Relato Espiritual: El Loro

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Cierto día un anciano, que vivía en compañía de un loro, invitó a su joven vecino a comer. En el comedor se encontraba el loro encerrado en su jaula y, a lo largo de toda la comida, no dejó de clamar:

– ¡Libertad, libertad, libertad!

El invitado se sintió muy apenado por ese animalito que no dejaba de reclamar su libertad. Esa noche, ni siquiera logró conciliar el sueño, libertad!

REFLEXIÓN:

El cambio interior se va produciendo gradualmente, pero siempre y cuando se mantenga la intención firme de lograrlo y se pongan los medios para ello. Es una suma de pequeñas, pero incesantes, modificaciones. Esa mutación de la consciencia nunca sobreviene sin esfuerzo y sin un método, pues no es el resultado de una idea o inconsistente propósito, sino de un riguroso y motivado trabajo interior, apoyado en la voluntad y la consciencia.

Decimos querer cambiar y liberarnos de todo aquello que nos mantiene en cautiverio y nos causa aflicción, pero no ponemos las condiciones necesarias para ello. Es una idea que no se convierte en un auténtico propósito, sino va acompañado de la acción necesaria y el esfuerzo inevitable.

Para ser libre y convertirse en uno mismo, hay que arrojar muchas cosas por la borda: viejos patrones y pautas, temores infundados, actitudes egocéntricas, emociones insanas, innumerables autoengaños y pretextos falaces. Hay que aceptarse conscientemente y desde ahí comenzar a transformarse y ganar la paz interior y la libertad mental.

No se conoce ningún caso en que una persona se acueste por la noche siendo de una manera y se incorpore por la mañana siendo de otra. Sólo la suma de pequeñas modificaciones internas van logrando el verdadero cambio interior que nos humaniza y le procura luz a la mente y compasión al corazón.

Decimos querer mejorar y ser libres, pero continuamos acarreando nuestro lado insano y perpetuando nuestras conductas perniciosas. Se requiere intrepidez para ver el lado oscuro de uno mismo y tratar de superarlo. No hay atajos para llegar al cielo; pero el trabajo serio sobre uno mismo y el esfuerzo bien aplicado, conducen a la independencia de la mente y el sosiego.

Era Buda el que decía que la mayoría de las personas suben y bajan por la misma orilla sin decidirse a cruzar a la otra. No basta con querer ser libre; hay que pasar de la orilla de la servidumbre a la de la libertad. Las enseñanzas y los métodos espirituales son la barca para poder hacerlo.

Ramiro Calle
Centro Shadak

Autoridad del Yoga y Escritor. Director del Centro Sadhak

Ramiro Calle

Autoridad del Yoga y Escritor. Director del Centro Sadhak

Ramiro Calle

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2,5 minutos de lecturaActualizado: 03/06/2024Publicado: 30/03/2016Categorías: Ramiro CalleEtiquetas: , , , , , , , ,

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