Sostenibilidad y Empatía en la Alimentación Infantil: Una Reflexión de Crianza Natural

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2,6 minutos de lecturaActualizado: 14/11/2024Publicado: 14/11/2024Categorías: NutriciónEtiquetas: , , , ,

Hoy quiero compartir sobre el delicado arte de alimentar a nuestros pequeños, sin caer en dietas restrictivas que pueden resultar perjudiciales en la infancia. Desde mi experiencia como madre “mutante”, espero ofrecer reflexiones que aporten luz y perspectiva en este asunto tan vital.

Mi hijo menor ha sido macrobiótico desde su concepción. Es un niño tranquilo, muy diferente a su hermano mayor, quien proviene de un embarazo con una alimentación convencional.

Inmunidad y Resiliencia: A medida que lo observaba en su primer día de colegio, rodeado de llantos y nerviosismo, él se mantenía sereno, como un “samurai” atravesando el caos con una paz interior que muchos adultos anhelan. Siendo empático, siempre busca la armonía y se involucra en la resolución pacífica de conflictos.

El Ciclo Natural de Crianza: Criar y educar a los hijos es como remar en un río a favor de la corriente; cada esfuerzo se multiplica al trabajar con el flujo natural de la vida. Además, quiero subrayar que todos los procesos de desarrollo, desde dejar los pañales hasta adquirir nuevas habilidades, fluyen mejor cuando no interrumpimos su curso natural. Las complicaciones surgen de la presión que inconscientemente aplicamos al añadir nuestras preocupaciones y expectativas.

Alimentación y Desarrollo Infantil: Muchos problemas del comportamiento infantil pueden estar vinculados a la alimentación. Por ejemplo, un exceso de lácteos puede ralentizar el desarrollo y afectar la madurez emocional. Mi hijo pequeño, que no consumía lácteos hasta los tres años y se alimentaba principalmente de pescado, cereales integrales y verduras, mostró un crecimiento armónico y saludable.

Si bien introduje lácteos de manera esporádica, prioricé siempre el equilibrio de minerales y nutrientes en su dieta, evitando aquellos que podrían generar ácidos en su organismo. Un niño bien nutrido, con las cantidades adecuadas de calcio y grasas saludables, es menos propenso a enfermedades como asma, alergias o bronquitis.

También he sido flexible con la fruta, ofreciéndola en su temporada de verano y asegurando un consumo constante de verduras, inicialmente presentadas de forma lúdica.

Equilibrio y Comprensión Emocional: Al introducir los alimentos lentamente, favorecemos el desarrollo del sistema nervioso central y aumentamos la autoconciencia de los niños, facilitando así su autonomía. Por otro lado, una alimentación inadecuada puede resultar en irritabilidad e inquietud, afectando su comportamiento y descanso.

Reflexiones Importantes: En conversación con otros padres, noté la naturalización de enfermedades y tratamientos que considero innecesarios. Recuerdo mi niñez, donde las enfermedades eran raras y menos graves. Tal vez, en nuestro afán por proteger y cuidar, estamos complicando lo que debería ser un viaje natural y suave.

Mis hijos se han desarrollado como niños curiosos, creativos y respetuosos, contribuyendo a un ambiente de colaboración. Prefieren sabores naturales y evitan productos ultraprocesados, mostrando una fuerte conexión con lo que consumen.

Continuaré compartiendo más sobre cómo fomentar hábitos alimenticios saludables en mis próximos escritos. ¡Un abrazo y un próspero año nuevo para todos!

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