienen productos químicos encaminados a tratar tópicamente alteraciones de las encías, sensibilidad, halitosis, inflamación, hemorragia. Estos colutorios deberían usarse bajo prescripción medica y por cortos periodos de tiempo. Los enjuagues son menos agresivos y contienen generalmente diluciones de plantas como por ejemplo caléndula, árnica montana, thymus vulgaris, hamamellis, equinacea, mirra, salvia. También recomendamos agua de mar oceánica, o en su defecto agua con sal.
Otra de las posibilidades en caso de no tener cepillo de dientes a mano es la toma de un chicle sin azúcar después de la comida para de esta forma, por lo menos, disminuir a acidez de la boca, y aumentar la autolimpieza con la masticación.
Recordemos que el cepillado no es solamente un acto social de respeto, sino también es una manera de otorgarte respeto a ti mismo.
¿Tienes alguna duda en relación a la boca?
¿Hay algún término que no comprendes?
Si necesitas que te hablen claro…
PREGUNTA A TU DENTISTA
Dr. D. Miguel Angel Recatero
Especialista en Homeospagyria Colg nº 28082
(Referencia: Consulta Espacio Humano)