El Viaje del Corazón: Redefiniendo la Mater-Paternidad en Tiempos de Cambio

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3,9 minutos de lecturaActualizado: 06/12/2024Publicado: 06/12/2024Categorías: Familia, Mujer SaludableEtiquetas: , , , ,

 

En estos tiempos cambiantes, de nuevos paradigmas, la idea de familia, de mater-paternidad, de crianza, de acompañar a los niños que llegan, está viviendo una gran transformación y evolución. Los niños que deciden venir en este importante momento, necesitan ser recibidos y acompañados de otra forma. Pero no sabemos, no tenemos libro de instrucciones.

Es momento de descubrir en el día a día lo que necesita cada niño, único y especial. Necesitamos abrirnos a una nueva forma de encuentro, acompañamiento y comunicación. Dejar atrás los modelos antiguos y atrevernos a crear un nuevo comienzo cada día.

Todo cambia…cada persona es un mundo, con sus circunstancias, sus momentos, sus anhelos, heridas y sueños.

La maternidad y la paternidad llegan en medio de una gran inestabilidad emocional. Siempre deseada, a veces buscada conscientemente. Cuando se produce un embarazo, antes ha habido una llamada, un anhelo, aunque sea de forma muy inconsciente. Incluso los embarazos “no deseados”, lo son desde lo profundo, desde el inconsciente. Desde allí creamos las circunstancias necesarias para que ese embarazo se materialice.

El momento de ser padres. Esperar por el momento adecuado para tener un hijo es una ilusión. Jamás encontrarás las circunstancias ideales para ello. Siempre habrá cosas por mejorar: la situación de pareja, la economía, el lugar donde vives, la sociedad, tu momento profesional.

Realmente el momento es cuando es y tú lo sabes, lo sientes en lo profundo, en cada célula, aunque tu mente te diga que no, que falta esto o aquello. Porque la llamada de un hijo es una pulsión, algo inexplicable que te empuja, te llama y te lleva. La clave de la mater-paternidad es la entrega.

La entrega a la libertad, pero en el día a día el ego gana, las necesidades personales claman. Y, sin embargo, el concepto anterior de pareja no nos sirve. Tan solo genera insatisfacción, proyecciones y expectativas incumplidas. Se basa en la media naranja y no en la completa.

Anhelamos el encuentro perfecto, deseamos que el otro nos colme con aquello que carecemos, que sane nuestras heridas primales, que nos comprenda siempre, que nos dé aquello que creemos que necesitamos. Pero eso no sucede. Porque el otro es tan solo el espejo en el que mirarnos de frente.

Así sucede el encuentro con nuestras carencias, miedos y expectativas. Y con ellas creamos algo más… una familia.

Pero ¿qué es una familia? Cada uno tiene su propia idea, perfecta para sí mismo y su universo. Coexisten nuevos conceptos de familias: madres solas, parejas del mismo sexo, familias de parejas con otros hijos, con hijos adoptados…

Una familia es un núcleo, la base donde se desarrolla un nuevo ser humano.

Sin más ni menos. Una familia puede ser una mujer que decide tener a su hijo sola, dos personas que se abren a recibir a un nuevo ser, o unos amigos que se atrevan a acompañar a un niño que llega.

Porque los hijos nos eligen como compañeros especiales de camino, pero tan solo les acompañamos. No nos pertenecen; son los hijos de la vida, como dice Khalil Gibran. Y corresponde estar presentes, disponibles y conscientes.

La crianza requiere una tribu.

En la mater-paternidad suceden decisiones tras decisiones, formando un camino de aprendizajes.

Te animo a mirar dentro, a escuchar profundo. Conecta con tus necesidades que son únicas. Haz lo que esté en consonancia con tu ser. Ignora las sugerencias, directrices y modas, incluso las crianzas respetuosas. Porque de nada sirve si no parte de ti, de tu gozo y disfrute.

No hay fórmulas. Tienes que descubrir qué es lo que necesitáis, qué es lo que “os va bien” y lo que no. Seguramente se parecerá poco a lo que imaginaste antes de que llegara este bebé.

A eso ha venido, a recordarte, a mostrarte… a encontrarte y a encontrarse… pero sobre todo A SER.

Casi nada será como esperabas, pero hay algo que sí pasará: ¡YA NADA SERÁ IGUAL! Porque tú te has convertido en otra persona, porque con tu hijo has renacido. A la vez que le descubres a él, deberás conocer a esta nueva persona que te has convertido. Hazlo desde el amor, la comprensión y el respeto.

Esa es la más valiosa “educación” que le puedes dar a tu hijo.

Y tienes el privilegio de formar parte de ello, del milagro de la vida.

De regalo, una afirmación para la mater-paternidad: Yo… (NOMBRE) amo mi mundo cambiante.

Sonia Alonso, Sedna
Directora Formación Doulas Nacer y Renacer
Sanadora, Renacedora, Doula
www.naceryrenacer.com

 

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