Por Miguel Á. Ortega. Asociación Reforesta www.reforesta.es
Una Nueva Perspectiva en el Movimiento Ecologista
Algo está cambiando en el movimiento ecologista, en el cual participo desde 1981. Ya no solo se exige a políticos y ciudadanos una actitud más respetuosa hacia el medio ambiente, sino que muchos estamos llevando nuestra reflexión un paso más allá. Nos preguntamos: ¿por qué el ser humano es tan agresivo con su propio planeta? La respuesta probablemente radica en la misma raíz de nuestra agresividad hacia otros seres humanos y hacia nosotros mismos.
Espiritualidad vs. Religiosidad
En los últimos años, he notado un aumento en las actividades y publicaciones de ONG ecologistas que reclaman abiertamente la espiritualidad. Es fundamental comprender que espiritualidad no es lo mismo que religiosidad. La espiritualidad se relaciona con la percepción y concepción que tenemos de nosotros mismos y con el profundo viaje interno que cada uno emprende. Esta autoexploración es esencial para sanar nuestra relación con el planeta.
Reflexionando sobre la Militancia Ecológica
Es comprensible que muchos en el movimiento ecologista hayan sentido en algún momento que su dedicación estaba atrapada en un ciclo de desilusión y frustración. La sensación de estar dándose continuamente contra un muro al luchar por una causa tan necesaria puede ser desgastante. A menudo, nuestro esfuerzo parece no ser comprendido por la sociedad, lo que puede generar una sensación de aislamiento.
La Superficialidad de la Sociedad de Consumo
La superficialidad de la sociedad de consumo es incompatible con la profundidad que muchas personas buscan en su propia existencia. Ser parte de un sistema que promueve el consumo desmedido puede llevar a una profunda sensación de vacío en nuestras vidas, especialmente en los países más ricos, donde este vacío parece aumentar en tiempos de crisis. Nos hemos transformado en máquinas de producir y consumir, olvidándonos de nuestra esencia y del papel que jugamos en la naturaleza.
Conectando con la Madre Naturaleza
Es una realidad que muchos solo regresamos a la naturaleza en vacaciones o fines de semana, sin percatarnos de que ese llamado que sentimos es un recordatorio de nuestra esencia. Sin embargo, esta desconexión nos lleva a confundir nuestra propia humanidad y naturaleza. Por ello, el ecologismo actual urge a promover cambios no solo en legislaciones y estructuras sociales, sino también en nuestra misma alma humana.
Conclusión: Un Llamado a la Acción Espiritual
El futuro del ecologismo podría depender de esta reconexión con la espiritualidad y la naturaleza. Al final del día, nuestra relación con el planeta no solo se trata de leyes y regulaciones, sino de cómo nos vemos a nosotros mismos y nuestro respeto por la vida que nos rodea. Reconocer esta conexión puede ser el primer paso para sanar tanto al planeta como a nuestra propia vida.