¿Comida rápida? ¡Degeneración rápida!

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Afortunada la persona a quien el destino, la enfermedad o una búsqueda personal, pone frente a la macrobiótica y las enseñanzas de su fundador Georges Oshawa! Cuando eso nos ocurre, de inmediato se produce un freno, una ralentización en el ritmo tan acelerado de nuestra forma de vivir. De repente tomamos conciencia de la importancia que representa seleccionar, preparar y consumir los alimentos genuinos que van a mejorar nuestra situación del momento.

Esto implica de inmediato la «obligación» de dedicarle un cierto tiempo a la cocina curativa y regenerativa. Desde luego usted no desea pasarse todo el día en la cocina, tal y como me lo comenta cuando acude a mi consulta. Y yo le pregunto: ¿por qué debería usted pasarse todo el día en tal lugar? ¿acaso usted  no consigue organizar y realizar un menú sabroso y saludable en menos de una hora?

Si la teoría que subyace a la macrobiótica se admite fácilmente, no resulta así con la practica, pues esta pone en obra valores humanos tales como la determinación, el esfuerzo, la constancia y la voluntad, bases indispensables para llevarla a cabo con regularidad y obtener los resultados esperados. Desgraciadamente el ser humano actual no esta por la labor de aplicar esa autodisciplina benéfica en la cocina, prefiriendo utilizar su tiempo en otras actividades y argumentando múltiples razones falaciosas para liberarse del acto sagrado de cocinar.

Claro que después de haber chateado en su ordenador durante hora y cuarto (media nacional al día) de bajarse alguna que otra película reciente y devorar esos programas tan constructivos de la televisión durante cuatro horas(media nacional) y por supuesto haberse comunicado un buen rato con esas personas del Senegal, del Tibet, o de Islandia, tan importantes para ustedes y como no realizar el montón de llamadas fundamentales del día obviamente no le quedara tiempo, ya no para «pasarse todo el día en la cocina» ¡sino que ni siquiera para estar cinco minutos en ella!

La practica correcta esta relacionada con el tiempo, da sus frutos a corto plazo, ya sea en la cocina o en cualquier otra actividad. Esta realidad permite avanzar de manera certera y equilibrada, rectificando suavemente nuestros errores sin consecuencias dramáticas.

Por el contrario nuestro ego exigente y arrogante quiere las cosas y los resultados ya inmediatamente sin tener que esperar el tiempo necesario. Desde luego tal mentalidad delata a su dueño. Esta persona pretende que los demás solucionen sus problemas.

¡Quiere remediar alguna enfermedad antigua desde varios años pero no soporta comer arroz integral durante diez días! ¡Por favor, se exclama indignado con la cantidad de platos preparados y exquisitos que hay disponible en restaurante y comercios!

La función de la inteligencia es de hacernos percibir claramente los mecanismos de la vida con el fin de evitar sufrimientos inútiles y dirigirnos hacia la felicidad.

El origen del sufrimiento esta justamente en esa falta de inteligencia que no nos permite comprender las leyes universales y sus aplicaciones correctas.

Para eso tendríamos que pararnos un poco. Conseguir frenar los impulsos tan rápidos que atraviesan nuestro cerebro. Pero que mala suerte al alimentarnos de comida rápida todo va demasiado rápido en nuestra vida. Incluso en nuestra muerte.¡esta ocurre tan rápidamente que ni siquiera nos da tiempo a disfrutarla!

Resulta urgente nutrir correctamente y pausadamente nuestro cerebro en el fin de recuperar nuestra conciencia, física, sensorial y sentimentalmente.

Es imposible que esto ocurra ingiriendo alimentos químicos, refinados desequilibrados, sin energía y preparados a toda prisa»micro-ondalizadas».

La calidad requiere su tiempo, la vulgaridad se obtiene al instante ¿conoce usted alguna academia que se proponga enseñar a ser mediocre?. Estamos en la civilización y la cultura de lo «mucho y rápido» y desde luego lo estamos consiguiendo

¡Muchas enfermedades y desgracias en muy poco tiempo!¿Es este el programa?

Todas sus células, incluidas las cerebrales necesitan alimentos limpios, íntegros, integrales, de gran calidad para rendir al máximo, como usted habrá observado a su alrededor… ¡Y en el planeta en general!

¿No será esto mas bien sobrevivir? Si sobrevivir…vivir dentro de un sobre para poder ser reexpedido rápidamente , en cualquier momento y en «tarifa urgente»a su destino que se antoja miserable.

¿Va a conformarse con eso?¿Se siente satisfecho con su vida ultra rápida o aspira a una vida macro asegurada?

Si esto ultimo es lo que desea… ¡enhorabuena! Estudie y practique la macrobiótica y entre en el club selecto de los «slow food- slow life «

Carmelo Ruíz Román

Instructor y Asesor Macrobiótico del Vergel 

www.el-vergel.com

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4 minutos de lecturaActualizado: 22/04/2024Publicado: 08/10/2012Categorías: NutriciónEtiquetas: , ,

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