“Toda persona que haya elegido el sendero de acompañar a otros en el proceso de enfermedad tiene que respetar las leyes que rigen ese proceso, al igual que, si quiero construir una avioneta y volar, entonces tengo que conocer la Ley de la gravedad”
En el contexto de la naturaleza, la enfermedad como concepto rígido no existe. Al hablar de ella, a menudo encerramos un proceso dinámico y lleno de vida en etiquetas estáticas. La realidad es mucho más profunda, cargada de significado y conexión.
La labor de Ryke Geerd Hamer, quien en los años 80 se dedicó a observar y escuchar a la naturaleza, nos proporciona hoy un marco excepcional para comprender las Leyes Universales que rigen a todos los seres vivos. Aprender estas leyes no solo nos permite ayudar a otros, sino también a nosotros mismos. La introspección es fundamental en este viaje.
Hamer no está introduciendo ideas novedosas, sino que se ha convertido en un intérprete de los susurros de la Madre Naturaleza, desglosando su trabajo en 5 Leyes Biológicas, comprensibles para la humanidad. La simbiosis entre el ser humano y el reino natural se evidencia cuando observamos cómo plantas y animales responden a procesos que consideramos enfermedades. Con la asistencia de tecnologías como las TAC (Tomografías Axiales Computarizadas), Hamer demuestra que las reacciones en seres humanos y animales son sorprendentemente similares.
Las 5 Leyes Biológicas de la Naturaleza son:
1. “La Ley de hierro del cáncer.”
2. “La Ley Bifásica de todos los Programas Especiales con Sentido Biológico de la Naturaleza (SBS), que siempre se activa si hay una solución del conflicto (CL).”
3. “El sistema ontogénico de los Programas Especiales de la Naturaleza con Sentido Biológico (SBS).”
4. “El sistema ontogénico de los Microbios.”
5. “La Quintaesencia.”
Lo maravilloso de estas leyes es que nos permiten trabajar a niveles múltiples: psique-cerebro-órgano, favoreciendo una comprensión más precisa de lo que está ocurriendo. Para ilustrar este proceso, consideremos el diagnóstico de herpes simple. Al analizarlo, identificamos que se activa el ectodermo, conectado con el córtex cerebral, y este desencadenante surge de un choque biológico (DHS) inesperado, bloqueando la necesidad biológica del individuo dentro de su percepción de la realidad.
Imaginemos un caso: un paciente en una gran ciudad y otro en una remota montaña, ambos con el mismo síntoma de herpes simple. Los tejidos afectados y las áreas cerebrales involucradas son las mismas, indicando que están respondiendo a un choque biológico similar, a pesar de su lejanía geográfica. La única variable es cómo cada uno ha vivido su experiencia en relación a su percepción subjetiva.
Es crucial entender que el choque biológico (DHS) no implica una reacción emocional directa. La emoción se presenta como una consecuencia del choque, influenciada por la percepción de cada individuo. Esta distinción es vital para trabajar con la esencia de las 5 Leyes.
Quienes actuamos bajo este enfoque, respetando y colaborando con la Madre Naturaleza, nos damos cuenta de que todas las terapias desarrolladas son eficaces porque funcionan en armonía con el ciclo natural de sanación. La naturaleza es la verdadera sanadora; solo somos guías en este proceso eterno.
Nuestro objetivo va más allá de estudiar estas asombrosas leyes naturales. La transformación verdadera comienza al cuestionar viejos paradigmas y creencias. No hay medicinas buenas o malas; solo hay una medicina, la Naturaleza. Todo sistema de tratamiento que hemos desarrollado es un esfuerzo para complementar el trabajo de Madre Natura en su búsqueda constante de supervivencia. Con las 5 Leyes Naturales como nuestro nuevo referente, estamos ante un avance paradigmático emocionante en salud.
Ricardo Román
Investigador y Docente de las 5 Leyes Biológicas de la Naturaleza. Estudios realizados junto al Dr. Luis Felipe Espinosa y Marco Pfister.
Experto Universitario en Medicina Natural por R.C.U. María Cristina.
Integrante del equipo de SonqoAmaru, Educación e Investigación.
www.sonqoamaru.com