Lo que en realidad somos, no es solo lo que vemos, sentimos o pensamos en esta vida; somos la suma de todas las experiencias, emociones y pensamientos a lo largo de diferentes tiempos y vidas. Nuestro alma transita por diversos planos de existencia, llevando consigo las huellas y bloqueos que pueden obstaculizar nuestro crecimiento. Estas energías, generadas por actitudes y decisiones pasadas, forman parte de nuestra sombra y pueden permanecer ancladas en nuestro inconsciente.
Afrontar y transmutar estos bloqueos es posible si nos proponemos hacerlo. Estos obstáculos condicionan nuestra realidad actual y, por tanto, resulta crucial identificarlos, reconocerlos, desbloquearlos y finalmente sanarlos.
Desde nuestra liberación de las Fuentes Creadoras, el alma ha aprendido lecciones invaluables en distintos planos. En cada nueva encarnación, nuestras almas eligen experimentar lecciones significativas. Es fundamental abandonar la errónea noción del castigo; al entender que cada experiencia busca transmitir enseñanzas, comenzamos a vibrar en la frecuencia necesaria para la sanación.
¿Por qué enfrentamos determinadas experiencias en nuestra vida?
Es en este punto donde a menudo surgen preguntas sobre el sentido de nuestras vivencias. Si el alma elige confrontar relaciones tóxicas y situaciones difíciles, es necesario aceptarlo como parte de su evolución. Sin embargo, el desafío radica en si abordamos estas experiencias con comprensión y propósito, o si nos quedamos atrapados en ciclos de dolor y trauma.
¿Cómo es el viaje del alma después de la muerte?
Cuando dejamos este plano, llevamos con nosotros las emociones y experiencias no resueltas. Para liberar esa energía, el alma debe experimentar situaciones que propicien su superación. Esto no sucede como un castigo, sino como una elección de aprendizaje del alma que capta la necesidad de trascender. A medida que el alma se desplaza por ciclos de vidas, el camino se va tejiendo para que adquiera la experiencia necesaria, a menudo dentro de un grupo de almas con las que interactuamos en diversas encarnaciones.
Es posible que un alma asuma el rol de causante de dolor, no por maldad, sino porque así se equilibran las experiencias y enseñanzas dentro del grupo. En este contexto, el concepto humano de bien y mal pierden su significancia al observarlo desde la perspectiva del alma.
La importancia de los reencuentros entre almas
Cuando nos encontramos nuevamente con alguien, puede que haya asuntos pendientes que requieran resolución. La dinámica del karma se manifiesta aquí, ya que sanamos a través de diferentes vivencias. Después de dejar este plano, las almas a menudo se convierten en guías y apoyan a otros con quienes compartieron lecciones importantes.
El proceso de ascender hacia una vibración más alta implica reconocer el trabajo interno de sanar las experiencias. Esto requiere un esfuerzo consciente para revisar periódicamente nuestras interacciones y emociones hacia quienes nos rodean, liberándonos de ataduras o apegos pasados.
Además de los vínculos emocionales, es esencial adoptar el concepto del perdón como liberación. La comprensión de que somos responsables de nuestras experiencias nos empodera para reconocer a quienes nos han hecho daño como maestros que contribuyen a nuestro crecimiento personal.
Al entender que somos parte de un tejido colectivo de almas, las interacciones se transforman en lecciones, y al decir: “te entiendo, sigue tu camino y yo el mío”, logramos una verdadera liberación y sanación integral.
Sol Hernández
Escuela Etaci
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