La incertidumbre de la capacidad poblacional
Uno de los temas donde muchos bienpensantes patinan sin pudor es al opinar que, con el progreso imparable de la tecnología, no está claro cuál es la capacidad máxima de población humana.
Es verdad que los constantes avances científicos y tecnológicos están aportando esperanza en un panorama que hoy día, con siete mil millones de población, es muy alarmante y aterrador para dos mil millones de personas.
Innovaciones en la producción de alimentos
Recientemente se conoció una noticia, a la que no se le ha dado la importancia debida. Ya se ha producido, en laboratorio, carne artificial, mediante el cultivo de células madre musculares de diferentes animales. Esta innovación tecnológica podría cambiar la industria alimentaria en las próximas décadas.
Se puede pensar que dentro de veinte o treinta años, la capacidad de producir alimentos se multiplicará enormemente. Sin embargo, no debemos engañarnos: esto tendrá un coste, y ese coste no todos serán capaces de asumirlo.
Las verdaderas necesidades humanas
Uno de los grandes errores al abordar el tema de la sobrepoblación es no considerar adecuadamente las necesidades mínimas reales de cada humano, que van más allá de la dieta mínima de supervivencia.
Condiciones para una existencia feliz
Un estudio realizado hace años por la ONU determinó varias condiciones mínimas para una existencia feliz:
- Una ración energética diaria de 2.500 a 4.000 calorías.
- Una batería de utensilios de cocina por unidad familiar.
- Tres conjuntos de traje y chaqueta y tres pares de zapatos por individuo.
- 10 litros de agua potable al día.
- Un habitáculo de seis metros cuadrados como mínimo, que ofrezca una mínima protección contra la intemperie.
- Escolarización de al menos seis años y educación continuada para el adulto.
- Una radio por familia.
- Una televisión por cada 100 habitantes.
- Una bicicleta por unidad familiar.
- 10 médicos y 50 camas de hospital, por cada 100.000 habitantes, además de 10 dólares por persona y año para medicamentos.
- Un trabajo para poder hacer frente a la unidad familiar.
- Un sistema de seguridad social que cubra las enfermedades.
Esto es lo imprescindible para un nivel mínimo de bienestar. Sin embargo, para mantener la población actual al nivel de bienestar de Europa o América del Norte, se necesitarían entre 3 y 6 planetas Tierra.
El impacto de la precariedad económica
Además de las necesidades materiales, es necesario considerar los traumas y problemas psicológicos que una situación de precariedad económica causa, especialmente en la población infantil marginal. La precariedad no solo afecta a la economía, sino también al desarrollo emocional y social de los niños.
En sociedades primarias y rurales, como muchas zonas de África, las familias fuertes y una conexión cultural arraigada a la naturaleza mantienen un equilibrio psicológico saludable, a pesar de sus carencias materiales. Sin embargo, en sociedades urbanizadas, muchos de esos nuevos nacimientos se desarrollan en ambientes hostiles, con pocos referentes culturales que los guíen.
La crítica a la falta de control poblacional
La situación de confusión cultural en nuestras sociedades contemporáneas es alarmante. Muchos ignoran la necesidad urgente de implementar políticas de control poblacional que minimicen el desastre, justificado por la libertad individual. Este individualismo a menudo ignora el bienestar de los futuros hijos y el entorno en el que crecerán.
Rosa Berián, experta en tratamiento de menores, señalaba hace veinte años:
“Los niños que delinquen son niños inseguros, sin figura de referencia… Es mejor dar un niño en adopción que no ocuparse de él, y más terrible todavía es mimarlo y maltratarlo alternativamente.”
Derechos de los niños frente a la libertad de reproducción
Es fundamental declarar que el derecho de los niños a crecer en un ambiente adecuado debería prevalecer sobre el derecho de los padres a traer al mundo tantos hijos como deseen, sin importar si tienen la capacidad de educarlos. Exigir un control más riguroso en la reproducción es vital para abordar tanto las carencias económicas como los desequilibrios psicológicos que enfrentan muchas familias hoy en día.
Una reflexión final
Es un absurdo total que se exijan requisitos para actividades como conducir vehículos o tener armas de caza, mientras que no se piden requisitos para traer hijos al mundo. Necesitamos replantear estas consideraciones para un futuro más saludable para todos.
Isidoro García
Director Revista Quitapesares