LOS SECRETOS DEL YOGA: mucho más que asanas
¡Asanas, asanas, asanas y más asanas! Asanas en anuncios, en postales, en posters, en Instagram, en Facebook, en calendarios, en reuniones masificadas, en películas… ¡Más y más asanas! Da para mucho, porque hay segán la tradición 84.000!
Pero el yoga es mucho más que los asanas.
Y los vengo practicando desde que tenía quince años y los valoro y ni un solo día dejo de adiestrarme en ellos, pero siempre como una meditación a través del cuerpo, como una preciosa herramienta de control, psicosomático y de contramecanicidad para desmantelar el yo-robótico.
El asana es lo llamativo, espectacular, más visible, incluso divertido. Para muchos puede ser un medio de afirmar su narcisismo a través de una espectacular elasticidad; para otros, una forma de competir y destacar; para otros un modo de sorprender, alardear de su capacidad de contorsionista o de tener un cuerpo-plastelina.
Pero el hatha-yoga es mucho más. Y el yoga más de mucho más. O sea que a veces me produce cierta tristeza (aunque uno ya está más que curtido después de sesenta años en el ambito del yoga, donde no es oro todo lo que reluce) que toda la atención se fije, incluso anomalamente, en los asanas, y no se preste alguna a lo que voy intencionadamente a denominar “los secretos del yoga” porque resultan casi desconocidos para muchos, excepto para unos pocos con más ambiciones que hacer solo asana y que desean sondear en los abismos del yoga.
El dedicarse solo a los asanas es mucho mejor que no hacer nada
El dedicarse solo a los asanas, que es mucho mejor que no hacer nada, es llevar al yoga a un absurdo e injusto reduccionismo o contentarse con un fragmento minúsculo de un gran sistema para liberar la mente y trascender el ego.
Hay aspectos del yoga que merece la pena tener de verdad en cuenta y con ellos complementar los asanas. Por ejemplo, sin ir muy lejos ni salir del campo del hatha-yoga:
- El pranayama
- Los mudras y bandhas
- Los shatkarmas
Y más allá del hatha-yoga:
- El pratyahara
- El dharana y dyana
- Y el tan ignorado samadhi
Y también dentro de la cámara de los “secretos del yoga”, otras vías yóguicas como:
- El yoga de la luz (jyiotir yoga)
- El yoga del sonido y de la musica (nada yoga)
- El yoga del poder interior (virya yoga)
- El yoga del punto de vacuidad (laya yoga)
- El yoga del Ser (atma yoga)
- El yoga del conocimiento supraconsciente (vidya yoga).
- El yoga de los estados de alta consciencia unificada o enstasis (samadhi yoga).
Cuando aquellos que hacen unas cuantas espectaculares posturas (con muchas menos flexibilidad, claro que Nureyez o el ya casi olvidado Joaquin Blume) creen que ya dominan el yoga, no puedo por menos que quedarme estupefacto. Yo prefiero reconocer, como señalo en mi relato espiritual e iniciático “El Faquir”, que soy un aprendiz y el deber de todo aprendiz es seguir aprendiendo.
¿Por qué contentarnos solo con un fragmento?
¿No es más laudable y eficiente, inspirador y revelador, explorar en todas las dimensiones del yoga?
Lo importante es entrar en el yoga y él te cambiará y, si hay en ti un poco de sensibilidad de buscador real, ya llegarás a otros manantiales yoguicos en los que beber, les digo a mis queridos alumnos.
Da igual por lo que se llegue al yoga, pues también es una buena idea para superar el estreñimiento o frenar la escoliosis. Si uno tiene ojos para ver, descubrirá que el yoga le puede llevar más lejos. Si uno solo quiere convertise en un saltimbanqui o contorsionista, también está en su respetable derecho.
Para los que quizá han sido mal informados y creen que es yoga lo que no es yoga o lo que no es yoga es yoga o que el yoga es solo un fragmento o que lo han reducido a casi lo esperpéntico, yo me permito rcomendarles echen un vistazo al menos a la obra de Mircea Eliade “Yoga, inmortalidad y libertad”. Asi entenderán el alcance real de las posturas y más aún, mucho más, el amplísimo e inabordable terreno del yoga. .
Ramiro Calle
Director del Centro de Yoga Shadak y escritor