8 Fascinantes Aspectos de Aldous Huxley: ¿Qué Nos Enseña sobre la Consciencia Humana?

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3,8 minutos de lecturaActualizado: 14/10/2024Publicado: 14/10/2024Categorías: QUITAPESARESEtiquetas: , ,

 

“Si la mayoría de nosotros nos ignoramos, es porque el conocimiento de uno mismo es doloroso, y preferimos los placeres de la ilusión.

Y las consecuencias de esa ignorancia son malas, tanto en el orden utilitario como en el trascendental. Pues nos lleva a una conducta irrealista que ocasiona toda clase de trastornos para todos los interesados”.

Nació el 27 de julio de 1894. Era nieto de Thomas H. Huxley, famoso científico defensor del evolucionismo, conocido como el “bulldog” de Darwin, e inventor de la palabra “agnosticismo”.

Recorrió el mundo llevando como lectura de viaje, cada vez un tomo distinto de la Enciclopedia Británica. El lema de su vida era “Aún aprendo”. Decía a veces que “hay que cuestionarlo todo, por lo menos una vez”.

Su propósito como novelista era alcanzar técnicamente la fusión perfecta entre la novela y el ensayo, convirtiéndola en un gran contenedor preñado de opiniones e ideas atractivas.

Publicó su primera novela a los 27 años, y su obra más famosa “Un mundo feliz”, en 1932, a los 38 años. En ella, Huxley dibuja un mundo futuro diseñado científicamente.

Consideraba que el ser humano es más sensible a la persuasión oculta y cortés, que a la impuesta por el miedo o la coacción.

Toda su vida se sintió empujado por la necesidad de entender el misterio de la consciencia humana, una investigación que le condujo desde el misticismo cristiano hasta las religiones del lejano oriente y las alternativas de California.

Mientras vivía en California, Huxley tuvo relaciones con el mundo del cine. Así, la película “Ciudadano Kane”, de Orson Wells, fue inspirada en una de sus novelas, donde satirizaba al magnate de la prensa Randolph Hearst. Sin embargo, un guion suyo de “Alicia en el país de las maravillas”, fue rechazado por Walt Disney, quien argumentó que “solo podía entender una de cada tres palabras del mismo”.

Estaba fascinado por el papel de los neurotransmisores en nuestro cerebro y cómo estos mensajeros químicos controlan la visión que tenemos de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.

En su libro “Las puertas de la percepción”, Huxley explica sus experiencias con el LSD, la mescalina y otros alucinógenos, que comenzó a experimentar a los 59 años, a pesar de que su esposa afirma que no tuvo más de 10 ó 12 experiencias psicodélicas, (palabra que él inventó).

Intentó convencer a Timothy Leary, el psicólogo de Harvard, de que no elevara las drogas psicoactivas a la categoría de fenómeno de masas, pues consideraba que no debía explorarse de forma frívola. Al ver a Leary abogar por los alucinógenos como estimulantes sexuales, Huxley rompió su relación con él: “Demasiados barros hemos removido ya, al sugerir que las drogas pueden estimular experiencias estéticas y religiosas”.

El conjunto de rock “The Doors” se nombró así en honor a su libro, que a su vez es deudor del poeta visionario Blake: “Si las puertas de la percepción se abrieran, cada cosa aparecería al hombre, en su realidad absoluta, es decir, infinita”.

En “Las puertas de la percepción” y su secuela “Cielo e infierno”, Huxley especula con la idea de que los seres humanos siempre necesitarán algún tipo de ayuda química para liberarse de las limitaciones heredadas de su propio sistema nervioso. Huxley creía que nuestro cerebro ha sido entrenado durante milenios para eliminar percepciones que no ayudan en la lucha diaria por la existencia. “Hemos conseguido seguridad y supervivencia, pero hemos sacrificado nuestra capacidad de asombro. El desmantelamiento de estas anteojeras, y la revelación de un mundo mucho más rico más allá de ellas, ha sido siempre la tarea del arte y del misticismo religioso; pero la farmacología moderna dispone de armas mucho más poderosas en esa tarea”.

En los años cincuenta, Huxley fue uno de los que alentaron a Michael Murphy y a Richard Price para abrir Esalen en 1961, un centro dedicado al estudio que avivó el movimiento del potencial humano. En sus tres primeros años, allí dieron seminarios figuras como Alan Watts, Arnold Toynbee, Linus Pauling, Carl Rogers, Paul Tillich, Rollo May, Gerald Heard y Abraham Maslow.

Huxley murió el 22 de noviembre de 1963, el mismo día que fue asesinado Kennedy, de un cáncer de garganta. Su final fue dulcemente precipitado por una inyección de 100 miligramos de LSD, que solicitó personalmente.

Isidoro García

Director Revista Quitapesares

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