La Espiritualidad en el Desierto

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Las dunas del desierto son como grandes amigas con las que platicar el diálogo interno. En ellas nos miramos y nos devuelven las sombras y las facetas luminosas de nuestro diamante. En su vacío-lleno nos contiene y envuelve como si fuera el regazo de una madre amorosa.

El desierto encierra secretos esperando ser desvelados.
Con una buena guía podrás obtener conocimiento del macrocosmos y del microcosmos, del átomo y su mundo subatómico, es decir, podrás conocer el mundo de las densidades de lo material de tu existencia sujeta al tiempo y al espacio, como son el cuerpo, la mente y las emociones, pero también podrás saborear esa parte más sutil que es el espíritu (esencia, Yo verdadero, etc)

El transformación, conocimiento, gozo y disfrute de la vida.

La cuaternidad es un arquetipo en la esfera universal teniendo un sentido de totalidad.
Es bueno orientarse en la vida y darse cuenta donde está el norte. En el desierto puedes contemplar los cuatro puntos cardinales: norte, sur, éste y oeste que podrían actuar como dos coordenadas en cuyo trazado te sitúas en el espacio. Dos líneas horizontales de sostén en cuyo punto de encuentro te sitúas desde el ser o esencia, siendo ascendente ésta última línea entre tierra y cielo; es decir, más allá del aquí y el ahora. Si en la emociones estoy experimentado y en qué grado de sutileza las estoy vivenciando?

Océano de los significados que es cuando hay mayor comprensión de un asunto, se nos enciende la lucecita cuando nos quedamos en estado de asombro y comprendemos mejor las cosas porque algunas armaduras han sido desplazadas.

Océano de las luces, resplandores, claridades, chisporroteos que es cuando en nuestro campo de conciencia «vemos» lo que los físicos cuánticos llaman conglomerado de fotones sutilmente luminosos que danzan creando formas.

Océano vacío o de la gran plenitud. Si me vacío de lo que no soy, del artificio impuesto, entonces soy lo que de natural hay en mí, es decir, emerge lo esencial. Pues, no siendo yo, entonces soy. El Gran Vacío me toma. En la sensación de vaciado mental de las dunas uno puede encontrarse con su esencia.

En esa cuaternidad todo en la creación es vibración, pero la creación no es el Gran Prana o el Único.
Todo vibra en el universo. El campo vibratorio es la raíz de toda experiencia espiritual, cosa que podemos observar cuando estamos en un estado de conciencia expandida, libres de la tiranía de la mente. Todo se reconfigura en cada instante gracias a la vibración del Único, Nada Brahma. Y por ser holográfico el universo, toda partícula contiene el reflejo de la totalidad del universo. Cada grano de arena contiene toda la creación. Una duna es una conjunción de miríadas de granos de arena. El cuerpo humano está compuesto de trillones de células. La duna y el cuerpo humano, como todo lo que existe en el espacio creado o Akasha, se reconfigura en cada instante.

Pero el grano de arena no es el Gran Prana o Único, sino Su manifestación, que no es lo mismo. El aire que sale de tu espiración procede de tu interior, así como la sombra que forma tu pintura (tinta) escribe-pinta la creación. Cada uno de nosotros somos lo que Brahma está pintando en el lienzo de la creación. Está el Soñante y lo soñado. El Pintor y lo pintado. El Diseñador y lo diseñado. El Respirador y lo respirado. El Jardinero y el jardín. El Creador y lo creado.

En medio del desierto tienes la posibilidad de contemplarte en el espejo de sus dunas y su espejeo te devolverá la imagen del diamante que hay en tu corazón.

Carlos Velasco
Psicólogo
http://psicoterapia-respiratoria.es/

 

Contemplacion. Angustia. Desierto. Meditacion

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3,4 minutos de lecturaActualizado: 20/11/2017Publicado: 10/07/2014Categorías: Estilo de VidaEtiquetas: , , , , , , , , , ,

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