Hoy en día, muchas parejas enfrentan la dificultad de concebir un hijo, lo que puede resultar en un profundo sufrimiento. Esto es especialmente doloroso cuando las pruebas médicas no revelan problemas en sus células reproductoras. A menudo, se consideran métodos alternativos que implican un desgaste físico y emocional significativo, especialmente para la mujer, aunque el apoyo incondicional de la pareja puede aliviar esta carga.
Los secretos del pasado: ¿Cómo nuestras raíces familiares afectan nuestra fertilidad?
A veces, el obstáculo en la concepción proviene de miedos inconscientes que están arraigados en uno o ambos progenitores. Desde la perspectiva de las Constelaciones Familiares, hemos aprendido que la fidelidad a los ancestros puede influenciar la vida actual de manera sorprendente, afectando incluso a generaciones que no hemos conocido. Estas fidelidades pueden ser tan profundas que han sido transmitidas a través de cinco o seis generaciones.
Algunos ejemplos de estas lealtades inconscientes incluyen:
– Cuando una ancestora del sistema familiar murió durante el parto: Esto puede crear un vínculo inconsciente donde la mujer que intenta quedase embarazada asocia el embarazo con la muerte. Esto mismo puede ocurrir en el hombre, quien puede tener miedo de perder a su pareja durante el proceso de ser padres.
– Expiar culpas transgeneracionales: Algunas veces, la dificultad para concebir resulta de la culpa heredada de ancestros que practicaron abortos. Un descendiente puede sentir que debe cargar con esa culpa, creando bloqueos emocionales significativos.
– Fidelidades a los abortos: Las personas pueden tener bloqueos si existen abortos en su historia familiar que han sido olvidados o minimizados. No reconocer a estos “hijos en la memoria” puede influir negativamente en la capacidad de generar vida actualmente.
Se ha observado que al incluir y honrar a estos abortos como si fueran parte del clan familiar, los individuos pueden comenzar a liberarse de las cargas emocionales que les impiden avanzar en su deseo de ser padres.
También es crucial que el trabajo con Constelaciones permita visibilizar estas lealtades para así poder honrar y liberar el pasado, y así mirar hacia el futuro de manera libre.
Reconocer que muchas de estas situaciones se mantienen ocultas en “secretos” familiares es vital. Esta información no siempre es accesible, y los secretos deben ser respetados y no indagados sin el consentimiento de los involucrados, lo que debe hacerse con total respeto y amor.
Es relevante, además, la relación que cada uno tiene con sus padres. No aceptar a nuestra madre tal como es puede reflejarse en la dificultad para aceptar la vida y en la posibilidad de querer traer un hijo al mundo. Este proceso de “tomar a los padres” implica aceptar su destino sin la necesidad de cambiarlo, y reconocer que al querer alterar su recorrido, somos presa de nuestra soberbia.
Asimismo, la mujer debe honrar lo masculino, no solo a su pareja, sino a la energía masculina en general. Un rechazo inconsciente hacia lo masculino puede comprometer la capacidad de concebir, ya que para la fecundación del óvulo se requiere la colaboración del esperma masculino. Sin una apertura emocional hacia esta energía, el proceso puede verse obstaculizado.
Finalmente, la forma en que una mujer llegó a este mundo puede influir en su experiencia como madre. Si el parto fue traumático, es esencial realizar un trabajo de introspección para no repetir ese trauma con su futuro hijo. Incluso mujeres que ya han sido madres deben mostrar su disposición a sanar su propio nacimiento para facilitar un nuevo comienzo.
Por último, la aceptación del pasado es clave. En las Constelaciones, enfatizamos la “ACEPTACIÓN DEL DESTINO TAL Y COMO ES”, incluso si no lo entendemos. Solo desde este lugar de aceptación podemos abrirnos a nuevas posibilidades y encontrar la paz necesaria para avanzar.
